Por una comunidad global exitosa
FORBES – 5 de diciembre de 2018
Creo firmemente que el futuro que
nos espera es un futuro donde el desarrollo habrá de democratizarse a un ritmo
más acelerado
“Whitout passion, nothing happens; without
compassion, the wrong things happen”.
Jan Eliasson, former Deputy, Secretary-General
of the United Nations.
La semana pasada, estimado
lector, por invitación de Alan Stoga, tuve la oportunidad de asistir a un
taller de trabajo de dos días en la Universidad de Columbia en Nueva York
organizado por la Fundación Tallberg.
Esta Fundación premia anualmente
a hombres y mujeres que han demostrado contar con las habilidades que requiere
un líder del siglo XXI (ética, innovación, imaginación, flexibilidad,
estructura, capacidad de asumir riesgos) y que mediante sus proyectos e ideas
logran transformaciones sociales positivas.
Algunos de los temas y conceptos
que se abordaron durante las sesiones de trabajo, y que vale la pena destacar
son:
La llave para un futuro colectivo
es la calidad de los líderes actuales. Un líder que se define como global,
optimista, que se rige bajo una ética de valores, y que es valiente.
Necesitamos buscar a los líderes
más allá del ámbito político.
¿Qué necesitamos actualmente
líderes o héroes? En la historia de la humanidad hemos necesitado tanto héroes,
que con un coraje extraordinario han ganado batallas y derrocado a dictadores,
como líderes que han escrito leyes, construido gobiernos y creado
instituciones. Hoy lo que necesitamos son líderes audaces que entiendan el
éxito como un tema colectivo y que sepan construir, con un profundo sentido de
la responsabilidad, una comunidad global.
Necesitamos valores universales
porque no podemos encontrar soluciones a los problemas actuales en lo
individual. No existe paz sin desarrollo y no existe desarrollo sin paz. Y no
existen ni paz ni desarrollo sin un férreo respeto a los derechos humanos.
¿Globalismo o Nacionalismo?
Estamos viviendo el fin de una era que estuvo predominantemente dominada por
una visión occidental. Hay fenómenos que impactan actualmente el orden
internacional y local y que nos hacen cuestionarnos las bases de nuestra
civilización: diferencias en ingreso, corrupción, cambio climático, populismo,
nacionalismo, entre otros. Ante estos problemas, muchas veces el nacionalismo
se presenta como una solución. Debemos tener la capacidad de ser
internacionalistas y patriotas al mismo tiempo.
Entender que muchas veces
seguimos siendo primitivos en nuestros sentimientos y conductas y que teniendo
esto presente debemos actuar con serenidad y proyectar qué escenarios pueden
darse en cada situación.
La adversidad genera resiliencia
y la resiliencia muchas veces genera prosperidad.
Es indispensable examinar los
últimos 70 años desde otra perspectiva que no sea la “era dorada”.
Es necesario ejercer liderazgo
desde distintos ámbitos. Es fundamental involucrarse. Se requieren ideas
nuevas, valores, sueños.
Construir el concepto de
identidad desde una perspectiva plural.
Necesitamos encontrar mejores
preguntas.
La esperanza se encuentra en las
mujeres y en los jóvenes.
Los elementos para una
negociación exitosa son:
Respeto a la palabra.
The art of timing; no hacer las
cosas muy pronto o muy tarde.
Sensibilidad cultural.
Ser confiable, establecer
relaciones personales.
Solemos tener mucho más potencial
de lo que nos permitimos demostrar.
Al reflexionar sobre estos
conceptos e ideas, me quedó claro que el mundo que vivirán mis hijos en su
etapa de mayor desarrollo profesional e intelectual será un mundo completamente
distinto al que vivimos ahora.
Creo firmemente que el futuro que
nos espera, en gran medida gracias a la tecnología, es un futuro donde los
recursos, las oportunidades y el desarrollo habrán de democratizarse a un ritmo
más acelerado.
Crear las condiciones para que
pueda existir una comunidad exitosa global, es posible.
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