La opinión pública en México
¿existe?
FORBES- 7 de septiembre de 2017
Estamos viviendo una ausencia total
de consideración, respeto, o cuando menos cuidado de la opinión publica,
exhibiendo un desprecio a cualquier reacción u observación del ‘respetable’.
En el pasado juego de la
selección nacional de futbol en el Estadio Azteca, al final del mismo y con
unas camisetas que decían ´nos vamos al mundial’ los jugadores celebraron en
una fiesta privada en el centro de la cancha un pase descafeinado y sin emoción
y futbol al mundial de Rusia. Ignorantes del público que incomprensiblemente
ocupó una gran parte del estadio, la imagen es una vez más la confirmación del
desprecio, ya no ignorancia, que el público, el volumen de personas juntas que
siguen un evento, recibe de las fuentes de información, entretenimiento,
servicio, o gobierno en México.
En el mismo lapso en que la
aburrida selección nacional -imposible ocultar la falta de convocatoria de los
juegos de la selección- ignora en su celebración al público, el presidente
afirma que ‘la sociedad no debe hablar tanto de corrupción’ de acuerdo con nota
publicada por el New York Times el pasado 30 de agosto, al día siguiente un
grupo de panistas identificados con Felipe Calderón y Margarita Zavala
desestabilizan el Congreso al traicionar a su grupo parlamentario. El ex
gobernador de Veracruz termina su farsante huelga de hambre -previsible
desenlace en un evento que requiere valor y convicción para llegar a sus
últimas consecuencias, principios notoriamente inexistentes en el código de
vida de la clase política-. Morena anuncia que una encuesta, de la que
inicialmente se niega a dar mayores detalles, da como precandidata a la
gubernatura de la CDMX a Claudia Sheinbaum incomodando la presencia de Ricardo
Monreal, actual delegado de la Delegación Cuauhtémoc, en el partido de AMLO.
Grupo Radio Centro es castigado con el congelamiento de 32 millones de dólares
por un litigio de años con José Gutiérrez Vivo -el mismo grupo radiofónico cuyo
presidente ganó una licitación de canal nacional de TV que no pagó, pero que no
le impidió entrar en otra licitación para ganar ahora canales de cobertura
local-. El presidente entrega, sin ningún incidente informativo, al Congreso su
Quinto Informe de Gobierno, se forma un Frente Amplio con los partidos PRD, PAN
y MC y se descubre que el procurador general de la Repuública tiene un Ferrari
registrado en un domicilio falso en Morelos, lo que en términos legales -que no
debe desconocer- es un delito.
El común denominador de toda esta
información, desde el futbol hasta el Ferrari, es la ausencia total de
consideración, respeto, o cuando menos cuidado de la opinión pública,
exhibiendo, al contrario, un desprecio a cualquier reacción u observación del
‘respetable’. Envueltos en discusiones sectarias, el establishment nacional
sufre también ya de la descomposición orgánica que ha atacado al país en el
frente del crimen organizado. Con el argumento de ‘se matan entre ellos’ que
quiso esconder el aumento en índices de violencia y criminalidad desde el año
2012, y cuya política de aniquilación de los líderes de los carteles sólo
atomizó en grupos cada vez más pequeños e incontrolables y en guerra por el
control de las organizaciones delincuenciales, la violencia que ha penetrado
todos los estilos de vida de la población afectando nuestras vidas cotidianas,
ha llegado ya, bajo el mismo principio de ‘mátense entre ellos’ a las
instituciones privadas y públicas del país incrementando el nivel de secuestro
masivo que significa la total falta de atención y consideración a la población
civil que más allá de ser espectadora pasiva sin voz ni voto, es arrastrada en
el torbellino de decadencia limitando, con el desprecio que hemos mencionado
anteriormente, su posible participación en la vida pública, a la contraprestación
económica, en tiempos electorales, que significa la entrega de su voto a cambio
de un futuro que no llegará nunca, y en tiempos no electorales, a la promesa de
un lugar en el ejército burocrático, tierra prometida de solvencia de vida a la
que aspira la gran dividida opinión pública.
La parte más preocupante de este
desprecio a la opinión pública que reflejan las declaraciones presidenciales, o
la falta total de cuidado de parte del procurador al registrar su coche, o las
declaraciones amañadas de los congresistas calderonistas haciendo constar
‘pública e indeclinablemente’ su intención de voto en contra no del pase
automático del procurador a fiscal general, sino de las propuestas al artículo
décimo sexto transitorio, son los dejos de despotismo con aires de ilustración
que proyectan un deslinde conceptual absoluto de las responsabilidades y
obligaciones de un poder dado por la población, no heredado o designado por
razones divinas o familiares. Declaraciones de presidente, congresistas, delegados,
miembros de partidos políticos, empresarios, o futbolistas equivocadamente
encumbrados -Cuauhtémoc Blanco diciendo que piensa en ir por la gubernatura de
Morelos- dejan ver un fenómeno oligárquico de alto riesgo.
De abajo para arriba,
recientemente ha habido una ola de asesinatos de presidentes municipales y
trabajadores de poblaciones modestas en todo el país, al mismo tiempo se ha
reproducido el fenómeno de linchamiento en diversas zonas de la Republica en
contra de delincuentes comunes, dando cuenta, para quien lo sepa entender, del
uso de la propia fuerza ante la ausencia de soluciones y compromiso de esa
oligarquía y del ejemplo de ‘mátense entre ellos’ que el desbordado interés por
el poder, que está destruyendo la esencia de nuestras instituciones de
gobernabilidad, está dando.
La pésima calidad de selección
nacional, el poco cuidado en las declaraciones presidenciales, el secuestro de
posiciones clave en el Congreso en contra de las posturas partidistas, la
homologación en contenidos informativos y noticiosos que impiden la creación de
juicios personales alternativos, la certidumbre de un poder dado ‘por la gracia
de dios’, la ausencia de responsabilidad ejecutiva y/o castigo a los abusos
burocráticos, el estiramiento de la liga de desprecio por el público.
Con Gustavo Cerati en la memoria:
‘estamos al borde de la cornisa, casi a punto de caer…’
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