Las decisiones también se
aseguran
FORBES- 6 de septiembre de 2017
Dirigir una organización implica
tomar decisiones que no siempre resultan como se esperaba, lo que puede
ocasionar daño reputacional para la institución o pérdidas patrimoniales.
Cuando hablamos de protección y
seguridad, no sólo nos referimos a un enfoque de salud o de los bienes en sí;
es importante visualizar que cualquier empresa es susceptible a correr riesgos
derivados de una mala decisión del líder de la organización o de sus
consejeros. El o los estrategas, en el desempeño de sus funciones, tienen un
riesgo implícito que recae en los activos de la compañía e incluso su propio
patrimonio personal.
Como representantes de una
empresa, pese a tener un equipo de trabajo que los respalda, el principal
peligro que los funcionarios enfrentan es que durante su cargo se tomen decisiones
erróneas que a la larga afecten el futuro de la compañía. Incluso una mala
interpretación de un análisis o una gestión financiera errónea puede ocasionar
reclamos de inversionistas o demandas de terceros por decisiones mal
planteadas; aproximadamente el 80% de los juicios corporativos son por temas
financieros.
En México el 50% de las compañías
mexicanas que cotizan en los mercados de valores no cuentan con protección para
sus empresarios a través de una póliza de seguro, principalmente por el
desconocimiento de sus áreas de riesgo. Afortunadamente, este segmento va en
crecimiento pues las empresas mexicanas empiezan a darse cuenta de que pueden
transferir riesgos a una póliza de protección para directivos y funcionarios
(D&O Directors and Officers).
En su capacidad ejecutiva,
directivos y funcionarios, corren los mismos riesgos, aunque el porcentaje
depende de factores como el tamaño, el giro y el sector, incluso, si se tienen
operaciones locales o internacionales; en otros países por el tipo de leyes,
los peligros son diferentes. Por ello un seguro ofrece ventajas como errores u
omisiones del Consejo de Administración en representación de su función y que
afecte a un tercero, bienes de las empresas y personales, gastos de defensa o
legales, indemnizaciones por demandas, por mencionar algunas.
Actualmente, el crecimiento
acelerado de las startups y Pymes, las vuelve más complejas y para ellas es más
difícil tomar decisiones ante situaciones como acciones comerciales con un
proveedor o la falta de pago a algún acreedor, que en ocasiones se vuelven
improvisadas; hasta 2015 de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y
Geografía en México existían aproximadamente 4 millones 15 mil unidades
empresariales, de las cuales 99.8% son Pymes que generan 52% del Producto
Interno Bruto (PIB) y 72% del empleo. Por lo que todavía se vuelve más
relevante que estas empresas estén protegidas contra esa improvisación natural
en la evolución de su negocio.
En países como España este tipo
de protección es un commodity, en México hasta hace 10 años no se sabía de este
tipo de pólizas; hoy en medio de la proliferación de Pymes mexicanas, el
panorama es muy optimista. La concientización de que en cualquier tipo de
mercado siempre hay riesgos para la organización, desde la más pequeña a la más
grande, tiene mucha importancia; al mismo tiempo se convierte en una
oportunidad para las aseguradoras de trabajar para ese potencial nicho, crear
productos adaptados a sus necesidades y explicarles los motivos por los cuales
se deben transferir riesgos que puedan poner en peligro su patrimonio.
Liderar una empresa siempre es un
reto, compañía grande, pequeña, pública o privada, lo primordial es la
tranquilidad de saber que, como cabeza de una organización, se está cubierto
por errores u omisiones a través de una póliza que asuma los costos de diversas
situaciones en las que pueda verse implicado personal o profesionalmente.
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