Sobre la asertividad
FORBES- 5
de septiembre de 201
Incluir el concepto de
asertividad en nuestras vidas quizá pueda contribuir a que las vivamos más
plenamente, con mayor conciencia.
La asertividad no es lo que
haces, es lo que eres.
Cal Le Lun
La asertividad es, según Alberty
y Emmons, “la conducta que permite a una persona actuar con base en sus
intereses más importantes, defenderse sin ansiedad, expresar cómodamente
sentimientos honestos o ejercer los derechos personales, sin negar los derechos
de los otros”. Y hoy quiero hablar de la asertividad porque es un concepto que
viene al caso en todos los aspectos de la vida de una persona.
Se puede ser asertivo en lo
profesional y carecer de asertividad en lo que concierne a nuestra vida privada
o viceversa. Y es que ser asertivo implica, antes que nada, un conocimiento
profundo de quienes somos y un entendimiento vivo de por qué actuamos de cierta
manera y cuáles son los gatillos que nos llevan a reaccionar de una forma
determinada.
A continuación, desglosaré
brevemente los conceptos que me parecen más importantes sobre la definición de
Alberty y Emmons con respecto a la asertividad:
Nuestros intereses más
importantes; para ser asertivo es fundamental entender qué es prioritario en
cierta circunstancia y qué no; qué podemos ceder y cuáles son esos aspectos que
en alguna situación, negociación o conversación son irreductibles para
nosotros, es decir que no podemos ceder ni conceder.
Defendernos sin ansiedad;
defenderse a uno mismo es muchas veces un acto de subsistencia, es arrojar
hacia adelante todos los recursos disponibles a nuestro alcance para
salvaguardar lo que nos interesa, lo que más amamos o los motivos que nos
llevaron a actuar de una forma determinada. El acto de defendernos como tal puede
ser inquietante y desagradable o también divertido y llevadero. El arte está,
como bien lo señala Alberty y Emmons en hacerlo “sin ansiedad”; es tener
serenidad y cierta visión estratégica para luchar por nosotros mismos, por lo
que más amamos o por los intereses que representamos.
Expresar cómodamente sentimientos
honestos; ¿Cuántas veces no es posible sencillamente decir lo que sentimos?
¿Cuántas veces parece casi imposible en una situación determinada pasar de la
emoción a una solución mediante un pensamiento racional y por lo tanto lógico?
¿Cuántas veces no recurrimos a la mentira, a la simulación, al autoengaño?
Aprendamos a poner en palabras (habladas o escritas) aquello que procede de un
sentimiento o una emoción que son honestos.
Ejercer los derechos personales;
para poder ejercer algo, hay que tener mucha claridad en aquello que nos
corresponde y también en aquello que queremos para nosotros mismos y para
nuestro entorno. Ejercer un derecho implica el conocimiento del mismo y la
comprensión absoluta de las consecuencias de no ejercerlo.
Sin negar los derechos de los
otros; entender y asimilar que los derechos de los otros son igual de
importantes que los propios. El derecho que tiene otra persona a expresarse
libremente con honestidad, a transmitir sus sentimientos, a buscar defender sus
intereses y a los suyos. De este concepto procede la construcción del concepto
de comunidad, de una sociedad que pueda ser funcional.
Vivimos en una sociedad llena de
vicios y de fobias que constituye un ente complejo de seres humanos que
luchamos día a día por lo que, al parecer, más nos importa. Incluir el concepto
de asertividad en nuestras vidas quizá pueda contribuir a que las vivamos más
plenamente, con mayor conciencia.
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