Aterrizando modelos sustentables
de negocios
FORBES – 13 de septiembre de
2017
No hay duda, el desafío que
enfrentan los emprendedores hoy es crear modelos de negocios sustentables que
brinden valor a sus clientes.
En plena Semana del Emprendedor,
cuando todo son porras y voces entusiasmadas, me parece que debemos recomendar
prudencia. Todos lo entendemos y, tristemente, también sabemos que muchos de los
negocios que con gran ilusión abrieron sus puertas en enero a estas alturas del
año ya han cerrado, algunos más no alcanzarán a llegar con vida a diciembre. La
tasa de sobrevivencia de los nuevos negocios es muy baja. Pareciera que estamos
viviendo momentos de gran incongruencia, por un lado, entusiasmamos a la gente
al camino del emprendimiento y por otro sabemos de esa mala fuerza que ataca a
los negocios nacientes. La tasa de proyectos que mueren en el intento es muy
alta. Según el Instituto Nacional del Emprendedor cerca de ocho de cada 10
pequeñas y medianas empresas -Pymes- cierran durante su primer año de
operación. La cifra más que servir de desaliento nos llama a la precaución.
Así como los cruzados de la Edad
Media fueron a la búsqueda del Santo Grial, los emprendedores intentan
descifrar el misterio que les permita traspasar el umbral de la fecha fatal,
sobrevivir y tener éxito. Tienen el impulso que los llevó a emprender. No
obstante, sabemos que ni las buenas ideas ni el entusiasmo son suficientes. Los
emprendedores necesitan más que un golpe de suerte para asumir el reto de
concretar un proyecto, necesitan entender qué es aquello que el mercado
necesita y está dispuesto a pagar por ello.
Reflexionar en la dinámica del
emprendimiento nos lleva a pensar en la sinergia que debe existir entre la
creatividad y la administración estratégica; el diálogo que debe haber entre la
oportunidad y la sensibilidad; la tolerancia a la frustración y la
perseverancia; la concordancia entre la vocación y la técnica. Un emprendedor
debe contar con las herramientas que lo lleven a entender el mundo al que está
entrando y desarrollar las competencias necesarias para establecer un negocio
que le retribuya el esfuerzo, la ilusión y el riesgo corrido. De esta reflexión
debe surgir un modelo de negocios sustentable.
Saltar la brecha que separa al
dicho del hecho es tan sencillo como querer brincar el Cañón del Sumidero. Por
eso, la precaución siempre debe moderar al entusiasmo. No hay proyecto que
sobreviva a base de buenos sentimientos.
Es cierto, cada negocio tiene sus
particularidades, pero, la sustentabilidad de los negocios se puede construir
sobre los siguientes cimientos:
Comprensión del alcance del
negocio. – En el contexto de las organizaciones, un emprendedor debe tener
claro el papel de su proyecto, entender su ciclo de vida y analizar su
tipología.
Operación y entorno de la
empresa. – La estructura organizacional del proyecto juega un papel primordial.
Generar una urdimbre dinámica que reconozca la importancia de sus vínculos y
procesos de comunicación, tanto dentro como fuera del negocio permite
diferenciar las tareas y asignar las responsabilidades. Le da flexibilidad y
movilidad.
Innovación. – El grado más alto
de mejora continua y diferenciación es la innovación. Es el catalizador de
desarrollo y el mejor antídoto contra el estancamiento, actúa como la vacuna
más pertinente contra el fracaso.
Plan de Negocios. – Es el
preámbulo hacia la concreción de una idea de negocios. Es el documento que le
permite al emprendedor llevar a cabo un análisis organizado y sistematizado. Es
la forma de plasmar en blanco y negro el reto que planea enfrentar y la manera
en que ha decidido hacerlo.
Un buen consejo para los
emprendedores viene de boca de Napoleón Bonaparte: “Vísteme despacio que voy de
prisa”. La búsqueda de la sustentabilidad de un negocio invita a la serenidad y
a la prudencia. Las prisas no son buenas consejeras y más bien han probado ser
madrinas de muchos desaguisados. El reto del emprendimiento invita a avanzar
paso a paso para construir sobre terrenos firmes.
La sustentabilidad de un modelo
de negocio puede resumirse en las palabras de Henry Ford: “Un negocio que
únicamente es capaz de generar valor económico, es un negocio pobre”. En esta condición, un modelo de negocio que
busque traspasar el umbral y conquistar el largo plazo deberá de basarse en
elementos como los mencionados y, también, deberá generar dos cosas más:
utilidades y una gran pasión.
Si el proyecto sólo genera una
pasión arrebatado y no da dinero, cerrará tarde o temprano. Si el plan es
empalagoso y no atrae ni a su propio creador, será complicado encantar
clientes. Un emprendedor que entienda estos elementos tendrá las herramientas
iniciales para arrancar un negocio en el que tiene mayores posibilidades de
satisfacer a sus consumidores sin importar su tamaño, giro o valor económico.
La cifra tan reducida de casos de
éxito de largo plazo para las pequeñas y medianas empresas, más que servir de
desaliento, nos llama a la precaución. Triunfar es lo que todo emprendedor
busca al aterrizar sus proyectos. No hay fórmulas infalibles, pero… Una buena
forma de empezar es atendiendo estas consideraciones.
No hay duda, emprender es para
valientes. Por eso hay que aplaudir aquellos proyectos que, teniendo en cuenta
las precauciones aconsejadas, han tenido el arrojo de emprender. Me llena de
orgullo dar a conocer un proyecto de emprendimiento que con cautela y mucho
valor. Hiix Kaan es un yogur búlgaro fermentado con bacterias y levaduras de la
región del Cáucaso. Es un proyecto joven, implementado por jóvenes que van
caminando a paso firme por el mundo del emprendimiento. Este grupo de
emprendedores han optado por el camino difícil y en esa condición toman la
buena idea que tienen y la arropan con números y un buen plan de trabajo.
Aclaro, yo no formo parte de este emprendimiento ni tengo otro interés más que
usarlo como un buen modelo.
Sí, hay muchos ejemplos de
emprendedores que no lo lograron. Es fácil caer en la tentación de compararnos
con Bill Gates o con Marc Zuckerberg. Por eso nos desanimamos. Pero cuando nos
enteramos de casos de éxito que vienen de gente que ha caminado con precaución
y sigue dando batalla, entonces y sólo entonces, sabemos que podemos estar
aterrizando modelos sustentables de negocios.
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