Watson y la inteligencia artificial
FORBES- 25 de Septiembre de
2017
Watson coincidió en 99% de los
tratamientos sugeridos por oncólogos especialistas
En un artículo de The New York
Times, encontré la frase “la Inteligencia Artificial es, para los próximos
años, lo que fue internet en los 90”. Esta cita dimensiona uno de los
fenóme¬nos más disruptivos del presente: Watson, creación de IBM.
Ideado luego de ver en un
restaurante cómo los comensales contenían el aliento ante Ken Jennings en su
aparición 74 en el concurso Jeopardy! (2004), y demostrando que una buena idea
puede estar en cualquier parte, el ejecutivo Charles Lickel convenció al
departamento de investigación de IBM de crear la tecnología que pudiera vencer
en este programa de concursos por tv.
Siete años después, no sin muchos
reveses, con la colaboración de universidades como Carnegie Mellon, de Texas, y
el Massachusetts Institute of Technology (MIT), entre otros, Watson ganó el
Jeopardy! en 2011, lo que recuerda la hazaña de Deep Blue, también de IBM, al
ganarle, en 1997, al campeón mundial de ajedrez Garri Kasparov.
Watson fue concebida para “leer”
miles de datos en segundos, con un nivel de inteligencia que le permite dar
sentido a la semántica y entender diferentes lenguajes; está entrenada para
entender y procesar expresiones técnicas, jerga, abreviaturas y acrónimos. Esta
computadora fue comercializada por IBM dos años después del concurso y su “gran
cerebro” se ha convertido en ayuda para investigadores, científicos, médicos y
muchos más.
En octubre de 2016, MIT
Technology Review resaltó que Watson se encuentra en todas partes: desde diseño
de ropa, industria de alimentos, conducción de películas, asistencia en
carretera y comunicación empresarial, hasta en educación.
Desde su inicio, su nicho más
fuerte ha sido la salud y, en especial, la oncología. Como sobreviviente de
cáncer de seno, puedo comprender física y emocionalmente los aportes y el
potencial que esta tecnología puede dar en términos de acceso a la información,
rapidez en el diagnóstico y, sobre todo, en acceso a exámenes genéticos
excesivamente onerosos y, por ello, inaccesibles para una gran mayoría.
IBM ha invertido 4,000 millones
de dólares en empresas con sobresalientes bases de datos médicos y ha realizado
importantes alianzas estratégicas con laboratorios y centros médicos, como
Quest Diagnostics y el Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
Como dato interesante, luego de
estudiar 1,000 casos de diagnósticos de cáncer, Watson coincidió en 99% de los
tratamientos sugeridos por oncólogos especialistas, con la ventaja adicional de
que en el 30% de ellos recomendó un tratamiento opcional. Mundialmente, existen
más de 160,000 páginas de publicaciones anuales en investigaciones, tan sólo de
cáncer, y Watson tiene la capacidad de acceder con más rapidez a los resultados
más actuales.
Destaco que, tecnologías como
Watson no significan sustituir la inteligencia humana, sino permitirle tener
acceso a más información y poder dedicar el talento a acciones y decisiones más
importantes con menores recursos.
IBM pretende convertirse en una
de las cuatro plataformas más importantes, junto con Amazon, Google y Microsoft,
una decisión estratégica difícil pero muy valiente de Ginni Rometty, CEO de
IBM, pues, para lograrlo, la empresa ha sacrificado ingresos por 20 trimestres
consecutivos.
Hasta la fecha, los
inversionistas, con excepción parcial de Warren Buffett, quien liquidó 30% de
su inversión, han respaldado la visión de su CEO de convertir a IBM en una
empresa resistente en el tiempo, una lección para quienes sólo ven el corto y
mediano plazo.
En la revista Harvard Business
Review de julio-agosto 2017, Ginni aseguró que, para finales de 2017, Watson
tendrá la capacidad de “tocar” la vida de 1,000 millones de personas, poco
menos de la séptima parte de la población mundial.
En Costa Rica, contamos con la
Caja Costarricense del Seguro Social, importantísima institución para la salud,
hoy con filas de espera y múltiples necesidades, que requiere cambios urgentes.
Imaginemos los beneficios que podríamos obtener con Watson, y ahí me sumo a
Ginni: “No pensemos en el pasado”; concentrémonos en las oportunidades que nos
brindan las nuevas tecnologías.
*Nuria Marín Raventós es
empresaria y analista.
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