¿Quién se beneficia de las noticias falsas?
FORBES- 13 de abril de 2017
Hace poco las Fake News eran un
negocio hasta cierto punto inocente ya que sólo servían para vender espacios
publicitarios. El problema empezó cuando la política las usa como un arma.
Basta con navegar un rato entre
las actualizaciones de Facebook o Twitter para constatar que muchas de las
noticias que solemos compartir en redes sociales no están verificadas, vienen
de portales nuevos, tienen títulos escandalosos o tienen fotografiadas
alteradas. Y, sin embargo, seguimos compartiendo sin revisar si la información
está verificada o, al menos, pudiera ser real.
En este contexto, cada semana nos
llegan cientos de publicaciones que nos hablan de como subieron los precios del
transporte, de los miles de propiedades que tiene un funcionario público o
candidato, de los descubrimientos que muestran que al planeta le quedan dos
horas de vida o de accidentes o tragedias en la ciudad.
Tales publicaciones serían muy
inocentes o inofensivas si no fuera porque son parte fundamental del tráfico de
noticias digitales que alimentan constantemente a las redes sociales y al
propio Internet y que ayudan a formar a la opinión pública.
Los usuarios no solemos leer lo
que se comparte, simplemente lo hacemos porque los titulares nos parecen
interesantes o coinciden con nuestra forma de pensar. Y ese mal hábito ha
convertido en un excelente negocio a los sitios de noticias falsas.
La reciente prehistoria de las
Fake News
Hasta hace un año, los sitios de
noticias falsas abundaban en Internet con un sólo motivo: el clickbait, es
decir la búsqueda de clicks con el fin de generar mucho tráfico en un sitio y
de esa manera, vender publicidad digital. Así, si un sitio era constantemente
visitado y sus contenidos eran muy compartidos podría colocarse mejor en los
inventarios de páginas web en centrales de medios.
En otras palabras, mientras más
visitado era un sitio, más solicitado era para colocar banners y más caro
podrían venderse. Sobre todo, en plataformas de compra de medios digitales o
compra programática. No obstante, Comscore ya había advertido sobre los fraudes
en publicidad digital y Facebook se había lanzado con todo para acabar con el
clickbait.
Cuando las Fake News se
convirtieron en marketing político
Vistas así, las noticias falsas
sólo eran una tomadura de pelo hasta cierto punto inocente: sólo se
aprovechaban de los malos hábitos de los usuarios de Internet y de la
ignorancia/automatización de plataformas y anunciantes.
No obstante, las elecciones en
Estados Unidos mostraron una manera muy compleja de utilizar a las redes
sociales y a las noticias falsas como propaganda política negra. No sólo se
crearon sitios de Fake News que hablaban de la candidata demócrata, sino que
los algoritmos de alcance en las plataformas hicieron lo suyo, logrando que las
noticias de fuentes dudosas se consultaran más que las de fuentes confiables.
En México, dichos sitios han
encontrado un nicho de mercado en la clase política, ya sea para
autopromocionarse o para denostar a los contrincantes. Una táctica muy
utilizada consiste en lanzar una noticia, ya sea falsa o verdadera, a través de
un portal recién creado o hecho ex profeso e invertir en pauta publicitaria o
alcance. De esta manera se matan dos pájaros de un tiro: por una parte, se
logra colocar una noticia en redes sociales y por la otra, se logra evadir a
sistemas de fiscalización de recursos electorales o gubernamentales, ya que las
plataformas permiten el autoservicio publicitario, casi sin requisitos.
Los sitios de noticias falsas
empiezan a convertirse en un negocio millonario gracias a la clase política que
la utiliza como una estrategia de comunicación constante y de cierta manera
contundente gracias a los malos hábitos de los lectores de Internet y redes
sociales. No obstante, la mejor manera de cavar con un sitio Fake News es
simplemente no leyendo.
Rubén Vázquez-Es profesor en la
FES Aragón y en la Universidad Iberoamericana; adicto a las redes sociales.
Maestro en Comunicación y estudioso de Internet. Presume de tener siempre la
respuesta correcta.
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