Bienvenidos
a la nueva era del Pago de las Cosas (PoT)
FORBES- 17 de abril de 2017
A medida que más y más objetos a
nuestro alrededor se conectan a internet se abre una ventana a través de la
cual las marcas y las empresas tendrán un acceso más directo a los
consumidores.
En la medida en que los productos
se transforman en servicios, la cuestión de monetización del IoT es inevitable.
Esta nueva era lista para surgir es la del “Pago de las Cosas”.
Internet fue la primera evolución
digital de los pagos. Y estamos viviendo la siguiente fase, la del pago móvil,
que ocurre paralelamente a la expansión del concepto para todos los
dispositivos conectados. La siguiente etapa de esta evolución son los
wearables, un mercado con expectativa de crecimiento del número de dispositivos
entre 210 y 340 millones entre 2018 y 2020. En el futuro, la mayoría de los
dispositivos conectados también serán capaces de pagar. En este caso, IoT no
será más el nombre del juego, y sí, el Pago de las Cosas.
Varios términos ya son utilizados
para describir este concepto: Pago basado en IoT, Internet de pagos, Internet
de Comercio. Personalmente, para expresar esta convergencia del IoT y de los
Pagos, prefiero el término “Pago de las Cosas”.
Habrá dos etapas diferentes en
este fenómeno. En la primera etapa del Pago de las Cosas, tienes el botón Dash
habilitado para Wi-Fi integrado a tu lavadora, tu impresora, tu licuadora o
cualquier aparato doméstico conectado, y sólo necesitas oprimirlo para ordenar
algo. El pago es concluido utilizando el modo de pago online elegido y no
necesitas más que ir a tu computadora o celular para hacer la compra y el pago.
En este caso, el pago aún es accionado por el usuario, cuando presiona el
botón. Pero el sistema puede ir más lejos. Algunos de sus aparatos ya poseen
sensores para detectar cuando los suministros están escasos. Usando estos
datos, su equipo podría decidir, por sí solo, pedir el consumible en falta. Y,
en este segundo caso, es el propio aparato que inicia la transacción. Este es
el segundo paso del Pago de las Cosas. Y este es solamente un ejemplo; Una gran
cantidad de dispositivos podría realmente ser habilitado para accionar los
pagos de forma autónoma. Podemos imaginar muchos más casos de uso, desde que la
seguridad esté allí.
Con estos nuevos dispositivos que
pueden lidiar con pagos de forma autónoma, veremos también una nueva etapa en
la transformación digital de los bancos, además de los smartphones y wearables.
El pago de las cosas integrará aún más los pagos digitales en la vida diaria de
los clientes. Va cambiar la forma como las personas consumen e influenciar los
estándares de gastos. Estos nuevos casos de uso de pagos serán principalmente
basados en servicios y dependerán de cuentas repetidas o de modelos de firma
pay-per-use. Todas estas micro-transacciones son capaces de impulsar compras
on-line y tienen el objetivo de eliminar aún más los límites entre la compra y
el pago, para conseguir el pago sin fricciones. Los objetos conectados también
son una herramienta poderosa para conocer mejor los hábitos de consumo. Pero,
nuevamente, la principal transformación solo ocurrirá cuando las Cosas se
vuelvan los actores de las transacciones. Es así que IoT, y más específicamente
Payment of Things, creará una nueva base de la economía, con modelos de pago
orientados a servicios y uso.
Naturalmente, debemos garantizar
la autentificación de los dispositivos, pero la autentificación de los
propietarios de los dispositivos permanecerá crítica también, especialmente en
el momento de la firma del servicio. Y en este dominio yo veo otra revolución
sucediendo. Como usuarios de todos estos objetos conectados, necesitamos “estar
conectados” a ellos y volvernos, de alguna forma, parte de Internet. Llamo a
este fenómeno de “Internet de los Humanos”. Cuanta más crítica sea la
transacción que queremos hacer, necesitamos identificarnos. Y la manera más
obvia de probar quienes somos es usar nuestro propio cuerpo. Claro que estoy
refiriéndome aquí de la identificación biométrica. El pago es uno de los casos
de uso y, por ejemplo, ya están siendo desarrollados tarjetas de pago
biométricos integrando un sensor de impresión digital para que el consumidor no
necesite usar una contraseña. Y la seguridad de identidad digital también será
fundamental para casos de uso de control de acceso, ya sea para entrar en su
carro o atravesar fronteras. Por medio de su impresión digital, iris, voz o
reconocimiento facial, los seres humanos “serán conectados” a Internet de las
Cosas y se volverán parte de ella. Y esta es otra revolución que veremos
suceder al mismo tiempo que la revolución del Pago de las Cosas. Y el papel de
la industria del sector es el de mejorar la seguridad, manteniéndola lo más
transparente posible, a fin de optimizar la experiencia del cliente en esta
nueva era.
*Didier Lamouche es presidente
& CEO global de Oberthur Technologies
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