Es tiempo de repensar la lealtad
FORBES- 7 de abril de 2017
¿Qué tan efectiva es la inversión
de los negocios para fomentar la lealtad de los clientes? Se debe identificar
las nuevas formas en que los consumidores interactúan con marcas.
Las organizaciones destinan miles
de millones de dólares cada año en programas de lealtad de clientes que hoy no
funcionan como solían hacerlo. Aún más, los costos ocultos de los programas de
fidelidad se desarrollan en segundo plano, consumiendo inversiones a un ritmo
constante, año tras año.
Los líderes de negocio luchan
constantemente por encontrar capital que puedan utilizar para impulsar el
crecimiento de sus organizaciones, y podrían estar revisando todas las
inversiones que han hecho en nombre de la lealtad. Lo anterior se debe a que
estos programas suelen costar más y entregar menos de lo que muchos se dan
cuenta.
Así, con millones de puntos de
fidelidad en juego y una gran parte de los consumidores disminuyendo
considerablemente sus niveles de lealtad, las organizaciones deben hoy en día
prestar mayor atención a los nuevos factores que impulsan la lealtad del
cliente en la era digital o enfrentar el riesgo de perderlos.
Constantemente, surgen nuevos
“lenguajes de lealtad”, impulsados por marcas que están probando con
experiencias digitales creativas, cambiando la dinámica de fidelización de los
clientes.
Cada consumidor tiene un instinto
natural alrededor de lo que los hace fieles a una marca. Los mecanismos
tradicionales de “bajo precio” y “servicio confiable” ya no son tan eficaces
para impulsar la lealtad.
De acuerdo con un reciente
estudio de Accenture, “Más allá de la ilusión de la lealtad: Es hora de
invertir más sabiamente”, se identificó que los miembros de los programas de
lealtad generan entre un 12-18% de crecimiento incremental en los ingresos por
año, frente al comportamiento de los que no son miembros de estos programas.
Sin embargo, el mismo estudio
confirma que el 71% de los consumidores a nivel global reclaman que los
actuales programas de lealtad no les generan lealtad y, 77% de ellos admite que
han disminuido su nivel de lealtad más rápidamente de lo que lo hicieron hace
tres años.
El panorama no es diferente en el
contexto local, el 80% de los consumidores mexicanos cambiaron de proveedor
durante el último año, al tener una mala experiencia de servicio al cliente.
Frente a este panorama, las
compañías se deben preguntar cómo generar nuevas estrategias que les permitan
obtener el verdadero potencial de la lealtad y maximizar su valor para sus
clientes y para ellos mismos.
Los líderes que reconocen que sus
programas de lealtad no están dando los resultados que desean, tienen la
oportunidad, más bien la obligación, de repensar cómo, por qué y cuánto están
invirtiendo en la lealtad. Para responder a ello, las empresas pueden maximizar
el valor de la lealtad y liberar capital para invertir en otras iniciativas de
crecimiento de la siguiente manera.
En primer lugar, deben justificar
cada inversión, identificando y cerrando programas que diluyen el margen. Deben
aumentar la adquisición a través de la retención, esto quiere decir, que deben
aprovechar las conexiones de sus clientes existentes para adquirir nuevos. Así
mismo, deben aprender el lenguaje de lealtad de los Millennials. Ellos están
menos influidos por los programas de lealtad, por lo que es necesario entender
lo que les gusta, y qué tipos de promociones van a adoptar.
Finalmente, las empresas deben
fomentar la defensa de sus clientes. Quienes recomiendan marcas a otros son
clave, por lo que es importante invertir en el fortalecimiento de este
comportamiento de lealtad y; deben ver la lealtad como un deporte de equipo.
Capturar, analizar y actuar sobre la retroalimentación de los clientes a través
de silos. Trabajar con alianzas para compartir los gastos asociados con la
lealtad.
En conclusión, es hora de que las
organizaciones gestionen de una manera diferente la lealtad, la cual sigue
siendo importante. Siempre lo será. Pero hoy, a medida que la correlación entre
los sentimientos de fidelidad de los clientes y los comportamientos de compra
continúan debilitándose, se hace evidente que las viejas reglas de lealtad ya
no se aplican.
*Luis Gomezchico es Socio
Director de la industria de Productos, Accenture México
No hay comentarios:
Publicar un comentario