Las mentiras del marketing
político
FORBES- 6 de abril de 2017
En época de incredulidad, la
política hoy en día tiene que tener muy claras sus estrategias y planes de
acción y el marketing político es el camino a seguir para la obtención de
votos.
Mucho hemos escuchado de las
expresiones faciales y las micro gesticulaciones para detectar mentiras, así
como el mirar fijamente a los ojos para detectar la veracidad de nuestro
interlocutor, sin embargo, estos supuestos “tips” de detección de mentiras,
también los saben la gente que se dedica a engañar de profesión y constantemente
practican sus movimientos y gesticulaciones para evitar ser evidenciados en una
mentira a través de su discurso y su lenguaje corporal.
Estamos en una época donde ya
nadie confía en nadie y los estudios de medición de la confianza del consumidor
en las instituciones en México salen francamente con calificaciones
reprobatorias. Inclusive las Universidades, que son las instituciones que
podríamos decir que son en las que “más” confianza tiene el consumidor, seguido
de las Iglesias, incluso ellas, sacan una calificación de siete en una escala
del uno al diez. Que, si mi hijo me entregara boletas con puro siete, tampoco
estaría muy contento que digamos, ya que son calificaciones casi reprobatorias,
de “panzazo” pues, como lo es la educación en México. En el otro extremo y para
sorpresa de nadie, los partidos políticos y los sindicatos, ocupan el final de
la fila en lo que a confianza se refiere con calificaciones que rondan los
cuatro puntos sobre los diez posibles.
Los medios de comunicación, año
con año también van erosionando su nivel de confianza, en un estudio realizado
por el Capítulo México de la American Marketing Association y con una escala
del uno al cinco ranking de la confianza en los medios, (donde uno significa no
confío en absoluto y cinco tengo confianza absoluta), los resultados arrojados
por medio fueron de la siguiente forma:
Internet 3.9
Radio 3.4
OOH 3.1
Impresos 2.9
TV 2.5
Para bien o para mal y por la
novedad y la supuesta libertad de expresión de las redes sociales, el Internet,
es el medio que mejor reputación tiene ante los demás competidores, sin
embargo, tenemos que estar conscientes que el Internet y las redes sociales son
muy manipulables con “bots” y otras linduras que permiten modificar tendencias,
y ya que hablamos de la confianza y los medios, y ya que estamos en época de
elecciones (como lo estamos la mayoría del tiempo), tengo que hablar
forzosamente del marketing y la política, también denominado como Marketing
Político; que es la rama del marketing que se dedica a la investigación,
planificación, gestión, comunicación, diseño y ejecución de acciones
estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña política, sea ésta electoral
o de difusión institucional, aplicable tanto a personas como a organizaciones.
Hoy más que nunca un político, ya
sea de algún partido o independiente, así como las instituciones tiene que
tener muy claras sus estrategias y planes de acción en lo que a marketing se
refiere con la intención de la obtención de votos. Ya que si bien sabemos que
la corrupción y el clientelismo es lo que impera en épocas electorales, el
marketing político es la opción que puede ayudar a los candidatos a sortear y
tratar de mejorar la muy baja calificación que tienen en cuanto al nivel de
confianza y credibilidad con la que cuentan. Ya que no sólo se trata de la
imagen pública que ostentan como personas y que sabemos está muy cuidada y
ensayada en sus apariciones en público, el marketing como siempre lo decimos,
su función básica es la de agregar valor al intercambio y crear experiencias
memorables en los clientes objetivos, y es justo aquí donde les falla a los
políticos, ya que se encuentran sumamente preocupados por ellos mismos como
producto y nada enfocados en los votantes o su público objetivo como lo dicta
el marketing. Ensayan sus discursos, compran las mejores ropas y cuidan todos
los detalles de sus apariciones, pero están dejando de lado lo que precisamente
es lo más importante en el marketing; el cliente consumidor, en este caso los
votantes y es por ello, que no es de extrañar que sean los que peores
calificaciones tienen en cuanto a confianza del consumidor y además no hagan
nada para revertirlo. Ya reza el dicho “Obras son amores y no buenas razones”
por lo que en base a insights de la población en general y en afán de ayudar a
aquellos interesados en ganar las próximas elecciones, en su plataforma
política tendrán que destacar con acciones no con discursos los temas
siguientes acomodados en orden de importancia:
Transparencia total y apertura de
cuentas en todos los ámbitos.
Desaparición del fuero.
Disminución de burócratas tanto
en el congreso como en dependencias.
Rendición de labores en tiempo
real.
Ingresos y jubilaciones similares
al del mexicano promedio, con base a resultados.
Posibilidad de remoción antes del
periodo establecido.
Atención hospitalaria en
instituciones públicas.
Uso de transporte público sin
beneficios de choferes o autos.
Disminución de impuestos.
Mayor participación ciudadana.
Sé lo que están pensando, pero
tal vez, algún día, en México, alguien tenga la voluntad de cambiar las cosas,
mientras tanto sigamos soñando.
Cesar Enríquez Morán-Presidente
Fundador de la American Marketing Association capítulo Ciudad de
México.Especialista en Creatividad y Mercadotecnia con más de 20 años de
experiencia.
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