Cambios de hábitos en la relación
trabajo ocio
FORBES- 12 de abril de 2017
Entre los cambios de hábitos más
relevantes que existe entre las generaciones se encuentra la forma en que
relacionamos el tiempo de trabajo y el tiempo dedicado al descanso.
Las generaciones que conviven en
el territorio laboral son muy desiguales, los Millennials, estos pioneros en la
revuelta tecnológica que ha modificado todo: desde nuestros hábitos de consumo
hasta la actitud al trabajo, también han transformado la relación que tenemos
con el tiempo de descanso. La proporción que se guarda entre la generación
adicta al trabajo, la que se cree indispensable en las tareas y los que
cuestionan las reglas es distinta. Más nos vale irnos entendiendo para
conseguir mejores resultados, sino queremos terminar con el mismo éxito que el
proyecto de construcción de la Torre de Babel. No hay mejor antídoto para
amortiguar los desencuentros que el conocimiento. Para entendernos hay que
conocernos.
La generación de Baby Boomers, es
decir, este grupo de personas que nacieron entre 1946-1964, como celebración al
fin del horror de las Guerras Mundiales, son personas disciplinadas a las que
les gusta seguir protocolos. Sus valores son la experiencia en el terreno
laboral y la gran capacidad de trabajo que tienen. Son gente con un alto
compromiso con su empleo y que se autoimponen presiones de desempeño.
Evidentemente, son personas que tienen en alta estima su tiempo de trabajo y
ven el descanso como un desperdicio de tiempo o como una prerrogativa que les
avergüenza solicitar. Es una generación a la que le hace sentir mal pedir
vacaciones o días de asueto.
La Generación X engloba a las
personas que nacieron después de los Baby Boomers, es la generación del MTV que
también se conoce como Generación Jones, es decir, son individuos que expresan
deseo de ser alguien en la vida como el anhelo más preciado. Son responsables,
se muestran comprometidos y preocupados por el mundo. Son ambiciosos,
competitivos y un parámetro de éxito es la cantidad de dinero que puedan
generar. Una de las características centrales de los nacidos en la Generación X
es sentir que son la piedra angular, la pieza fundamental, insustituible y, por
lo tanto, creen que nadie puede hacer su trabajo si ellos no están presentes.
Para ellos, pedir vacaciones significa estar permanentemente en contacto con la
oficina, al pendiente de los detalles y bajo control de todas las minucias.
Los Millennials son la generación
tecnológica que nació entre los años ochenta y principios del milenio. Son un
grupo que está totalmente integrado a la tecnología, con poca tolerancia a la
frustración dado que han estado acostumbrados a tener una respuesta instantánea
a cualquiera de sus dudas. La era digital les hace conseguir información en
forma rápida y certera y la inmediatez es el entorno en el que han crecido. Por
lo tanto, son individuos muy impacientes, narcisistas y tienen un gran espíritu
emprendedor. Los procesos lentos les desesperan. Tienden a ser personas que
atienden varios asuntos a la vez, no valoran mucho el orden ni la secuencia de
las cosas y no saben gestionar los tiempos de espera. Son generaciones que
pierden de vista las condiciones laborales que deben negociar. Muchos, al
firmar un contrato, se olvidan de preguntar por sus periodos vacacionales y
creen que con avisar con una semana de anticipación es suficiente para ordenar
todo e irse a disfrutar del ocio. Por supuesto, si no les otorgan las
vacaciones en el momento y por la cantidad de días que requieren, se sienten
traicionados por sus superiores, los hacen responsables de su desgracia y
publican en redes sociales su estatus de “no estoy de vacaciones”.
Un Baby Bommer tenía como
objetivo conseguir un buen trabajo y quedarse ahí toda la vida. Privilegian la
estabilidad y llegar a ascender por méritos. Se sacrifican por la empresa,
incluso la colocan por encima de sus intereses familiares o personales.
Obedecen al jefe, respetan las jerarquías y tendrán una rutina de vacaciones
que se somete al “así son las cosas”. Si por alguna razón su periodo vacacional
no puede tomarse, en el tiempo y la forma que acostumbran, pueden posponerlo
hasta el año que entra, sin que eso les represente una gran carga emocional.
La Generación X valora mucho su
trabajo pues forma una parte importante de su identidad. Por lo tanto, los
esfuerzos por destacar en el terreno laboral son titánicos y les resulta
difícil conciliar los intereses personales con los laborales. En especial las
mujeres de esta generación suelen invertir mucha energía en demostrar sus
capacidades. Perder contacto con la oficina es una fuente de angustia pues
sienten que algo puede salir mal y simplemente, saldrán de vacaciones, pero
estarán presentes y localizables en todo tiempo y en todo lugar. Para un
integrante de la Generación X, la interconectividad es una bendición que les
permite estar presentes y en control en forma remota. Los periodos de descanso
se toman, aunque en realidad no son momentos de ocio totales pues siguen al
pendiente de todo.
Los Millennials no tienen en su
perspectiva hacer carrera dentro de una misma empresa. Ellos buscan
flexibilidad, les gusta aprender, vencer retos. Un valor irrenunciable es el respeto
y para ellos el trabajo debe ofrecer algo más que una compensación económica.
Como no les gusta esperar resultados, el largo plazo es un concepto que les
resulta ajeno. Su vida personal está por encima de cualquier otro concepto. Así
que, no se dejan angustiar por exigencias corporativas y si sus términos no son
respetados, no tienen ninguna duda en dejar el trabajo y salir en busca de
otro. Por eso, si ellos idean un plan
para vacacionar con sus amigos, en los que podrán tomar maravillosas fotografías
para subir a su cuenta de Instagram y su hambre de likes se ve amenazada,
volarán a otro lado, sin el menor remordimiento y sin cuestionarse si hicieron
bien o mal.
Claro que los puntos de vista
intergeneracionales son, además de diversos, divergentes. La libertad de
decisión de un Millennial contrasta con el desequilibrio de prioridades de los
Baby Boomers o de la necesidad de afirmar la personalidad con el entorno
laboral de los clasificados en la Generación X. Pero, a pesar de las
diferencias que hay entre los participantes en el ambiente laboral, todos los
seres humanos necesitamos un tiempo de ocio y esparcimiento. Es vital cambiar
de entorno y modificar las rutinas para avivar la creatividad.
Con independencia de la relación
que existe entre las variables trabajo y ocio que ejerce cada generación, las
vacaciones nos ofrecen la oportunidad de reconectarnos con el ser más
importante que existe en el universo: nosotros mismos. Necesitamos refrescar el
pensamiento, descansar el cuerpo, reírnos y recargar las pilas que nos
permitirán seguir adelante en nuestras labores cotidianas. Y, mientras
descansamos, tal vez nos suceda lo que a Arquímedes que, mientras tomaba un
baño de tina se le apareció la solución en la mente y pudo gritar ¡Eureka!
Cecilia Durán Mena- le gusta contar. Poner en secuencia números y
narrar historias. Es consultora, conferencista, capacitadora y catedrática en
temas de Alta Dirección. También es escritora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario