En la noche limpia el metro, en el día escribe
novelas
The wall street journal- February 15, 2017
Enrique Ferrari, un conserje del
metro de Buenos Aires, es un novelista galardonado
BUENOS AIRES—Después que cierra
el metro a las 11:00 de la noche, Enrique Ferrari comienza a trapear las
plataformas, mientras conjura personajes y tramas para su próximo misterio.
Ferrari, un conserje de 44 años
que trabaja por las noches en el metro de Buenos Aires, tiene el pelo negro y
puntiagudo y un tatuaje de Karl Marx. No fue a la universidad ni estudió
redacción, pero sus novelas han ganado premios literarios en Europa y Cuba. Su
sexto libro, que será publicado en los próximos meses, se llama Si estás
leyendo esto, sobre un hombre que viaja a 1940 para matar al asesino de León
Trotsky antes de que cometa el crimen.
“Mientras estoy barriendo, muchas
veces estoy pensando en mi cabeza cómo hacer que mis novelas funcionen”, dice
Ferrari. “Estoy constantemente editando en mi cabeza”.
Ferrari creció en el enclave
judío de Buenos Aires, un área llena de negocios familiares y pequeños
restaurantes. Ha trabajado como electricista y panadero y tiene un rol activo
en el sindicato de trabajadores del metro. Siempre le ha gustado leer. Su
padre, que trabajaba en una panadería, no leía mucho, dice Ferrari, pero cuando
tenía ocho años lo sentó y le explicó que leer “es lo que nos diferencia de los
monos”.
Los críticos han alabado sus
cinemáticas narrativas y personajes con matices, así como su enfoque en la
violencia y los dilemas morales que afectan a la sociedad. Ferrari ganó la
mención de honor del premio Casa de las Américas en Cuba y el premio Silverio
Cañada en España a mejor primera novela noir. “Hace historias muy
imaginativas”, dice Paco Ignacio Taibo II, un intelectual español-mexicano y
autor de más de 50 libros con grandes ventas. “Creo que forma parte de una
generación de narradores argentinos muy potentes”.
Ferrari ha trabajado con varias
casas editoriales y no está seguro cuántos libros ha vendido. Sus novelas están
disponibles en Argentina y las más populares han sido publicadas en el resto de
América Latina. Actualmente se encuentra conversando con una editorial en
Londres para realizar una traducción de su tercer libro, Que de lejos parecen
moscas. El original se vende en América Latina y España y traducido en Francia
e Italia.
El autor escribió su primer libro
Operación Bukowski, sobre un escritor argentino alcohólico que recorre los
pasos del cronista del bajo mundo Charles Bukowski en Los Ángeles, cuando era
un inmigrante indocumentado en Estados Unidos. Ferrari se mudó a Florida en
1999 para escapar de la crisis financiera en su país. En 2003, en momentos en
que terminaba el manuscrito, hizo un giro en U ilegal cerca de Miami y fue
arrestado y deportado.
De vuelta en Argentina, continuó
escribiendo. En 2012, “Que de lejos parecen moscas” fue finalista del Grand
Prix de Littérature Policière, el premio a mejor novela internacional de
crimen, en Francia. En el libro, Ferrari lleva a sus lectores al interior de la
vida de Luis Machi, un millonario cocainómano y dispéptico que explota a sus
empleados, trata mal a sus conocidos y engaña a su esposa. Luego de encontrar
un cuerpo ensangrentado en el baúl de su BMW, Machi recorre la capital
argentina para deshacerse de él. Ferrari hace que sus lectores se involucren en
el destino de su personaje a través de diálogos tensos y encuentros con sus
oponentes. “Machi es malvado” encarnando los peores rasgos del típico patrón
latinoamericano”, dijo Ferrari. Agregó que el personaje representa sus propias
fallas personales y aquellas de una sociedad en la que los patriarcas poderosos
son dominantes. “Machi reúne esas dos cosas”, dijo.
Los lectores de Ferrari incluyen
a sus compañeros de trabajo. “Es mejor escribiendo que trabajando acá”, dice en
broma Sergio Gómez, quien también limpia las plataformas del metro. “No soy un
lector, pero me gustaron sus libros desde la primera página. Son fáciles de
leer”.
Ferrari pertenece a una
generación de autores argentinos que no puede darse el lujo de escribir a
tiempo completo. Hasta el momento, el mayor avance que ha recibido es cerca de
US$535 por Que de lejos parecen moscas.
“Más que dinero, con frecuencia
lo que mueve la gente es el prestigio de ser un escritor exitoso”, dice Diego
D’Onofrio, quien colabora en la dirección de La Bestia Equilátera, una
editorial independiente.
El respeto por los escritores
abunda en la ciudad de Borges. La ciudad tiene más librerías per cápita, 25 por
cada 100.000 habitantes, que cualquier otra, según un informe de 2014 del World
Cities Culture Forum, el cual reúne a líderes urbanos para discutir sobre
cultura y desarrollo. Aquí, una novela literaria que venda entre 5.000 y 10.000
copias es considerada como un éxito.
Iñigo Amonarriz, quien dirige Revólver,
la editorial que publicó el libro más reciente de Ferrari en Argentina, trabaja
como cajero en una panadería. “Aun ellos que han ganado el premio Dashiell
Hammett, puede vivir de su trabajo como escritor”, dijo Amonarriz, quien
publica una serie de novelistas noir premiados.
Por ahora, Ferrari seguirá en su
trabajo nocturno. Ese horario tiene sus ventajas, dice, pero siempre está
trasnochado y espera pronto poder cambiar al turno de día.
“Entiendo que quizás me haría más
productivo como escritor”, dice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario