¡Cuidado! la comunicación está en
peligro
FORBES- 9 de febrero de 2017
Trump lleva tres semanas como
presidente y ya puso en jaque todo el sistema de la comunicación mundial a base
de tuitazos, mentiras, desmentidos y reclamos a los medios.
Construir un sistema de
comunicación creíble a nivel mundial ha sido algo muy difícil, estamos hablando
que incluye a las empresas, a los gobiernos, a los medios de comunicación, a
las agencias de noticias, a las agencias de comunicación y relaciones públicas
y a los profesionales en todos los países.
La comunicación, su estrategia,
generación y manejo se mueve a través de procesos, planes, operación e
implementación precisa, pero lo más importante se mueve a través de confianza,
y esta confianza es generada “con base en códigos de ética mundiales”; todos
los profesionales sabemos de la gran responsabilidad que implica un fallo y una
falta de precisión, ni por error pensar en difundir cosas falsas, mentiras o
imprecisiones, las implicaciones son y serían gravísimas. Pensemos en una
crisis de una empresa o un gobierno mal manejada, puede causar pánico y
situaciones de impactos inmensurables. Sabemos que, a pesar de los códigos de
ética, enfrentamos manipulación por cualquiera de los involucrados en el
proceso, emisores, medios y/o hasta receptores, el sistema es frágil, pero
hasta la fecha con todo y eso se ha mantenido dentro de ciertos estándares.
En las últimas fechas y desde el
desbordamiento de las redes sociales, vivimos una serie de efectos que están
poniendo en riesgo este frágil balance, la velocidad de la información, la
falta de verificación de la credibilidad de las fuentes originarias, las
bromas, los memes y hasta los medios de chiste con los que, hasta, nos hemos
acostumbrado a vivir con noticias falsas, ponen en crisis a las sociedades, nos
alejan del contexto y crean una gran brecha de desinformación.
Lo verdaderamente grave es que un
gobierno tan poderoso como el de los Estados Unidos opere en una política que
tiene varios frentes muy peligrosos, primero el de ataque frontal y denostación
permanente a los medios de comunicación;
el segundo es el enviar información imprecisa que ante las evidencias,
que se pueden encontrar en internet, demuestran ambigüedades en su comunicación;
tercera, el usar a los medios para enviar información orientada a golpear a
presidentes y países y que eso se convierta en una herramienta de negociación.
Simple y sencillamente estas
prácticas nos ponen en la antesala de estados totalitarios, con altos grados de
manipulación, nos hace recordar prácticas de grandes tiranos y qué decir de
todo el sistema que desarrolló Joseph Goebbels en la Segunda Guerra Mundial.
El problema es que esto se
convierta en una práctica usual bajo el lema de, si el gobierno más poderoso
del mundo lo hace, qué limitante existiría en el resto del sistema, otros
gobiernos, medios o las mismas empresas.
Si a pesar de los códigos de
ética que se manejan a la fecha de manera internacional, mantienen el frágil
balance, corremos el riesgo que cualquier profesional ose o crea que es un
camino fácil el de no aplicar la ética en el manejo de la comunicación.
Llamo a la cordura, a no romper
la ética por parte de los profesionales, medios, periodista, líderes de
opinión, influencers, bloggers y demás, a no convertir el sistema
comunicacional en un circo barato, cedido a los intereses de los grandes
intereses. Honremos la ética personal, corporativa y gubernamental en el manejo
de la comunicación, que no cunda el ejemplo de lo que está pasando en los
Estados Unidos, por favor.
Marco V. Herrera-Estratega,
innovador y experto en asuntos públicos. Fundador de Grupo Public y
conferencista. Su pasión es el análisis político, los modelos de negocio y el
futuro de la humanidad.
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