El fin de los empleados de nómina
The wall street journal- lunes, 6
de febrero de 2017
En EE.UU., las empresas están
optando por subcontratar trabajadores en lugar de tenerlos en plantilla
No hay ninguna aerolínea
estadounidense que pueda siquiera acercarse a Virgin America Inc. en un
indicador de eficiencia conocido como ingresos por empleado. La razón es que
actividades como la entrega de equipaje, el mantenimiento pesado y las
reservaciones no son hechas por empleados de Virgin America. El operador
utiliza contratistas.
“Vamos a tercerizar cualquier
trabajo que no trate directamente con el cliente”, prometió David Cush, el ex
presidente ejecutivo de la aerolínea a un grupo de inversionistas en marzo.
Cush ayudó a orquestar la venta de Virgin America a Alaska Air Group en abril
por unos US$2.600 millones, más del doble de su valor en 2014. El ejecutivo
dejó la empresa en diciembre, tras completarse el acuerdo.
Nunca antes las compañías
estadounidenses habían hecho tanto para contratar tan pocos empleados. El
fenómeno de la externalización que trasladó empleos textiles a China y
operaciones de centros de llamados a India ahora se desarrolla al interior de
las empresas estadounidenses de prácticamente todos los rubros.
Los trabajadores que descargan
contenedores en los depósitos de Wal-Mart Stores Inc. son de la filial de
logística de Schneider National Inc., que a su vez subcontrata a agencias de
empleo temporal. Contratistas hicieron la mayor parte de las pruebas clínicas
de la farmacéutica Pfizer Inc. en 2016.
El modelo es tan prevalente que
Alphabet Inc., la matriz de Google, tiene cerca de la misma cantidad de
empleados a tiempo completo y tercerizados, según fuentes cercanas. Unos 70.000
empleados temporales, proveedores de servicios y contratistas prueban los autos
de conducción autónoma de Google en las carreteras, revisan documentos
judiciales y gestionan proyectos de datos y marketing, entre muchas otras
actividades. Usan identificaciones rojas en el trabajo, mientras que los
trabajadores de Alphabet usan blancas.
El cambio está alterando en forma
radical el sentido de empresa y trabajador. La mayor flexibilidad de las
compañías para reducir su número de empleados, remuneración y prestaciones
aumenta la inseguridad laboral de los trabajadores. Hacer una carrera desde el
cuarto de correspondencia hasta la presidencia ejecutiva se ha vuelto más
difícil ahora que los empleos tercerizados no son parte de la fuerza laboral.
Para las compañías, el principal
atractivo de sustituir empleados con contratistas es un mayor control sobre los
costos. Para los trabajadores, los cambios a menudo se traducen en una
reducción de sus salarios. Algunos economistas señalan que el surgimiento de
una fuerza laboral paralela ante el auge de la subcontratación fomenta la
desigualdad de ingresos entre personas que realizan el mismo trabajo.
Nadie sabe a ciencia cierta
cuantos estadounidenses trabajan como contratistas, pero algunas estimaciones
varían desde 3% a 14% de la fuerza laboral, es decir hasta unos 20 millones de
personas.
Las empresas, que revelan pocos
detalles sobre la tercerización, están aumentando la cantidad y los tipos de
trabajo que consideran aptos para ser hechos por contratistas. Entre 20% y 50%
del total de los empleados de las compañías más grandes es tercerizado, según
ejecutivos de personal. Bank of America Corp., Procter & Gamble Co. y FedEx
Corp. tienen miles de trabajadores subcontratados. En el caso de las
farmacéuticas y las firmas de hidrocarburos, los empleados subcontratados a
veces superan a los de la plantilla en una proporción de dos a uno, afirma Arun
Srinivasan, director de estrategia y operaciones con clientes de SAP
Fieldglass, una filial del coloso alemán de software SAP SE.
“No he conocido un presidente
ejecutivo que no se haya sorprendido por la cantidad de personas que tocan sus
productos que no son sus empleados”, dice Carl Camden, presidente de la agencia
de personal Kelly Services Inc. La tercerización y la consultoría representaron
14% de los ingresos de la empresa en 2016.
A la larga, algunas empresas
grandes podrían tercerizar la gran mayoría de sus empleados, salvo los más
esenciales. La consultora Accenture PLC predijo el año pasado que dentro de una
década una de las 2.000 mayores empresas del mundo “no tendrá empleados a
tiempo completo más allá de la plana ejecutiva”.
Accenture es uno de los mayores
proveedores del mundo de trabajadores subcontratados. Junto a numerosos
rivales, trata de convencer a los presidentes ejecutivos que su negocio
principal es más pequeño de lo que creen.
“Hemos demostrado que podemos
hacer partes de su negocio mejor que ellos mismos”, dice Mike Salvino, quien
estuvo a cargo de la filial de tercerización de la consultora durante siete
años hasta que abandonó la empresa en 2016.
Steven Barker cuenta que las
empresas a menudo ofrecen la posibilidad de un empleo a tiempo completo, pero
rara vez cumplen. Barker, de 36 años, ha trabajado como contratista en
Amazon.com Inc., donde en las sesiones de orientación era habitual que alguien
preguntara si el empleo podía pasar a ser permanente. “Veremos. Todo es
posible”, era la respuesta más frecuente, recuerda.
Barker se postuló a un empleo de
tiempo completo en Amazon en X-Ray, un servicio que permite a los usuarios
acceder a biografías de los actores y otra información mientras miran películas
y programas de televisión. Trabajó como contratista en X-Ray desde su etapa de
desarrollo, relata, pero no le ofrecieron una entrevista y la empresa al final
lo rechazó. Amazon declinó referirse al tema.
Hay empresas que intentan
tercerizar operaciones y luego cambian de parecer. Alrededor de 70% de los
empleos de tecnología de la información de la cadena minorista Target Corp.
eran subcontratados cuando Mike McNamara asumió como director de informática en
2015. Ahora, cerca de 70% de esos empleos son hechos por empleados de Target.
“Soy un convencido de que si se puede obtener una ventaja competitiva de algo,
se tiene que hacer dentro de la empresa”, señala el ejecutivo. “Es muy
importante que cuente con mejores algoritmos de cadena de suministro que mis
competidores”.
Pocas empresas, consultores o
economistas anticipan que la tendencia se revierta. Al dejar actividades
consideradas no prioritarias en manos de un contratista, una empresa puede
dedicar más tiempo y energía a lo que mejor hace. Cuando una firma externa está
a cargo del personal, asume la tarea cotidiana de programar turnos, contratar y
despedir trabajadores. Los empleados son rápidamente sustituidos en caso de ser
necesario y la empresa sólo se preocupa del producto final.
Steven Berkenfeld, un banquero de
inversión que ha dedicado su carrera a evaluar estrategias corporativas, cuenta
que toda clase de empresas piensan en automatizar, externalizar y subcontratar.
Incorporar a un empleado es un recurso de última instancia. “Muy pocos empleos
superan esa carrera de obstáculos”, recalca.
Cuando el fabricante de motores
de aviones Pratt & Whitney no quería seguir coordinando las entregas a sus
plantas, contrató los servicios de United Parcel Service Inc., que cuenta con
miles de expertos en logística y se especializa en tecnologías de
automatización.
UPS construyó una instalación de
más de x55.000 metros cuadrados en Londonberry, estado de New Hampshire.
Alrededor de 200 empleados de Pratt tuvieron la oportunidad de seguir cursos de
capacitación para trabajar en la nueva instalación. Algunos lo hicieron y otros
dejaron la empresa o se jubilaron. UPS contrató a unos 200 empleados a los que
les pagaba por hora.
En un inicio, los trabajadores
eran inexpertos y las empresas tuvieron problemas para sincronizar los sistemas
de informática, incluyendo software de manejo de depósito que UPS tercerizó a
otra compañías. El resultado de este y otros problemas fue una caída de 33% en
las entregas de motores de Pratt, una filial de United Technologies Corp. en el
tercer trimestre de 2015, equivalente a unos US$500 millones en ventas.
La situación se normalizó en el
siguiente trimestre y ahora la planta funciona bien, dice Earl Exum,
vicepresidente de materiales globales y logística de Pratt. Los 200 empleados
de UPS pueden hacer el trabajo para cinco fábricas que realizaban 150
trabajadores de Pratt para dos. Los empleados de Pratt estaban sindicalizados,
los de UPS no.
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