Los contenidos y construcción de
la confianza
FORBES – 2 de febrero de 2019
A pesar de que la reputación es
esencial para el bienestar de una empresa, la confianza es un activo
significativamente poderoso que influye en los comportamientos de las partes
interesadas.
Las plataformas digitales tienen
el poder de destruir la reputación, provocar huelgas entre comunidades e,
incluso, llevar el precio de las acciones de una empresa al declive. Hoy, la
mayoría de las organizaciones se están dando cuenta de la importancia de
ejercer activismo y de construir contenidos estratégicos de cara a sus
audiencias. Así mismo, se ha vuelto esencial que comprendan el creciente
impacto de las redes sociales, como Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram y
YouTube, así como la llegada de múltiples sitios web informativos, con el
propósito de diseñar estrategias que respondan a las necesidades de sus
audiencias.
Este ejercicio debe
complementarse con la construcción de confianza, la cual debe ser el resultado
de una gestión responsable que revele las necesidades del consumidor final y no
una promesa vaga que se quede en el papel. La narrativa que lleve esta
estrategia también es clave y, por ello es primordial definir qué tipo de
contenidos deben transmitirse en cada red y qué tipo de información es la que
verdaderamente le interesa a cada público.
A pesar de que la reputación es
esencial para el bienestar de una empresa, la confianza es un activo
significativamente poderoso que influye en los comportamientos de las partes
interesadas. Las empresas aumentan la posibilidad de lograr que sus audiencias
estén de su lado en la medida en que construyan un fuerte lazo de confianza,
más allá de respaldarse en tener una muy buena reputación.
No estoy diciendo que la
reputación deba desaparecer. Por el contrario, tener una buena reputación es
sumamente importante y, de hecho, fundamental. La confianza en una empresa no
se puede lograr hasta que goce de una buena reputación entre sus múltiples
grupos de interés.
Cultivar confianza en una empresa
requiere que ésta se manifieste, sea proactiva y comunicativa acerca de su
gestión. Un liderazgo fuerte que se refleje en ser un buen empleador le permite
a una empresa ejecutar su estrategia de contenidos y de comunicación de manera
asertiva para la construcción de confianza.
Una vez se haya construido
confianza, las audiencias se convierten en validadoras y defensoras de las
organizaciones. La clave para la transición de un actor desinteresado a uno
activo e involucrado es crear lazos fuertes de confianza que evidencien una
excelente reputación.
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