¿Cómo les afectará el Brexit a
las universidades?
FORBES- 31 de enero de 2019
Actualmente, hay más de 450.000
alumnos extranjeros estudiando en universidades de Reino Unido, lo que
representa ingresos para el PIB británico de en torno a 14.000 millones de
libras.
Durante la campaña anterior al
referéndum del Brexit, una mayoría de stakeholders de la educación superior,
incluidos 103 presidentes de universidades, el 56% de estudiantes
universitarios y también Jo Johnson, antiguo secretario de educación británico
–y hermano de Boris Johnson, crítico conservador de la primera ministra May–
expresó su preferencia de permanecer en la Unión Europea (UE).
Dos años más tarde, la mayoría de
académicos confirma todavía su posición pro-UE y esperan que, pase lo que pase,
Reino Unido no se desconecte del continente. Comprensiblemente, la
incertidumbre y las probables consecuencias negativas, particularmente si no
hay acuerdo, generarán menoscabos para las universidades británicas. Por otro
lado, no puede pensarse en términos de juego de suma cero, porque los
perjuicios para las universidades británicas no beneficiarían necesariamente a
otras universidades del Continente, como algunos creen equivocadamente.
Cabe esperar, en primer lugar,
que el número de estudiantes de pago de la UE en el Reino Unido caerá
significativamente, incluso teniendo en cuenta la depreciación de la libra
esterlina, que se traduciría en un descenso en el precio de la matrícula, así
como en gastos de vivienda y mantenimiento.
Actualmente, hay más de 450.000
alumnos extranjeros estudiando en universidades de Reino Unido, lo que
representa ingresos para el PIB británico de en torno a 14.000 millones de
libras y un impacto de más de 20.000 puestos de trabajo. La razón fundamental
para esta caída es la preocupación entre estudiantes de la UE por obtener
visados de trabajo para después de su graduación en Reino Unido, que
actualmente no son requeridos.
Posibles fusiones
El impacto en las universidades
británicas más prestigiosas será probablemente mínimo. Sin embargo, las
universidades con menos reputación tendrán que hacer frente a dificultades y
considerarán la posibilidad de fusionarse junto con otras instituciones
educativas o crear alianzas o consorcios para ganar economías de escala y
mejorar su atracción y exposición internacional. Las universidades privadas,
aun siendo minoría en Reino Unido, dependen mayormente de alumnos
internacionales y serán las más afectadas.
Al mismo tiempo, los programas de
intercambio entre universidades de la UE y de Reino Unido, así como los dobles
grados y titulaciones conjuntas, no se verán afectados, independientemente del
acuerdo del Brexit que se adopte, ya que se trata de acuerdos privados.
Respecto a la atracción del
claustro académico, veremos también una caída significativa en el número de
solicitudes de profesionales de la UE, para posiciones docentes y de
investigación en universidades de Reino Unido, como consecuencia de la
incertidumbre acerca de la necesidad de visas de trabajo.
Otras partes interesadas temen el
indeseado ambiente xenófobo creado por los brexiteers. Sin embargo, este receso
será compensado por un aumento de solicitudes por parte de países no miembros
de la UE.
Malos tiempos para los fondos de
investigación
Los fondos para investigación se
verán también afectados. A largo plazo, los académicos del Reino Unido tendrán
que retirarse de los proyectos de cooperación en investigación entre
universidades europeas, que son parte del presupuesto de la UE.
Los proyectos en marcha
patrocinados por el programa Horizonte 2020 tampoco se verán afectados y
continuarán hasta su conclusión.
Al mismo tiempo, dada la calidad
de la investigación llevada a cabo en universidades de Reino Unido, es muy
probable que sus homólogos en la UE sigan contando con ellos para iniciativas
de investigación conjuntas. Una consecuencia mayor puede ser que las
universidades británicas pierdan el liderazgo en estos proyectos.
También cabe esperar recortes
presupuestarios y aplazamiento de planes de inversión en universidades de Reino
Unido. La pronosticada desaceleración en la economía británica tras el posible
Brexit traerá probablemente un menor gasto en educación por parte del gobierno.
Esto podría provocar que algunas universidades del país suban el precio de sus
matrículas. Sin embargo, la mayoría de presidentes de universidad han
manifestado su voluntad de aplicar el mismo precio de matrícula para
estudiantes tanto de Reino Unido y la UE.
Estabilidad a largo plazo
Pero incluso teniendo en cuenta
las –previamente mencionadas– consecuencias negativas durante los próximos
años, creo que la situación se estabilizará a largo plazo.
Las dos razones más importantes
para esto son:
Primero, el pragmatismo
prevalecerá. Actualmente, todo el mundo tiene dudas sobre la solución que el
Parlamento Británico adoptará, y sobre si será avalada por la UE y sus estados
miembros. No obstante, mi intuición es que el resultado más probable será
mantener el status quo en educación e investigación, dos áreas mucho menos
polémicas que comercio e inmigración.
En segundo lugar, la educación
superior es ahora un sector global. Este proceso de globalización es
irreversible, dada la integración internacional de prácticas educacionales, el
impacto de tecnología y el libre caudal de intercambio de personas e ideas. Las
universidades británicas juegan un papel fundamental en este escenario de
educación global, un escenario en el que la lengua franca es, por descontado,
el inglés.
Independientemente del modelo
institucional y regulatorio adoptado, las relaciones actuales entre
universidades continuarán. Además, en muchos casos, estas relaciones están
basadas en acuerdos bilaterales o multilaterales entre diferentes universidades
y no requieren ni marco regulatorio ni reconocimiento gubernamental.
Es deseable que las iniciativas
de líderes en organizaciones educativas continúen construyendo puentes más allá
de las fronteras y creando nuevos programas internacionales de colaboración
basados en el reconocimiento mutuo sin la necesidad de apoyo del Reino Unido ni
de las autoridades de la UE.
Espero que las universidades
británicas y de la UE contribuyan a reparar las divisiones que el Brexit ha
generado, de la misma manera que continúen desarrollando e impulsando la
diversidad, la tolerancia y el sentido de ciudadanía global, valores que
residen en el origen de las mismas universidades. La esperanza de muchos es,
todavía, que Brexit no llegue a implementarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario