El regreso del
apalancamiento a los mercados
FORBES- 4 de feb. de 19
Al parecer no fue suficiente la crisis del
2008, y los instrumentos financieros estructurados han regresado. La
acumulación de deuda de riesgo s mercados corporativos se ha ido incrementando.
La incertidumbre es lo que caracteriza este año
a los mercados financieros luego de dejar atrás un camino difícil para la
mayoría de los inversionistas, un período de alta volatilidad ocasionado por
varios factores que hasta el día de hoy siguen estando latentes en los
mercados. El incremento de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados
Unidos (FED) y la guerra comercial entre este último país y China, fueron los
principales motores de la volatilidad el año pasado, sin embargo, para este año
las probabilidades de que la FED siga incrementando las tasas son bajas, aunque
no se debe subestimar los escenarios que se puedan presentar, y por los
momentos el asunto de la guerra comercial se mantiene con una buena
perspectiva, pero como dije anteriormente, apenas está iniciando el año y así
como los demás, considero que las proyecciones podrían cambiar rápidamente.
La interrogante que sigue merodeando al mundo
financiero internacional es si este año el mercado financiero entrará en
recesión, o peor aún, en una crisis como la que vivimos en el 2008. Es un
escenario que se ha estado planteando desde el año pasado, y mientras pasan los
meses esta idea sigue agarrando fuerza, aunque cabe destacar que los
indicadores económicos no muestran aún resultados que deban preocupar.
Desde el año pasado el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y otros organismos como el Banco Internacional de Pagos
(BIS) han advertido del considerable incremento de deuda de riesgo que ha
caracterizado al mercado de crédito corporativo. El año pasado las ventas de
obligaciones de préstamos garantizadas (CLO por sus siglas en inglés) tuvieron
récord, lo que en cierta medida no es nada alentador. Estos instrumentos
estructurados, son adquisiciones apalancadas con calificaciones crediticias
bajas, vehículos de la ingeniería financiera, con características similares a
las obligaciones de hipotecas garantizadas (CDO), los mismos de la crisis de
2008.
Las nuevas emisiones de CLO en los Estados
Unidos alcanzaron un récord de 130,4 mil millones de dólares en 2018. Según
Bloomberg, quienes administran más obligaciones de préstamos garantizadas en
Estados Unidos son Credite Suisse Asset Management, GSO, Carlyle entre otros.
Lo más preocupante del escenario es que alrededor del 29% de los emisores de
préstamos apalancados están calificados con B3, el grado por encima de la
calificación CCC, cuando hace una década, era solo del 14% según los datos del
Servicio de Inversores de Moody’s. Teniendo estos factores sobre la mesa lo que
nadie quiere es que estos instrumentos bajen su calificación, sólo se requiere
que una serie de eventos se desarrollen al mismo tiempo, y estaremos frente a
una tormenta perfecta.
A diferencia de las obligaciones de hipotecas
garantizadas (CDO), las obligaciones de préstamos garantizados (CLO) poseen
respaldo, es decir, si una de las empresas incumple, el inversionista puede
recurrir a la venta de esa garantía, aunque cabe destacar que los convenios de
estos préstamos cada vez son más reducidos. El apalancamiento no es una
estrategia mala si se sabe implementar de forma eficiente, lo preocupante es,
cuando se usa principalmente para asumir más riesgo financiero y no para
inversiones productivas como se está manifestando en los últimos meses en los
mercados.
Ya han pasado diez años de la crisis financiera
mundial y ha vuelto el apetito por el alto riesgo, claramente con la finalidad
de conseguir altos rendimientos. Lo que se ha desencadenado desde entonces, es
un crecimiento que ha caracterizado a los principales mercados bursátiles de
todo el mundo; a todos los inversionistas les gusta que se presente este tipo
de escenario y que todo vaya bien a nivel financiero, pero tenemos que tomar en
cuenta que los mercados no crecen sin ningún tipo de interrupción, claramente
las correcciones se tienen que presentar, lo que ha originado cierta
preocupación al día de hoy debido a que nadie quiere estar presente en un
momento como este, sin embargo, lo que aún se debate hasta el día de hoy es si
lo que se aproxima será una corrección, una recesión o una crisis financiera,
todo depende de cómo manejen los escenarios los bancos centrales. No cabe duda
que el aumento continuo de las tasas por parte de la FED podría despertar una
nueva crisis; el año pasado estuvo caracterizado por alta volatilidad y tensión
en los mercados, además de un aumento en las inversiones de los mercados
emergentes, principalmente en China, aunque cabe destacar que en la crisis
financiera de 2008 prácticamente todos los mercados a nivel mundial cayeron en
la misma proporción, claramente habría que esperar ya que no todos los
escenarios de desarrollan de la misma forma.
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