Incertidumbre devuelve volatilidad a mercados
FORBES- 12 de febrero de 2019
Los riesgos a los que se enfrenta
la economía global han provocado una mayor agitación en los mercados. La
volatilidad se ha disparado en un escenario plagado de incertidumbres.
El deterioro que ha sufrido el
balance de riesgo global y las elevadas tensiones políticas y comerciales que
mantienen determinados países, han devuelto al mercado unos mayores niveles de
volatilidad. Esta agitación en las bolsas no es más que el producto de una
incertidumbre que, según las estimaciones, se espera que perdure durante el
presente ejercicio.
Los mercados vuelven a agitarse,
dejando unos niveles de volatilidad mayores a los vistos durante el ejercicio
pasado. La incertidumbre política ha provocado que los inversores se mantengan
alerta, deshaciendo sus posiciones en aquellos activos de mayor riesgo para
salvaguardar su capital.
La reciente crisis técnica de
Italia, el Brexit o la desaceleración económica de China son algunos de los
detonantes que ha provocado esta mayor agitación en los mercados. Por otro
lado, la dificultad de medir las magnitudes de estos shocks que sufren
determinadas economías provoca una gran inestabilidad en el entorno económico.
Los grandes riesgos que se están
dando en aquellas economías sistémicas, como es el caso de China o Estados
Unidos, ha desatado el miedo en los inversores. El peligro que atraviesa la
estabilidad económica global ha llevado a los inversores a mostrarse cautelosos
en sus actuaciones dentro del mercado.
A este se le suma el enorme
agujero de deuda pública. Los países muestran, hasta ahora, una leve
desaceleración en el crecimiento económico. Si a esto le sumamos la enorme
carga de deuda que poseen aquellas economías más fuertes, como ha indicado el
Fondo Monetario Internacional, los riesgos se incrementan.
Estamos ante un contexto de
economías excesivamente endeudadas. Con motivo de reducir esta deuda, los
procesos de desapalancamiento en las economías podrían tener efectos
devastadores para aquellas economías más ralentizadas. Esta situación dificulta
aún más el entorno, pues debería ser prioridad la reducción del endeudamiento.
Tal y como se presenta la
economía a nivel global, podemos intuir que el escenario económico para 2019
promete ser tan inestable como los últimos meses del año pasado. La
desaceleración económica es generalizada en todo el mundo y, como hemos dicho,
los niveles de deuda podrían allanar el terreno para próximas recesiones.
Aún es pronto para sacar
conclusiones. Aunque si es cierto que las condiciones que se están dando no son
las más favorables, aún debemos ver la actuación de los líderes políticos;
pues, de cierta manera, esta situación ha sido provocada por la mala actuación
de estos en sus políticas.
En resumen, estamos, nuevamente,
ante unos mercados agitados. Unos mercados que buscan una estabilidad que
parece inalcanzable. El nuevo año parece que no va a ser un buen año en las
bolsas para aquellos inversores más conservadores; no obstante, para otros
muchos inversores, este aumento de la volatilidad ha devuelto a los mercados su
verdadero atractivo y el potencial necesario para la obtención de rendimientos.
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