Mantener
identidad y reputación corporativa
FORBES- 13 de feb. de 19
Si la identidad corporativa conecta pasado y
presente, lo que decimos, lo que transmitimos, además de los que hacemos y
pensamos, conecta el presente con el futuro.
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?
Siniestro Total es un grupo gallego de punk que lleva desde los ochenta
haciéndose este tipo de preguntas mientras Julián Hernández, líder e ideólogo,
pega saltos por el escenario. Su nombre, Siniestro Total, viene del accidente
que en una noche de inciertas alegrías tuvieron en un Renault 12 mientras iban
a tomar la “última” a un garito de la playa de Samil. No se sabe si durante su
convalecencia fue cuándo empezaron a preguntarse por el sentido de la vida o la
cosa viene de antes, el caso es que estás preguntas están ahí para ser
contestadas y eso es lo que vamos a intentar.
Cuando hablamos de compañías, el quiénes somos
tiene que ver con la identidad corporativa, está relacionado con el ser de la
organización; es el resultado de lo que fuimos, de dónde venimos, de la
historia, de lo que hacemos, del comportamiento corporativo y lo que pensamos,
la cultura corporativa; este ¿quiénes somos? está condicionado por de dónde
venimos, claro.
Lo que somos es la esencia de la compañía, su
elemento diferenciador, frente a otras compañías parecidas. El éxito deriva del
hecho de ser diferente, dicen Jonas Ridderstrale & Kjell Nordström en su
marchoso libro “Funky Business”, y el profesor de Harvard Michael Porter, todo
un clásico, afirma “lo importante no es ser el mejor, lo importante es ser
diferente”.
Si la identidad corporativa conecta pasado y
presente, lo que decimos, lo que transmitimos, además de los que hacemos y
pensamos, conecta el presente con el futuro. La identidad corporativa se
proyecta a través de la marca corporativa, la promesa de valor, lo que nos hace
o no diferentes y nos conecta con el futuro. ¿A dónde vamos?
Natalia Lafourcade en 2012 hizo un homenaje a
Agustín Lara en su álbum “Mujer divina”, tres años después publica “Hasta la
raíz”, álbum que en poco tiempo alcanza las 50,000 copias superando las
expectativas de la propia artista, “Definitivamente está superando mis
expectativas y estoy muy feliz” Y es que las expectativas nos conectan con el
futuro.
R. Edward Freeman dio fama al término
stakeholders usándolo para referirse a los que son afectados o pueden ser
afectados por las actividades de una empresa. Esos grupos de interés que
reconocen o no reconocen el comportamiento corporativo en función de sus
expectativas y el grado de cumplimiento de los compromisos de la empresa.
Una empresa reputada es una empresa a la que
sus grupos de interés le reconocen su comportamiento corporativo porque cubre
sus expectativas. Esos grupos de interés los podemos clasificar en cuatro
grupos, el del consumo, que afecta a los clientes; el de la organización, que
afecta a los trabajadores; el de la rentabilidad, que afecta a los accionistas,
y el social, que afecta a los ciudadanos.
La buena reputación de una compañía es un
activo, el más valioso, según algunos estudios recientes que sitúan por encima
del 70% el valor de los activos intangibles sobre el total de los activos, y el
único que no se puede copiar. La reputación es la fuente de la ventaja
competitiva porque explica por qué una camisa con un cocodrilo en el pecho es
preferida a la misma camisa, pero, un suponer, con una ballena; explica por qué
hay compañías en las que todos quieren trabajar y por qué hay compañías de las
que todo el mundo huye; explica por qué hay compañías con buenos resultados
financieros que son menos valoradas en bolsa que otras y es este plan.
Un activo que las compañías deben de medir y
gestionar, hasta la raíz, porque lo llevan dentro y tiene que ver con los que
somos, con de dónde venimos y a dónde vamos, claro, y esta vez vamos a conducir
con cuidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario