La ciberseguridad convertida en activo
escencial
FORBES- 8 de febrero de 2019
Revisa todo lo que pones y
agregas a tus dispositivos, dedica tiempo a verificar tus operaciones,
depósitos, saldos, comunicaciones; mantenerte siempre alerta es necesario,
El progreso tecnológico trae
-como toda actividad humana- grandes beneficios, pero también implica severas
amenazas. Cada avance que se hace para agilizar y facilitar el trabajo,
automatizar procesos, intercambiar datos a mayor velocidad y proteger
información valiosa o sensible genera una contra-respuesta de intereses y
organizaciones dedicadas a violar, infiltrar o afectar tales herramientas y
beneficiarse de esta actividad.
Desde la motivación del ego por
alcanzar notoriedad, hasta constituirse como profesionales enigmáticos, genios
y rebeldes anti-status los hackers generan una tremenda y permanente
competencia en seguridad, inteligencia y tecnologías.
Un usuario descuidado, un mail no
autorizado, un archivo adjunto, visitas a sitios de dudosa procedencia, memes,
fotos, videos, enlaces, perfiles, noticias, ofertas, materiales “inocentes” en
la red pueden ser la puerta de entrada de malware, virus, infiltraciones,
perdida de datos, la exposición de información confidencial y todos los
posibles efectos nocivos sobre la reputación de tu identidad y/o tu empresa.
He aquí algunas de las medidas
básicas para limitar los daños y desarrollar un sistema preventivo, la cultura
organizacional y los hábitos personales que se requieren en la materia:
1) Infraestructura. Mantenerse al
día en materia de equipos, hardware, software es fundamental. La velocidad de
evolución y desarrollo de herramientas es increíble, el número de usuarios y el
volumen de datos que circula y debe protegerse es exponencial, nada detiene el
tráfico, contenidos y materiales que son puestos en celulares, tabletas,
computadoras, terminales, instalaciones, maquinaria y procesos automatizados,
por lo que ningún dispositivo puede quedar vulnerable.
La complejidad del problema
requiere de una inversión y, aun así, no existe garantía permanente de
seguridad. Sin duda, hacer el mayor esfuerzo para almacenar, administrar,
encriptar, respaldar, blindar y filtrar información debe ser parte del
presupuesto anual de operaciones.
2) Procesos clave de seguridad.
Todo parte de una adecuada configuración y arquitectura robusta. La lógica, los
mercados, los flujos, los servicios, los clientes y las prioridades han
cambiado. Hoy en día, las empresas deben diseñarse no solamente como
estructuras organizacionales sino como entes informáticos, tecnológicos, de
procesos y sistemas en operación.
El monitoreo proactivo,
actualización permanente y el mapeo de las áreas de riesgo también deben ser
parte de rutinas cotidianas y procesos de desarrollo de las empresas, así como
de nuestras conductas diarias.
3) Todos podemos ser objeto de
riesgo. Desafortunadamente, las redes sociales convirtieron a todos los
usuarios de las mismas, en blancos posibles de robo de identidad, información
personal, contenidos, trabajo, creaciones y confidencias.
Las compras en línea, el
intercambio de mensajes, servicios, localización, reservaciones, viajes,
trabajo, estudios, conversaciones, comentarios, patrimonio, opiniones, hasta
tus relaciones personales, todo lo que ingresas a un dispositivo enlazado o le
transmites a otros usuarios de la red puede quedar expuesto y ser objeto de la
curiosidad, intromisión, robo, noticias maliciosas, rumores, acoso, escándalo,
espionaje o hasta el chantaje y la extorsión.
No importa la dimensión, los
ingresos, la posición que se ocupe en la empresa, la trayectoria, ni las
secuelas de daño. Se han detectado desde amenazas personales hasta las mayores
revelaciones de secretos de estado, operaciones comerciales, complicidades,
evasión de impuestos, movimientos bancarios, fraudes, corrupción y fallas en la
calidad de los servicios ofertados. Clientes, proveedores, celebridades,
políticos, empresarios, figuras públicas, empleados, tareas, usuarios, nadie se
escapa.
4) Entrenamiento, capacitación,
cultura. Debes habituarte a manejar cada uno de tus dispositivos y herramientas
de trabajo habitualmente con las medidas fundamentales de seguridad personal y
organizacional.
Para las empresas, no se trata
solo de supervisar, capacitar y cambiar passwords permanentemente, sino de
tomar consciencia, establecer estrictos controles y operar con los mayores
estándares posibles.
Revisa todo lo que pones y
agregas a tus dispositivos, dedica tiempo a verificar tus operaciones,
depósitos, saldos, comunicaciones; mantenerte siempre alerta es necesario
cuando formas parte de comunidades, seguir líderes de opinión, informarte o
acceder a tus datos.
No es exagerado apuntar que todo
lo que circula es susceptible de dejar un rastro, todo lo que agregues a la red
puede ser usado en tu contra.
5) Administración de riesgo y
manejo de crisis. Recurre a los profesionales, no te dejes llevar por las
tendencias e inercias de manera ingenua. Verifica, repasa y revisa antes de
enviar. No seas vulnerable a perfiles falsos, ponle doble atención a lo que
circulas y asegúrate de direccionar tus mensajes al buzón correcto, tu
ciber-seguridad comienza con una dosis de sentido común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario