Si te quejas te encargas, si no,
no te quejes
FORBES- 26 de febrero de 2018
La queja es la peor de las
actitudes en un ambiente laboral. No sólo es lo que más molesta a los
empleadores, también es lo más tóxico y contaminante para todos los colegas.
Es muy humano que nos
acostumbremos a las cosas que tenemos. Aquellas que se convierten en parte de
nuestra rutina pierden valor ante nuestros ojos por el hecho de tenerlas
siempre a la mano. Nos habituamos a las cosas, aunque realmente sean muy
valiosas. El problema de hacerlo es que dejamos de apreciar, por lo que, a la
larga, terminaremos convencidos de que las cosas valen menos de lo que en
realidad importan y finalmente, el inconveniente de eso es que podemos tomar
pésimas decisiones cuando no apreciamos las cosas en su justo valor.
Por ejemplo, puedo afirmar que
cada vez hay más casos de personas que renuncian a su empresa por un trabajo
con mejores condiciones aparentes, sólo para darse cuenta de que dejaron
escapar varias cosas valiosas de su empleo anterior. Estos elementos que
valoraban ya no los consideraban tan preciados por lo que les pareció muy fácil
deshacerse de ellos, recordando su valor real hasta que ya estaban trabajando
en la nueva firma y ya los habían perdido.
Qué triste es cuando alguien
abandona algo de mucha valía por algo de menor importancia y termina dándose cuenta
de que tomó una decisión equivocada. En la mayoría de los casos, esto se genera
por una baja apreciación.
El segundo gran problema de tener
una baja valoración por las cosas significativas, es que comenzamos a quejarnos
por todo. Nada parece estar bien, todo parece estar mal. Nos quejamos porque no
estamos de acuerdo con la realidad, queremos que ésta sea diferente. Los demás
están mal, actúan erróneamente, están equivocados. Nosotros sabemos cómo
deberían ser las cosas para que todo se resuelva, pero los jefes, los colegas,
los equipos y todos los demás, están tomando las decisiones y comportamientos
equivocados. ¡Si tan sólo nos escucharan!
Estando en esta posición, nos
quejaremos de todo y con casi todas las desafortunadas personas con las que tengamos
una conversación. Cuando alguien se lamenta demasiado, su descontento
inevitablemente llega a oídos de sus jefes y entonces estará condenado a la
autodestrucción laboral.
La queja es la peor de las
actitudes en un ambiente laboral. No sólo es lo que más molesta a los
empleadores, también es lo más tóxico y contaminante para todos los colegas.
Además, el descontento es contagioso y se esparce como un virus hacia todos los
puntos cardinales. Una persona con esta actitud contamina a los demás y va destruyendo
poco a poco al equipo. Un buen líder preferirá deshacerse de aquellos elementos
que se quejan demasiado y contaminan a los colaboradores, a pesar de que quizá
tengan grandes talentos y enormes resultados.
La frase que debería existir en
todas las compañías, desde los más altos niveles hasta los empleados de más
reciente ingreso, es la que escuché de uno de mis maestros: “el que se queja se
encarga; si no te vas a encargar, no te puedes quejar”.
Si eliminas las quejas, estarás
haciendo un enorme cambio positivo en tu vida laboral e incluso en tu vida
personal.
Ahora bien, una de las maneras
más efectivas de eliminarlas, es incrementar la apreciación. Si a estas alturas
ya eres una de las personas que pasan más tiempo lamentándose que agradeciendo,
quizá es porque en el pasado te contaminó algún otro quejumbroso, o tal vez ya
tiene tiempo que dejaste de apreciar. La buena noticia es que siempre estás a
tiempo.
Sé que es difícil estimar las
cosas cuando no eres feliz, pero hay un camino relativamente fácil: si no
puedes apreciar las cosas rutinarias que alguna vez te parecieron valiosas,
finge que las aprecias, habla y actúa como si las apreciaras, y terminarás
pensando que así es. Esto creará una valoración genuina y eliminará la queja.
Esto sólo te puede beneficiar a
ti, pero una vez que lo logres, también traerá resultados positivos para todos
los que te rodean y vivirás más contento apreciando las cosas que tienes, que
quejándote por las que no son como quieres que sean. Tus jefes y compañeros lo agradecerán.
De todo corazón espero que esta
recomendación te resulte útil en tu vida laboral y si la puedes aplicar también
a tu vida personal, será verdaderamente genial.
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