Los 10 enemigos para el éxito del
emprendedor
FORBES- 13 de febrero de 2018
Es tan importante saber lo que
tenemos que hacer, como aquello que debemos evitar para lograr éxito como
emprendedores.
Es tan importante saber lo que
tenemos que hacer, como aquello que debemos evitar como emprendedores.
Los enemigos invisibles del
éxito, impactan en los precios, las ventas, la productividad y se pueden estar
relacionando en cada uno de los procesos
de tu negocio por una sencilla razón, habitan en ti, en tu mente, tu forma de
ser o tu emoción. Y puedes estar habituado a ellos, incluso inconscientemente.
Así que en esta ocasión, para
hacerlo consciente, hablaremos de aquellos puntos relacionados con nuestra
mente, que debemos cuidar.
Miedo. No hay algo que detenga
más a las personas que el miedo. El miedo paraliza, y es imán de pensamientos
negativos, excusas y suposiciones catastróficas. Para vencerlo es necesario
identificarlo y enfrentarlo por medio de la acción, que es su mejor medicina.
Si el miedo se la pasa hablando, la acción debe tener oídos sordos y continuar.
Inseguridad. De nada sirve un
vendedor o una persona de negocios cuya emoción titubea a la hora de vender,
haciendo una presentación o mostrando su producto. Recordemos que más del 80%
de la compra y la venta está en la comunicación efectiva, el rapport -conexión
con el otro- y la certeza emocional -el activo de seguridad que se transmite-
cuando la palabra se hace presencia y certeza en quien la expresa como única y
verdadera.
La desvalorización. De nada sirve
querer aumentar tu precio cuando sientes que no lo vales o que no te lo van a
pagar. Aquí este enemigo se alía con el de la inseguridad. Lo que tú sientas,
lo comunicarás.
El conformismo. Mantenernos a
nosotros mismos, nuestros productos o servicios bajo una actitud conformista es
un grave error, pues nos mantendrá en la mediocridad. Y por lo tanto sumergidos
entre muchos, en medio de la bola, sin diferenciarnos lo suficiente, sin
exigirnos más que lo básico. Elevarnos y separarnos de lo común y corriente,
implica necesariamente hacer a un lado el conformismo para ofrecer la calidad y
grandeza que tenemos.
La inconstancia. De nada sirve
trabajar arduamente cinco días si cualquier cosa nos hace después perder el
ritmo. Si trabajas por momentos, y lo dejas, si no tienes el poder sobre la
línea de tiempo. Recuerda generar el hábito, y más vale paso que dure que trote
que canse. El verdadero amigo del éxito es el hábito, pues se acerca paso a
paso a las metas.
El desenfoque. Primo del
anterior, este perjudica por completo a los que divagan fácilmente. Propio los
mil “business” que dividen su esfuerzo en muchos caminos. Lo que por
consiguiente les divide el capital, de pesitos a centavos. Sin saber o poder
reconocer que los centavos de esfuerzo invertidos, no darán ganancias grandes.
Propio de los que les es fácil dejar la misma línea, y divagan sin control.
La desidia. Prima hermana de la
mediocridad, implica necesariamente la falta de interés. Les sucede mucho a
personas que hacen algo por hacerlo, y no les gusta. Este enemigo del éxito es
de comportamiento recurrente. Y cómo conseguir el éxito haciendo algo que no te
interesa hacer.
La falta de compromiso. Hace
falta que algo nos atrape lo suficiente para reforzar nuestro compromiso
interno. Pues se requiere de significación profunda. El apego a la promesa que
nosotros mismos nos hacemos, porque queremos cumplirla, es en sí mismo “el
compromiso” y de él se derivan los buenos hábitos.
La indisciplina. La selección de
los hábitos correctos lleva a cumplir cabalmente con lo propuesto. La
indisciplina como enemigo del éxito es en sí misma desorganización para darnos
el tiempo de llevar a cabo las hábitos correctos. El indisciplinado normalmente
tampoco sabe manejar sus tiempos y espacios.
El autosabotaje. Y por último el
autosabotaje, alcahuete del miedo, y el que brinda las excusas, los pretextos,
la salida fácil, privilegiando la razón por encima de cualquier cosa. Y en los
negocios como en la vida se puede tener razón (como excusa o pretexto) o resultados.
Recuerda, trabajar en uno mismo,
es primero, si de negocios se trata. Si ubicaste uno o varios enemigos del
éxito trabájalos, la metodología del coaching te puede ayudar.
Así que ya lo sabes, enfócate,
dedica tiempo, trabaja en tus hábitos, seguridad personal y autoestima,
enfrenta aquellos espacios mentales y emocionales que te detienen, para que
alejes a los enemigos del éxito de tus hábitos y procesos.
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