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martes, 20 de febrero de 2018

El poder y la masacre


El poder y la masacre: de lo social a lo político



FORBES- 21 de febrero de 2018
Vacíos “llenados” con odio, destrucción, discriminación y muerte. Necesidades y comportamientos, reflejo de una sociedad desorientada, desde las escuelas, hasta la Casa Blanca.

Cada 60 horas un ataque armado en las escuelas de Estados Unidos. En lo que va del año. Desde 2013, 291 ataques armados de sicópatas o sociópatas en aquel país, uno a la semana en promedio. Tres de los peores de la historia de Estados Unidos han sido en los últimos cinco meses. En aquel país, 33 mil personas mueren al año por armas de fuego.

Las necesidades básicas cubiertas a partir de la destrucción

Todos los seres humanos tenemos necesidades básicas. Las más comprendidas son las de alimento, vivienda, vestido etc. Aquellas que apelan a lo que un ser humano requiere para su sobrevivencia “y bienestar”.

No obstante, existen otras más complejas. Quienes trabajamos en fondo y forma con el comportamiento de los individuos sabemos que las más complejas se relacionan directamente con el bienestar psicológico e integral de los individuos.

 
Los seres humanos buscan:

Seguridad (en todos los aspectos)
Significancia (sentirse importantes)
Conexión (sentirse comunicados o conectados)
Variedad (tener cambios y variantes de vida)
Crecimiento (sentir crecimiento, necesidad de ir en aumento en algo)
Contribución (impacto social)
Algunas de ellas llevan a otras todavía superiores como: Poder y trascendencia. Cuestiones que hacen que los seres humanos busquen cubrirlas.

Al momento que un individuo siente algún grado de impotencia, o inseguridad, intentará imponerse a partir de sus recursos, inteligencias o uso de la fuerza. Todo ello dependiendo del tamaño de su ego y el nivel de su autoestima.

Y es por ello que, en todo caso, si el individuo es “inestable” sicológica o emocionalmente por lo que a su historia remite, intentara afectar a otros para no “verse afectado”. Discriminará, pisoteará, o eliminará a otros para sentirse superior o satisfacer su ego o necesidad de seguridad, importancia y trascendencia.

La segunda enmienda, la realidad social y política de EU

La realidad de la política de un país es causa y reflejo de su sociedad. No podemos comprender un presidente inculto en una sociedad culta. Por ello siempre vemos presidentes de países perdidos, en sociedades perdidas. Y no es más que simple sentido común.

Cómo comprender a un presidente cuyo discurso republicano está en favor de seguir armando fácilmente, a una sociedad desorientada, y creer en sus palabras, “Todo maestro o niño, debería sentirse seguro en una escuela pública de Estados Unidos”.

Esto es casi como, quitarle los zapatos a un ciego en una habitación donde que se la pasan alfombrando de alfileres.

Cómo controlar así lo que sucede, cuando se sabe que cualquiera puede armarse, por una ley circunstancial que ahora resulta obsoleta y estúpida sólo para no cambiar la constitución de un país.

Una ley fomentada y basada a partir de la inseguridad sentida en una época de guerra. Cuando tus circunstancias han cambiado, y se deberían basar como causa y fundamento en lo contrario. Los principios de seguridad. La base discursiva está mal planteada.

Una ley, que fue concebida de forma circunstancial para otra época y que hacía que cualquier Ciudadano pudiera estar armado para defenderse. Una ley prendida para otra época de la historia y obsoleta que así lo dice cuya base y principios no están en la generación de seguridad sino en lo contrario.

Vacíos personales, sociales y políticos, llenos de violencia.

Palabras de Trump:

“Mis oraciones y condolencias a las familias de las víctimas en Florida, Ningún niño, maestro, o persona alguna debería sentirse inseguro en una escuela de los Estados Unidos”.

Un presidente republicano a favor de la discriminación, la ley obsoleta de la Segunda Enmienda de la constitución de su país, y con un alto grado de necesidades complejas no cubiertas.

Un país, con un discurso de vacíos, para una sociedad de vacíos:

Para brindar seguridad, es necesario darle armas a todo el mundo. Cuando esta es y seguirá siendo la medida menos inteligente de todas.

Cuando comprenderá el mundo, que entre menor cantidad de armas existan, menor oportunidad tendrá los individuos de matar para cubrir sus necesidades complejas.

Cuando comprenderá Estados Unidos, que, a menor posibilidad de obtener un arma, menor posibilidad de ver adolescentes desorientados disparando armas automáticas en las escuelas.

Pero bueno, así la forma y el fondo de cómo los seres humanos buscan sentirse seguros a partir de destruir a otros.

De cómo buscan sentirse más importantes haciendo menos a otros. De cómo necesitan sentir poder a través de la destrucción y el conflicto. De cómo destruyen el edificio del vecino para que sus edificios sean los más altos. De cómo restar en la vida de los demás, en vez de sumar en la vida de los demás.

Todo esto es sólo reflejo de las medidas desesperadas de llenar grandes vacíos, de las historias de violencia en las calles y los hogares, del odio, de la discriminación, de la necesidad de reconocimiento no cubierto y su búsqueda de sentir poder a cualquier costo. De una sociedad en decadencia, del llamado bullying a todos los niveles, del desamor en la familia, y de la incomprensión del otro en la sociedad.

Vacíos que muchas veces terminan en la necesidad desesperada de sentir poder, y hacerse justicia jalando de un gatillo.

De la necesidad de trascendencia pasando a la historia de alguna forma, aunque esta sea nefasta. Discriminando a un pueblo, o aplastando a quien puedan, por llamar la atención.

Simple y sencillamente porque en la vida y en la sociedad, lo aprendieron o vivieron de algún modo. Y a causa de ello, buscarán sentir poder por un instante. Con su grande resentimiento social, contra quien sea y como sea, pisoteando a los demás, o abriendo fuego para satisfacer su sed de venganza.

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