Los 8
puntos básicos para entender la transformación digital
FORBES- 26 de octubre de 2017
Todo el mundo habla de
transformación digital, no obstante, antes de iniciar cualquier acción, debemos
entender qué implica y hasta dónde llega dicho cambio.
Para estas alturas, todos estamos
hablando de la transformación digital como si se tratara de un fenómeno que,
evidentemente, todo el mundo estuviera viviendo. Y aunque las condiciones de
mercado, de comunicación y de la interacción social han cambiado drásticamente
en los últimos años, eso no significa que todo el mundo sepa con claridad a qué
se refiere el concepto y mucho menos que existan condiciones para adoptarlo e
implementarlo.
De entrada, podríamos plantear
que la transformación digital es un fenómeno que va más allá de la mera
adopción de tecnologías de la información y la comunicación al interior de las
empresas como un detonante de la productividad. Implica entender las
condiciones macro económicas del país y de los mercados internacionales, aunado
a las características de los consumidores, de las plataformas que usan y de la
hipersegmentación de los nichos de mercado.
Pero no sólo eso: la
transformación digital implica un fenómeno progresivo e integral, en el que
cada una de las partes involucradas innova de forma gradual, más que si se
tratara de un checklist.
En ese sentido, cabe hacernos la
pregunta de qué elementos debemos tomar en cuenta para entender e iniciar la
transformación digital de manera amplia y profunda.
Educación y sensibilización. Para
adoptar el cambio, primero hay que entenderlo. Y el desconocimiento sobre los
alcances digitales y sus tecnologías es más amplio de lo que quisiéramos. Tanto
empresarios como emprendedores y autoridades, no terminan por entender el rumbo
del cambio. Y por desgracia, la Academia no avanza con la velocidad que
necesitamos. Por ello, la autoformación es uno de los pilares del cambio. Las
personas tienen ahora más que nunca una corresponsabilidad en su educación.
Nuevos consumidores. La razón por
la que literalmente todo se ha volcado a lo digital, es porque tenemos un nuevo
usuario de la tecnología que empezó a informarse, leer, escuchar música,
divertirse, socializar y trabajar de una manera diferente a las generaciones
previas e inició una nueva relación con las marcas y las instituciones, mucho
más personalizada, más profunda y más exigente, ahora son consumidores
informados. Ya no existen los públicos cautivos, sino miles de nichos de
mercado.
Modelo de negocios. Con nuevos
consumidores y tecnologías que conectan al planeta entero, por supuesto tuvimos
que pasar de una economía centralizada y enfocada en los grandes capitales a
una economía flexible y global, con foco en el ecosistema del emprendimiento y
el consumo individual. De la concentración de los capitales a la economía colaborativa.
No obstante, y a pesar de los grandes ejemplos, aún falta mucho por aprender en
la cuestión de generar negocios que puedan generar bienestar a todos los
integrantes del círculo de producción y consumo.
Plataformas digitales. El uso de
aplicaciones y plataformas digitales implica más que una forma de divertirse y
perder tiempo. Acercó a las marcas con sus usuarios, cambió el modelo de
consumo de medios y transformó la forma en la que ahora socializamos. Entender
que tienen su propio lenguaje y dinámica es parte de la responsabilidad en la
transformación que empresas e instituciones deben entender.
Internet de las cosas. La
siguiente transformación digital será el Internet de las Cosas. El hecho de que
nuestros dispositivos puedan conectarse entre sí, intercambiar información y
generar acciones concretas en pos de nuestro trabajo o bienestar es un área de
oportunidad en el que tendremos que trabajar mucho. No obstante, también abre
un enorme debate en torno a la protección de datos, lo que debe volcarnos a
iniciar los debates legislativos y parlamentarios pertinentes para que
garanticemos nuestra privacidad digital.
Big Data. Es el nuevo oro negro.
Las grandes cantidades de información que circulan diariamente a través de
Internet están transformando la publicidad, la política, el comercio y la
economía. Por ese motivo, se necesitan especialistas que puedan recopilar,
ordenar, analizar e interpretar el big data que pasa constante frente a
nuestros ojos y que puede ser la diferencia entre una empresa exitosa y otra
condenada al fracaso.
A la par del big data y el IoT,
las finanzas digitales son las claves del cambio digital que estamos viviendo.
No obstante, a la par de la tecnología, se necesita siempre una regulación que
garantice que, ante el advenimiento de nuevas figuras de negocio, exista la
plena certeza del uso adecuado y legal de las inversiones.
El mercado de las divisas
digitales va en constante crecimiento aunque, paradójicamente, con él, crecen
las dudas. ¿Debemos o no invertir en bitcoins, ripple o ethereum, sólo por
citar ejemplos? La respuesta no es sencilla, porque se requiere de cierta
capacitación para hacerlo y, sobre todo, mucha sensibilidad, puesto que son
instrumentos de alto riesgo. Sin embargo, resultan muy indispensables en el cambio
de paradigma económico.
La transformación digital de
empresas y gobierno no es una tarea sencilla y mucho menos, aislada. Tiene que
darse en un contexto de cooperación y con esquemas de crecimiento que
garanticen que las partes implicadas pueden verse beneficiadas en la
interacción. El punto ante todo esto es que no hay vuelta atrás, la economía y
los mercados se transformaron; entender que migrar a los entornos digitales es
un proceso que debemos empezar ya, es equivalente a la permanencia en el futuro.
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