¿Emprendedor o profesionista?
necesitas un propósito
FORBES – 16 de octubre de 2017
Más allá de las distintas
realidades de vida, existe un común denominador entre todos los seres humanos:
el propósito.
La naturaleza humana ha sido
alterada o confundida por distintos incentivos modernos que tienen que ver con
la cultura capitalista, las tradiciones y costumbres de las distintas
sociedades y la integración de tecnologías y nuevos patrones de conducta. Sin embargo,
a lo largo de la historia ha sido comprobado que el ser humano para llegar a un
sentimiento de plenitud requiere:
1) Definir un propósito
¿Qué es el propósito?
Regularmente cuando hablamos de propósito, lo utilizamos como una especie de
meta a corto o mediano plazo, enfocada en algo sumamente específico: bajar de peso, dejar de fumar, etc. Sin
embargo, cuando hablamos de propósito de vida nos referimos a un concepto mayor,
que englobe no solo nuestras metas, sino que también incluya nuestras
ambiciones, curiosidades y expectativas, por ejemplo:
Crecer personalmente de forma
saludable, intelectual y emocionalmente, para lograr crear un bienestar que me
permita elevar mi nivel de felicidad, tener una vida plena e impactar de forma
positiva y medible a la mayor cantidad de personas que sea posible.
2) Ser relevante, impactar
Una vez que definimos un
propósito no solo se trata de pensar que por arte de magia vamos a cumplirlo;
es necesario definir cómo y cuándo nos vamos a dirigir a ese propósito y el
nivel de prioridad que requiere.
El compromiso es con el propósito
por ello, las prioridades deben de alinearse. No hablamos de un plan sumamente
detallado, porque al final la vida es impredecible y no tenemos control sobre
las condiciones externas, sin embargo, lo que nos permite mantener el rumbo son
las prioridades que rigen nuestra toma de decisiones y nuestra forma de
resolver problemas o situaciones que se nos presentan, por ejemplo:
Cualquier proceso de decisión o
solución de problemas debería pasar por esta lógica:
¿Cuál es la mejor opción para
lograr crecer?
¿Cómo impacta mi felicidad a
corto, mediano y largo plazo?
¿Alguna de las opciones me crea
menor o mayor bienestar?
¿De que forma logro impactar de
forma medible y positiva la vida de más personas?
Independientemente de la problemática
si tenemos un proceso de flujo, nos aseguraremos de mantenernos en el rumbo
correcto.
3) Crecer para trascender
Por último, necesitamos avanzar,
necesitamos estar consientes en todo momento de tres factores: de dónde
venimos, en donde estamos y a donde vamos. Esto nos permite enfocarnos en un
trayecto y no en soluciones o decisiones de corto plazo que obedecen a otros
incentivos como lo pueden ser el económico, la zona de confort o la
gratificación instantánea.
En general nuestras decisiones reflejan
un proceso que la mayoría de nosotros no hemos construido, por lo que terminan
siendo reacciones emocionales o de supervivencia (entendiendo supervivencia
como el resultado menos malo posible en el menor tiempo posible).
En la medida que atendemos el
pasado, conectándolo con el presente y construyendo el futuro logramos tener un
crecimiento evidente que nos hará llegar a un sentido de trascendencia, si ayer
estábamos en el primer piso, hoy estamos en el segundo es fácil definir que
pronto debemos ir al tercero.
Conclusión
Construir un propósito no es un
proceso de un día, un mes o una semana, es un proceso que, dependiendo de la
persona, su situación y su realidad puede tomar entre dos y seis meses en
promedio.
Este proceso se vuelve más
complejo aun cuando se trata de personas que forman parte de una empresa
familiar donde existe aún menos flexibilidad para definirlo.
Si tienes más dudas sobre el tema
no dudes en escribirme y con gusto puedo compartir más información sobre el
tema, el proceso y su acompañamiento.
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