Ritos que transforman la imagen ejecutiva
FORBES- 30 de octubre de 2017
Los rituales son parte de la
cultura organizacional, y “dicen” lo que con frecuencia las palabras no pueden.
Tienen el poder de cambiar el enfoque y la vida de una organización.
Podemos decir que, un ritual es
una serie de acciones, realizadas principalmente por su valor simbólico.
Generalmente responden a una necesidad, y en las oficinas frecuentemente están
ligados a un sentido de pertenencia.
Los rituales son parte de la
cultura organizacional de una empresa, y “dicen” lo que con frecuencia las
palabras no pueden. Son tan simples como tomar café, el mail de bienvenida o la
fiesta de fin de año.
Cómo líderes, más vale que le
demos importancia a entenderlos, identificarlos y medir el peso específico que
tienen, porque bien encaminados pueden ayudar a generar lealtad.
Bien pensados, los rituales
pueden tener un impacto directo en la productividad y moral del grupo.
Introducir nuevos rituales a la
organización, permite “editar” rituales existentes y con ello incrementar la
productividad, reconocimiento, y lealtad entre otros. Algunos ejemplos pueden
ser:
Despacho de diseño, en el que la
participación de individuos creativos puede hacer que la reunión se extienda,
regularmente sin agregarse mucho valor, se sostiene con el brazo extendido una
loseta mientras se habla. Esto ayuda a llegar más rápido al punto, eficinetando
el tiempo de reunión.
Organización de ventas en la que
el reconocimiento es un driver muy importante, celebrar con una campana cada
nuevo negocio que cubre con ciertas características parece algo simple. Y lo
es. Pero el efecto que ello tiene en ciertos perfiles es lo que nos debe ocupar
como cabezas de organización.
Organización con millenials,
llevar a cabo reuniones parados en la cafetería, sin mesas, con café y donas.
El racional es que, si les ocupas las manos, no textean.
Organizaciones en las que la
puntualidad se necesita trabajar, podría funcionar pagar multas al llegar tarde
a juntas, o pagar la comida de fin de mes.
Organizaciones en las que a la
hora “del monchi” se vacían las oficinas, introducir carritos que vayan por los
pasillos acorta el tiempo de ausencias.
Escribiendo esta nota me acordé
de un muy querido director general que fue mi jefe durante dos años. Reconozco
que siempre tuvo tiempo para la gente en la oficina. Sin embargo, te daba
literalmente todo el tiempo que quisieras, siempre y cuando fuera trotando a
partir de las cinco de la tarde. Esos dos años con él a la cabeza, fueron
probablemente los años físicamente más sanos de la organización. Varios
directores y gerentes hicieron el 52D, y algunos de forma regular lo hacen aún
hoy cuando menos una vez al año.
Google tiene su junta el viernes
con las cabezas globales llamada TGIF (gracias a Dios es viernes por sus siglas
en inglés), en la que se dan actualizaciones de negocio.
Al introducir rituales es
importante considerar que necesitas:
Entender la cultura y demografía
de tu organización.
Definir la liga a un valor
estratégico a promover.
Los rituales tienen el poder de
cambiar el enfoque y la vida de una organización. Saberlos utilizar, cambia por
completo la imagen del líder que los promueve.
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