5 estrategias del futbol para la
empresa familiar
FORBES- 21 de enero de 2019
Si el futbol requiere de trabajo
en equipo para llegar a la victoria, también las empresas podrían beneficiarse
de las enseñanzas estratégicas en un terreno de juego que es muy similar.
“El talento gana partidos, pero
el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”: Michael Jordan
Si el futbol fuese un juego de
una sola persona por equipo, la persecución monotónica que sucedería en su
terreno de juego eventualmente perdería el interés de las masas, al carecer de
dinámica, variedad y la riqueza de la diversidad. De igual manera, una empresa
requiere de la actividad de más de una sola persona: para encontrar el éxito
tanto en tu empresa familiar como en el terreno de juego es imprescindible el
trabajo en equipo.
El futbol es como una radiografía
donde podemos ver a lo individual convertirse en una fuerza colectiva. Y, para
los ojos atentos, en cualquier lugar hay espacio para las palabras de un sabio
maestro. Para Pascual Berrone, profesor de la escuela de negocios IESE de la
Universidad de Navarra, el futbol y las empresas comparten muchas más
similitudes de las que usualmente imaginamos; tema que explora a cabalidad en
su publicación “Lecciones para los negocios del Mundial de Futbol”. Berrone
afirma que “el uso de un evento deportivo de gran visibilidad [resulta de gran
utilidad] para extraer lecciones para las empresas en una nota orientada a la
práctica.
Dos casos en particular acuden
para ilustrar la abierta y atinada invitación del profesor de la Universidad de
Navarra: pensemos en la victoria de la escuadra española en el Mundial del
2010, o el partido cardiaco que sucedió durante el Mundial de 1950 en el
estadio Maracaná. Mientras que éste último fue un partido donde Uruguay se hizo
acreedor de la copa mundial, sobre el favorito para ganar Brasil, gracias a su
trabajo en equipo y a pesar de las adversidades, para España la victoria se
ciñó en la empatía de la escuadra española ante los “momentos duros” que
sacudían su patria.
Si el futbol requiere de trabajo
en equipo para llegar a la victoria, también las empresas podrían beneficiarse
de las enseñanzas estratégicas en un terreno de juego que es muy similar: hay
adversidades, fuerza de equipo y reglas de juego definidas. ¿Qué podríamos
aprender como líderes y directivos, para mejorar nuestro propio juego en el
terreno empresarial?
Genera un equipo en equilibrio
Es fácil reconocer el brillo de
una estrella deportiva cuando comienza a destacar por sus habilidades y
destrezas. Sin embargo, dejarnos llevar por la brillantez de un solo miembro
del todo, no sólo desgastará el genio en cuestión, sino que el resto del equipo
podría no sólo caer en actitudes de rechazo, sino que sus mismas habilidades
podrían no ser exploradas a cabalidad. Las empresas, como el fútbol, son
terrenos muy fértiles para el florecimiento del orgullo en los egos
individuales. El profesor Berrone señala que, para España durante el Mundial
del 2010, el equipo español pudo destacar por mostrar la importancia de cada
uno de sus jugadores: en todas las empresas cada uno de los integrantes, desde
el escalón más bajo hasta el más superior en el organigrama, son
imprescindibles.
Un buen líder empresarial haría
bien en recordar que, lejos de fomentar las individualidades de los genios de
su empresa, más valor encontrará en gestionar sus talentos para florecer con
los talentos de los demás miembros de la familia empresaria. El trabajo en
equipo y el orgullo corporativo, y no individualista, son ingredientes clave
para el éxito.
El equilibrio no llega únicamente
de la correcta gestión de los talentos, sino que también entra en juego la
experiencia y la juventud de los miembros del equipo. El equipo español contó
con una edad media de 26 años, representando una mezcla ideal entre la potencia
juvenil y la estrategia veterana. Esta situación es peculiarmente especial en
la empresa familiar, donde las generaciones fundadoras deben encontrar la
manera de integrar a las generaciones venideras, con los retos y oportunidades
que representa esta unión de experiencias.
Mientras que los equipos que
sustentaron su fuerza en los jóvenes, no pudieron encontrar la madurez
necesaria para triunfar; aquellos compuestos principalmente por veteranos
sucumbieron ante la potencia física de las escuadras a quienes les superaban la
edad. Para la empresa familiar, equilibrar la sabiduría veterana con el ímpetu
juvenil es también bastante sensible; sin embargo, de ser manejado con
sabiduría, no sólo revertirá las potencialidades negativas, sino que podría
girar incluso los términos a favor de la empresa.
La sucesión, por ejemplo, es un
tema que puede atemorizar a los fundadores de la empresa familiar. Sin embargo,
es el puente perfecto para unir la pericia y frescura de las generaciones
jóvenes –ya sea que la sucesión caiga en manos de algún miembro familiar o
alguien ajeno a ella– con la experiencia y conocimientos de los veteranos
empresariales. Esto no sólo generará un equilibrio entre la novedad y lo
clásico, sino que será un motivo de rejuvenecimiento general en la empresa y
podrá establecer su legado.
Un líder comparte sus sueños y su
filosofía para llegar a ellos
Cuando Uruguay se enfrentó al
favorito por todos Brasil para disputar la copa del mundo de 1950, el equipo
celeste podría simplemente haberse dejado llevar por la euforia general y dar
un partido como lo esperaban los hinchas verdeamarelos. Un miembro del cuerpo técnico uruguayo habló
con los jugadores antes del encuentro y les pidió que no hicieran líos: ya
cumplían con no ser goleados. Sin embargo, Obdulio Varela –el capitán– reunió a
sus compañeros para advertirles que “¡cumplidos, nada!”, instándolos a salir a
ganar. Para sorpresa de los miles de espectadores, el marcador final indicó 2-1
a favor del equipo uruguayo.
A pesar de las adversidades, la
presencia de un líder que puede generar movimiento y entusiasmo en el resto del
equipo es contundente en los resultados que obtendrá de su equipo. Lo mismo
sucedió para España, con el entrenador Vicente del Bosque, quien se comportó
como un líder calmo, paciente y discreto, llevando a su escuadra al éxito desde
esta tríada. Si una empresa carece de un liderazgo fuerte como el de Valera y
del Bosque, lo más seguro es que se desmorone antes de poder siquiera comenzar
su camino. En cambio, cuando tu líder tiene carácter, la victoria es cuestión
de coordinación.
Antes de crear, hay que creer. Un
líder que es capaz de soñar, y también valeroso para desafiar las prácticas
tradicionales con afán de innovar, puede proyectar la empresa más allá de lo
evidente y, con una gestión apropiada, detonar el éxito para todos dentro. Si
bien un sueño alto no significa necesariamente una victoria asegurada, sí marca
el ritmo, los ideales e, incluso, la filosofía.
Creer, crear y ganar. Desarrollar
un sueño genuino para la empresa requiere de un liderazgo audaz, capaz de
levantar al equipo –aún si las adversidades parecieran indicar todo lo
contrario– y al igual que Valera con sus compatriotas uruguayos, no se trata de
cumplir o soñar sin más, sino de poner en marcha cada una de las habilidades
individuales para llegar al triunfo colectivo de todo el equipo… o empresa.
¿Competencia o aliados?
Profesionalización e internacionalización
Actualmente, el Mundial es un
evento que hace eco en todas las esquinas de la civilización humana. De igual
manera al torneo y alimentadas principalmente por la cooperación y los
encuentros internacionales, resulta peculiar que muchas veces las empresas, con
cierto énfasis en las empresas familiares, parezcan temerosas de implementar en
sus líneas la profesionalización y la internacionalización entre sus miembros.
Prestemos atención en la movida
del futbol en los últimos años: tanto la escuadra española, como tantos otros
equipos internacionales, han optado por recurrir a la experiencia que pueden
aportar jugadores de otras naciones, y así alcanzar los máximos niveles de
competitividad. Como consecuencia de esto, los jugadores locales pueden pulir
sus habilidades, mientras también desarrollan nuevas perspectivas para
enfrentar tal o cual modo de juego, elevando de esta manera su nivel técnico.
La rivalidad puede llegar a ser
tan brutal como feroz. Pero un buen líder puede encontrar en ella algunos
caminos hacia el éxito: durante años, España ha sido testigo de la rivalidad
entre sus dos equipos estelares, el F.C. Barcelona y el Real Madrid, que se han
convertido en hitos del futbol tanto en lo nacional como en lo internacional.
Esta competencia, lejos de provocar pérdidas en uno u otro equipo, más bien
eleva los estándares y el juego individual de sus equipos, utilizando a su
favor algo que podría parecer dañino para la moral de los equipos.
Sin un poco de contraste, sería
complejo que la exigencia se diese por sí sola. Es por esto que un verdadero
líder debe mantener en mente que su competencia, lejos de ser un enemigo, puede
convertirse en su más grande aliado; ya sea que te “obligue” a explorar nuevos
horizontes o a buscar la ayuda externa que tanto temor te provocaba buscar. Que
tu competencia no te asuste, sino que ¡te rete! Y, así, abre las puertas a la
innovación, crecimiento y productividad dentro de tu empresa.
La adversidad como maestro: fe en
tu estrategia
Podría parecer que la fe es
ciega. Sin embargo, no hay nada como una fe que encuentre un sustento en la
estrategia. Durante el mundial del 2010, el juego de los españoles fue definido
por un gran toque de balón y plasticidad creativa para enfrentarse a las
variopintas escuadras internacionales. Su juego ágil, creativo y flexible lo
llevó a ganar un Mundial, aun cuando su primer partido en la contienda resultó
negativo para sus marcadores.
¿Qué empresa puede subsistir sin
un equipo capaz tanto de tener grandes ideas y estrategias como de llevarlas a
cabo? Es cierto: en el futbol basta detener el balón para analizar lo que está
sucediendo, factor que no pueden solicitar las empresas a la vida real, pero
todo buen líder sabe que las buenas ideas toman su tiempo para cristalizar. Aún
si comenzamos con tropezones, un poco de perspectiva, paciencia y flexibilidad
son los ingredientes, entre otros, para alcanzar objetivos a largo.
Tener habilidades para hacer y
replantear estrategias es de gran valor, tanto para los equipos de futbol como
para las empresas. Así, incluso si las adversidades parecen ser inamovibles e
irreparables, los resultados pueden llegar a ser sorprendentes, como bien
podrían relatar los hinchas del estadio Maracaná aquel 16 de julio de 1950, con
la derrota de Brasil ante Uruguay.
Una empresa, como un equipo de
fútbol, que tenga la capacidad de ver de frente y sin miedo a las adversidades
podrá resultar campeona en sí misma, pues será poseedora de una moral fuerte,
una cohesión de equipo y, quizá lo más importante de todo, una verdadera pasión
por el crecimiento de la empresa. Uno puede estar asustado ante un futuro
incierto, pensemos el caso de un fundador que no ha modernizado su empresa. Sin
embargo, si su sucesor es capaz de modernizar desde sus saberes y la filosofía
misma de la empresa, el éxito se dejará ver eventualmente. Y si bien los
resultados decepcionantes son habituales en los negocios, cualquier adversidad
puede ser superada si se cuenta con fuerza de arranque, pasión y una mente
estratega.
Aprende del pasado: fortalece a
tus compañeros de juego
Es fácil desistir cuando algo se
intenta una y otra vez sin tener éxito. Esta idea, bastante errónea desde mi
perspectiva y experiencia empresarial, no sólo muestra una actitud derrotista,
sino que también puede llevarnos a tirar la toalla sin más. Permitir que el
pasado y la herencia dicten tu futuro es un error al que no debes sucumbir. La
escuadra española, después de décadas como participante en la Copa del Mundo,
bien pudo haber arrojado la toalla en el Mundial del 2010, incluso con su
partido de arranque cuyo marcador no fue favorecedor para ellos.
En lugar de observar estas
derrotas como meras derrotas ¡da el giro! Conviértelas en las maestras de
historia que estabas esperando y aprende de todo cuanto tengan por enseñarte:
toma notas, observa las situaciones, habla con los involucrados, habla con
personas externas al problema y aprende de ellos. Para un líder al frente de un
equipo, se trata más de la actitud con la que afrontas tanto la victoria como
la adversidad y no de la cantidad de medallones que lleves colgados al cuello.
Si bien algunos de los “malos
tragos” del pasado serán maestros herméticos con pocas ganas de revelar la
clave de sus derrotas, es tarea de los líderes y directivos cuestionar la idea
de que una vez que el camino se ha emprendido, no hay marcha atrás. Claro que
lo hay. Pero… ¿dónde y cómo?
Buscar la ayuda de manera externa
suele ser un recurso bastante funcional. Mientras que en los años 50 el
Maracaná quedó sumergido en silencio con una hincha mayoritariamente
verdeamarela, para el equipo español fue muy distinto en 2010: el público
clamaba su victoria y desde las gradas llenaron de entusiasmo, estima y energía
a los 11 que disputaban el balón.
No es un misterio que, para las
empresas, la aceptación social tenga incluso mucho más peso del que lo tiene en
la cancha de juego. Entre la sociedad, están los clientes y, si el apoyo que se
recibe de estos no solo es incondicional, sino que además lo hacen extensivo,
la empresa gozará de una amplia base sobre la cual apoyarse en tiempos
críticos. Cumplir las diversas expectativas sociales permite un mayor acceso a
recursos, así como condiciones de intercambio entre socios, ojo atento ante las
siempre posibles innovaciones, tanto de productos como de imagen y reputación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario