El valor del propósito de marca y el
consumidor
FORBES- 19 de enero de 2019
La expectativa de los
consumidores de que el propósito de una marca esté alineado a sus valores
representa un reto para la empresa y también oportunidad para construir nuevas
relaciones.
La época en la que los
consumidores tomaban decisiones de compra basadas sólo en la reputación del
producto o bien el precio terminó. Ahora, las personas también evalúan lo que
una marca dice, hace y representa. Más de la mitad (53%) de los consumidores
que están decepcionados con los mensajes o acciones de una marca respecto a
problemáticas sociales. Esto no es nada nuevo. La diferencia es que ahora 47%
se alejan frustrados y 17% jamás regresan.
Propósito es la razón por la que
algo existe. Para las empresas, es el fundamento de toda experiencia: es la
esencia detrás de lo que hace a una marca relevante y necesaria. Un propósito
de marca debe ser tan único como la marca misma. Aquellas empresas que logran
representar algo más allá de lo que venden, que se sintonizan a las creencias
de los consumidores y que son decisivas frente a temas que pueden replantear la
relación con sus consumidores; son las que logran generar una conexión más
profunda y real, lo cual, indiscutiblemente impacta de manera positiva su
rentabilidad.
Estos son los hallazgos de un
estudio reciente de Accenture a nivel global sobre la importancia del propósito
de marca, en donde se encuestaron cerca de 30,000 consumidores en 35 países.
Ahí se encontró que 62% de los consumidores desean relacionarse con empresas
que tomen una postura frente a temas relevantes como la sustentabilidad, la
transparencia o prácticas de empleo justo.
Hasta hace poco, una marca
pertenecía a la empresa que invertía en darle forma, hacerla crecer y monetizarla.
Las cosas ya no son así. Las marcas son ahora una propiedad comunitaria: le
pertenecen a los accionistas y empleados, así como a los consumidores que
demandan experiencias en sus propios términos, influencian a otros a comprar (o
no comprar), co-desarrollan productos y servicios, y hasta funcionan como
socios de canal de ventas a través de nuevos modelos. Mientras los líderes de
negocio, inversionistas y empleados aportan perspectivas y capacidades
esenciales a la identidad de marca, los consumidores proveen insights a través
de palabras y acciones que permiten a las empresas basadas en propósito afinar
su agilidad competitiva.
Juntos, estos actores
continuamente mejoran la experiencia de marca y, sabiéndolo o no, van
calibrando poco a poco lo que la marca representa. En pocas palabras, forman un
ecosistema de marca. Los negocios más progresistas colaboran cotidianamente a
lo largo de sus redes de proveedores, socios y clientes para crear nuevas
soluciones e innovaciones que impulsan su agilidad. Casi la mitad (46%)
considera activamente a los ecosistemas como una forma de generar nuevos
modelos de negocio. Los ecosistemas se están volviendo mainstream. No hay razón
por la que los negocios no apliquen una estrategia de ecosistema para escalar
la relevancia de su marca o comunicar su propósito a una mayor audiencia.
La investigación de Accenture
identificó factores que influencian la forma en la que el propósito de marca se
acentúa y cómo afecta a su nivel de competitividad: geografía, categorías de producto,
madurez, información demográfica y, finalmente, preparación o disponibilidad
del ecosistema, siendo estos factores para considerar en relevancia.
Mientras que el propósito de
marca se debe afinar cuidadosamente para estar alineado a los valores de los
consumidores, ciertas dimensiones resultan más importantes que otras,
incluyendo calidad de marca, cultura y transparencia.
Por ejemplo, en Estados Unidos
casi dos terceras partes de los consumidores encuestados consideran que sus
palabras y acciones (desde publicar comentarios en redes sociales hasta
participar en boicots) pueden influenciar la reacción de una marca a un evento
o su postura sobre algún tema de interés público. Es por esto que los
consumidores son agentes de mucho valor que demandan transparencia a nivel
corporativo y esperan productos, servicios y promesas significativas, reales y
personalizadas. Actúan como campeones de las marcas en las que creen, y tienen
la capacidad de afectar a las marcas en las que no creen.
Para que una empresa logre
activar al máximo su propósito de marca se puede guiar con 3 principios
fundamentales. El primero es ser cada vez más humana: casi dos terceras partes
de los consumidores buscan empresas que tienen una postura frente a temas en
los que creen, por lo que activar una marca impulsada por propósito hace
sentido a nivel tanto competitivo como financiero. Más allá de hacer las
preguntas correctas, las empresas necesitan establecer conexiones emocionales
con sus consumidores, siendo en este sentido la comunicación un elemento clave.
El segundo principio es ser
claras y auténticas: representar todo significa no representar nada. Los
consumidores no aceptan intentos falsos de manipulación emocional. Sin embargo,
sí recompensan la autenticidad, el liderazgo fuerte y la comunicación franca y
abierta. Esas características necesitan fluir desde la parte más alta de la
organización hacia todo el liderazgo y la fuerza laboral. Para construir una
sensación de pertenencia de marca, es crítico que los líderes comuniquen de
manera clara la postura de la marca a los empleados y sean auténticos hacia la
cultura de la organización.
Finalmente, el tercer principio
gira en torno a la creatividad. Aunque el surgimiento de los consumidores como
jugadores clave del ecosistema parece ser un fenómeno nuevo, su evolución ha
estado gestándose desde mucho tiempo ya – de manera más visible en el
co-desarrollo de productos y experiencias -. Es momento de reconsiderar los
modelos de engagement: las empresas se deben enfocar menos en invertir para
clientes y más en invertir con los nuevos socios del ecosistema que impulsará
la agilidad competitiva. Quizá los consumidores pueden actuar como socios de
ventas a través de canales que controlan o influencian o, por ejemplo,
participar en esquemas de financiamiento colectivo para innovaciones.
El precio, calidad del producto y
experiencia del consumidor son atributos importantes, pero las empresas que
buscan incrementar su agilidad competitiva necesitan encontrar nuevas formas de
sobresalir. El propósito de marca provee la diferenciación que muchos buscan,
siendo la base de cada experiencia, la esencia detrás de lo que hace a una
marca relevante y necesaria.
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