Se requiere de
los liderazgos audaces y éticos
FORBES- 22 de ene. de 19
Tenemos que aprender a decir a nuestros
equipos, a nuestro círculo de influencia, a nuestra familia que compartiremos
la información necesaria tanto como se pueda y cuando se pueda.
Sin duda alguna estamos viviendo épocas de
grandes cambios y transformaciones, hay una necesidad apremiante de hacer cosas
diferentes en todos los ámbitos, en la salud, en la política, en los negocios,
en la educación y así podemos irnos a cualquier industria. Hay una fuerte
crisis de valores, desafortunadamente apremia la incongruencia, cuando uno es
incongruente hay menos paz, más enojo, más frustración, es también por esto que
vemos una tendencia creciente de problemas cardiovasculares, depresión,
ansiedad, enfermedades por el exceso de estrés. Está comprobado científicamente
que la falta de dormir bien es una de las principales causas para la diabetes y
otras enfermedades en nuestra actualidad, es imperativo trabajar hoy en nuestra
mente, en nuestro cuerpo, en nuestro corazón, en nuestro espíritu. La
transformación acelerada del mundo externo demanda la transformación de nuestro
mundo interno para poder mantener el paso.
Si te consideras hoy un líder, bajo el
entendido que cualquier persona puede ser un líder si lo decide, si tiene la
mentalidad para serlo, comenzando por ti mismo, si lo eres, hoy más que nunca
tienes un rol fundamental en la sociedad, contigo, con tu familia, en tu
trabajo, con tu comunidad. Este rol tiene que ver con tu capacidad de
reconocer, nombrar y normalizar el miedo y la incertidumbre colectiva que se respira.
En medio de tanta incertidumbre que vivimos hoy
día, los líderes tenemos una responsabilidad ética de reconocer a las personas
cuando están fuera de su área de confort por las dificultades que estamos
viviendo, más sin embargo no volverlo un drama, es nuestra responsabilidad
compartir información y no inflarla o decir cosas falsas. Los líderes audaces
reconocen, nombran y normalizan la discordia y la diferencia sin tener que
alimentar la división o beneficiarse de ella. Cuando se lidera en épocas de
escasez o gran incertidumbre, es imperativo que aprendamos a abrazar la
incertidumbre, vivir cómodos con lo incómodo. Tenemos que aprender a decir a
nuestros equipos, a nuestro círculo de influencia, a nuestra familia que
compartiremos la información necesaria tanto como se pueda y cuando se pueda.
En esta época hay que estar disponibles para
revisar con hechos las historias que nuestros equipos, familia o amigos están
creando, porque cuando hay escasez e incertidumbre el ser humano inventa los
peores escenarios posibles, tenemos que abrir los espacios para poder liderar
con la vulnerabilidad. Hay un enorme descarga y poder cuando logramos nombrar y
normalizar el miedo y la incertidumbre.
Tenemos que aprender a encontrar la valentía,
la audacia para mirar hacia las personas que nos están viendo a nosotros como
líderes y saber decir: “te entiendo, sé que esto que estamos viviendo es
difícil”. No hay respuestas fáciles. Hay dolor, miedo y sería fácil llevarlo
hacia otras personas, esto sería injusto y fuera de integridad.
En la época que estamos viviendo tenemos que
aprender a decir: “Vamos a caminar todos juntos por lo que estamos viviendo de
una manera que nos haga sentir orgullosos, será difícil, no imposible, lo vamos
a lograr juntos “.
Yo creo que los cambios para bien son
difíciles, pero también creo que son posibles.
Es nuestro momento y es el ahora de abrazar la
adversidad juntos con fe, con unión y tomando acción.
Hoy más que nunca tú necesitas, tu familia
necesita, tu trabajo necesita, tu comunidad necesita, nuestros países necesitan
la mejor versión de nosotros.
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