Economía de la Colaboración y la innovación
FORBES- 1 de enero de 2019
Un ejemplo claro de la importancia de ser una organización
ágil, responsable y creativa es la expedición espacial Apolo XIII que, como
saben, no consiguió alunizar a causa de una explosión.
¿Qué pasará cuando la comunidad ya no necesite comprarles a
las compañías? En la era de la colaboración, la hegemonía de las compañías está
cambiando radicalmente. Para mantenerse rentables, las empresas deben cambiar
su forma de pensar y compartir la propiedad y el acceso con otras
corporaciones, empresas nuevas y con la comunidad.
Mantener una posición hegemónica en el mercado es más que
nunca un espejismo. De la lista de las 500 empresas más valoradas de la revista
Fortune en 1955, 88% ya desaparecieron. Este dato nos dice que una empresa para
sobrevivir, necesita innovar, reinventarse continuamente, adaptarse a los
nuevos mercados globales en los que ya no se sabe de dónde viene la competencia
y las fronteras entre los sectores se desvanecen.
Un ejemplo claro de la importancia de ser una organización
ágil, responsable y creativa es la expedición espacial Apolo XIII que, como
saben, no consiguió alunizar a causa de una explosión en un tanque de oxígeno
que podía haber sido fatal para sus tres tripulantes.
Debido al accidente de pronto los planes cambiaron
radicalmente, la misión ahora era rescatar, con lo que tenían mano a nave
maltrecha y regresar a la Tierra sanos y salvos. La explosión cambió las reglas
del juego, igual que la globalización ha cambiado las reglas del mercado. Las
empresas han de volverse más ágiles, ser responsivas y responsables, y comenzar
a hacer innovación dentro de los diferentes departamentos o estructuras de la
organización, lo que se conoce hoy como intraemprendimiento. En el caso
expuesto, la misión era llegar a la luna, el accidente (los mercados, la
competencia) cambiaron los planes y se volvió una carrera de supervivencia
donde el trabajo en equipo, más ágil, responsable y creativo logra sobrevivir:
“Todas las versiones necesarias para crear productos y servicios que atiendan
las necesidades actuales de los consumidores.”
Lecciones aprendidas
De acuerdo con Rita McGrath, de la Universidad de Columbia
en Nueva York, hoy las compañías tienen que cambiar su forma de pensar en
varios aspectos:
Tradicionalmente las compañías se centraban en tener
ventajas competitivas monolíticas, ahora las ventajas están sujetas a una gran
presión.
Antes mantenían las perspectivas existentes, ahora las
empresas constantemente se cuestionan el statu quo.
Empresas que antes tenían perfiles similares definían cuál
era el proceso y la estrategia, hoy deben considerar a otros actores para que
participen en la estrategia.
De procesos que eran lentos pero precisos (estados
financieros, previsiones), ahora las empresas deben ser ágiles, rápidas,
buscando ser certeras, aunque no tan precisas.
Las empresas estaban orientadas a las predicciones, ahora
están motivadas al descubrimiento de nuevos mercados y nuevos clientes,
enfocadas en entender mejor al cliente.
Antes sólo buscaban el valor presente neto (VPN), ahora
iteran antes de ganar dinero. Hoy las empresas tienen que practicar, moldear el
producto, gastar en prototipos, aunque no ganen hasta llegar al mejor producto.
Las empresas del pasado buscaban la confirmación, las
empresas de hoy buscan la “desconfirmación”: “Demuéstrame dónde estoy
equivocado, que este no es el mercado”, dándose la oportunidad de cuestionarse
todo el tiempo.
Antes estaban enfocadas en una autorización interna, ahora
buscan enfocarse de manera agresiva al mundo.
Si un producto no funcionaba en el mercado, las empresas se
quedaban en el fracaso. Hoy, se deben levantar rápidamente y seguir adelante.
En vez de reestructurarse las empresas hoy tienen una
morfología que va adecuando su talento y sus áreas funcionales, su ejecución
debe cambiar.
Las empresas antes necesitaban constatar hechos, hoy
responden a advertencias tempranas, deben tener otro tipo de ojos, otra
sensibilidad.
Antes la innovación se daba por episodios y por silos, hoy
debe ser constante y oblicua, debe estar inscrita en los genes de las empresas.
Antes no se discutía el fracaso, en las empresas de hoy el
fracaso es parte de la cultura, tiene que haber un cuestionamiento constante y
una cultura pro-fracasos.
Las empresas en la actualidad deben tener un significado y
los empleados deben reflejarse en ese significado, ayudando a generar
pensamiento, a crear constantemente, a actuar con rapidez y a responder ante
las necesidades del mercado.
Las empresas hoy deben tener “accountability” en el sentido
de identificarse con algo, ser dueñas del valor, adueñarse del problema o de la
solución. Es justamente con empresas disruptivas, que están cambiando el
mercado.
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