Costo del fraude: tendencias y recomendaciones
FORBES- 11 de enero de 2019
El año que terminó fue muy
complicado en términos de fraudes cometidos en contra de las empresas
minoristas, para el sector de servicios financieros y para el mismo gobierno
mexicano. El uso de nuevas tecnologías, dispositivos móviles y la ampliación de
las alternativas de pago para acceder a bienes electrónicos y físicos han
indudablemente mejorado el bienestar económico de los consumidores.
Lamentablemente, el aumento de los beneficios en nuestra vida diaria, gracias a
esta revolución tecnológica, ha venido acompañado de un conjunto de nuevas
amenazas en contra del patrimonio de los mexicanos y el de las empresas por los
espacios que ofrece el ciberespacio para la delincuencia organizada.
El Reporte sobre México del
amplio estudio para América Latina sobre el Verdadero Costo del Fraude (2018
True Cost of Fraud) de LexisNexis Risk Solutions da luz sobre las tendencias
nacionales de las transacciones fraudulentas, su costo promedio, así como las
acciones, insuficientes, que están tomando las empresas. Afortunadamente, este
documento incluye recomendaciones puntuales que pueden tomar tanto las empresas
minoristas como las del sector financiero en México.
A continuación, se hace un
resumen de las tendencias de las actividades fraudulentas que se presentaron en
México durante el 2018.
Principales objetivos: empresas
minoristas, comercio electrónico y servicios financieros. Cuatro de cada diez
intentos mensuales de transacciones fraudulentas tienen éxito en contra de
estos tres tipos de empresas. Obviamente el sector de servicios financieros es
el más atacado por la ciberdelincuencia por los ingresos más altos que
presenta. Cada fraude al sector financiero tiene un costo real de 3.8 veces el
valor nominal de la transacción perdida el cuál es mayor al que presenta el
sector minorista de 2.8 o el de comercio electrónico que es de 3.03. El 64% de
las transacciones fraudulentas son prevenidas en estos tres grupos de empresas
con un valor promedio de afectación de 34,000 pesos por acto. El promedio
mensual de ataques es de 834. El valor promedio de los 468 casos mensuales
aproximadamente de fraudes exitosos (representa el 34% de acciones) es de
10,596 pesos.
Vulnerabilidad de los
dispositivos móviles. El canal móvil está contribuyendo al riesgo de fraude
entre minoristas, empresas de comercio electrónico y de servicios financieros.
El uso de dispositivos y aplicaciones móviles para hacer transacciones
comerciales ha sido una gran alternativa para la población no bancarizada del
país. Lamentablemente el mayor porcentaje de fraudes proviene y está dirigido
hacia estas nuevas formas de acceder a bienes tangibles y electrónicos.
Desafíos en la verificación de la
identidad del cliente. El informe de Cibercrimen de ThreatMetrix Q2 2018 señala
que en América Latina se incrementó en un 34% el fraude por uso de identidades
falsas. Las empresas mexicanas señalan que presentan grandes desafíos en esta
materia: verificación de la identidad del cliente, retraso en la confirmación
de la transacción, verificación de dirección, así como del correo electrónico o
del dispositivo.
El costo es mayor para empresas
que utilizan el m-commerce y que venden productos y servicios digitales. Por
cada transacción fraudulenta, el costo para las empresas que aprovechan el
comercio electrónico a partir del uso de dispositivos móviles (m-commerce) así
como aquellas que venden productos y servicios digitales es en realidad 3.75
veces el monto del valor de la transacción perdida. El promedio de costos del
fraude representa el 1.88 % de los ingresos anuales para las empresas
mexicanas.
Débil y costoso combate al
fraude. Una parte considerable de las empresas no realiza un seguimiento de los
costos del fraude y de las transacciones de fraude exitosas, tanto por el canal
como por el método de pago. Casi un tercio de los fraudes son revisados
manualmente lo que eleva el costo y el tiempo de investigación.
Uso limitado de soluciones
tecnológicas de mitigación de fraude avanzado. El uso de soluciones avanzadas
como la autenticación por pregunta de desafío, geolocalización, filtros basados
en reglas, puntuación automatizada de transacciones y el seguimiento de estas
en tiempo real es muy limitado.
Para poder hacer frente a estas
tendencias del fraude global en el mundo y en particular para México se
sugieren las siguientes líneas de acción. En primer lugar, las empresas deben
implementar diferentes soluciones de mitigación de riesgos para abordar los
riesgos únicos de diferentes canales y modelos de venta.
Segundo, se debe contar un
enfoque de solución de múltiples capas para combatir el fraude y al mismo
tiempo mitigar la fricción con el cliente, particularmente para aquellos que
venden productos digitales y utilizan el canal móvil. En tercer lugar, utilizar
proveedores externos con datos profundos y recursos analíticos que permitan la
detección eficiente de fraudes en tiempo real y cambios en el comportamiento
delictivo.
Asimismo, y como cuarta
recomendación, los comerciantes y empresas de servicios financieros que
realizan m-commerce deben centrarse en la evaluación de dispositivos para
prevenir el fraude creciente de aplicaciones móviles (verificar atributos de
ubicación, VPN, proxies, malware y bots). Por último, se recomienda dar
seguimiento de fraudes de pago y de canal, en términos de costos e intentos
exitosos, con un enfoque amplio que implique soluciones de detección de fraude
diseñadas para riesgos únicos.
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