Las apuestas en la era disruptiva
de los medios
FORBES- 1 de septiembre de 2018
El ser disruptivo no es sinónimo
de temor. Me gusta entenderlo como un llamado a la reinvención, el cual permita
enfrentar futuros desafíos como resultado de la innovación.
Hoy, los medios y la industria
del entretenimiento se han transformado en un mundo que ofrece contenido global
y de ágil acceso, en el que las plataformas de OTT y las compañías de cable han
incrementado radicalmente los costos de sus contenidos, dificultando a pequeños
jugadores competir en este nuevo y disruptivo mercado.
Nos estamos enfrentando a una
consolidación de la industria, en donde los medios necesitan tener un robusto
portafolio de propiedad intelectual para poder competir. Un claro ejemplo fue
la última jugada de Disney, en la que adquirió 20th Century Fox, la propiedad
intelectual de su estudio y de su librería de televisión por 52.4 billones de
dólares. Si alguien como Disney se dio cuenta de que no es lo suficientemente
grande como para competir, tenemos un problema.
Sumado a la propiedad
intelectual, la disrupción digital ha traído retos significativos para los
medios de comunicación. Anteriormente, digital solía ser un área aislada, y
muchos de los que arrancaron sus carreras en medios aún piensan de esta forma.
Sin embargo, para ser exitoso en la industria, es crucial trabajar
estratégicamente con digital para traer nuevamente el contenido y la audiencia
a las pantallas, a los periódicos e incluso a la radio.
A raíz del nuevo panorama que
enfrentan los medios, no queda otro remedio que ser arriesgados y desprenderse
de los tradicionales mecanismos para llegarle a la audiencia. Y retomo el
ejemplo de Disney porque su estrategia ha sido significativamente exitosa,
precisamente, porque ha sido una compañía que ha tomado riesgos. El estudio,
además de hacer adquisiciones que han fortalecido su propiedad intelectual, ha
concentrado esfuerzos en producir menos películas al año, pero incrementando sus
costos de producción y de talento. Y por muy lejano que suene este ejemplo para
el terreno local, lo cierto es que asumir desafíos como éste no sólo aplica
para un estudio como Disney. Esta tendencia de hacer grandes apuestas,
constantemente, es totalmente transversal y aplica para cualquier industria en
cualquier lugar del mundo. No discrimina.
Con la llegada de Netflix, Hulu,
Instagram, YouTube, Snapchat y Facebook, por mencionar algunos, el mapa de
poder cambió sustancialmente para los medios, entre ellos, los que operan en
México.
En este ágil ecosistema que está
en constante evolución, la transformación digital ya no es una opción. Es
necesario para sobrevivir y seguir siendo relevantes. Quienes no asumen
desafíos y compiten por medio de estrategias de negocio tradicionales, corren
el riesgo de desaparecer. Además de la propiedad intelectual, las industrias
mediáticas le están apostando a invertir en tecnologías que permitan cumplir
con las expectativas de la audiencia, entre ellas inteligencia artificial, big
data, acceso a las tecnologías de la información y comunicaciones (ICT) e
Internet de las cosas (loT).
El ser disruptivo no es sinónimo
de temor. Me gusta entenderlo como un llamado a la reinvención, el cual permita
enfrentar futuros desafíos como resultado de la innovación y de las nuevas
generaciones, las cuales exigen una oferta de contenidos diferente, competitiva
y cada vez más interactiva.
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