Las ciudades latinoamericanas en
el futuro
FORBES 4 de septiembre de 2018
Deberán ser organizadas alrededor
de la sostenibilidad y la productividad, para cerrar la brecha de
infraestructura existente y generar un entorno urbano que no atente contra el
medio ambiente.
Las ciudades son fundamentales
para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Las ciudades
generan hoy el 80% del Producto Interno Bruto (PIB) en el mundo, y, para fines
de 2050, se prevé que el 70% de la población de los mercados emergentes habite
en ellas. De continuar esta tendencia, casi toda la población de la región
vivirá en ciudades. Su estatus como polos importantes de inversión y
crecimiento económico es incuestionable. Las ciudades en Latinoamérica ofrecen,
en diversos grados, una imagen ambigua: por un lado, muestran lo mejor de cada
país; por otro, también enseñan las brechas de desigualdad y desarrollo que
afectan a nuestras sociedades. Lo que nos lleva a una pregunta: ¿Cómo deben ser
las ciudades del futuro de nuestra región?
Latinoamérica constituye uno de
los mercados mundiales más importantes en términos de inversiones en
construcción e infraestructura urbana. La ciudad latinoamericana del futuro
debe ser organizada alrededor de la sostenibilidad y la productividad, con el
fin de cerrar la brecha de infraestructura existente y generar un entorno
urbano que no atente contra el medio ambiente, proporcionando recursos
urbanísticos eficientes, no sólo en los sectores de movilidad, seguridad,
educación, eficiencia energética, manejo del agua y de residuos, sino también
en su funcionalidad, con el fin último de edificar un lugar mejor para vivir.
La Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés),
miembro del Grupo Banco Mundial, cuenta con el Programa de Ciudades, una
plataforma de servicios financieros y de asesoría diseñado para catalizar el
desarrollo de infraestructura urbana bajo estrictos criterios de
sustentabilidad y respeto al medio ambiente. El objetivo es ayudar
integralmente a las ciudades en la estructuración e implementación de sus
principales proyectos de infraestructura, ampliando el acceso a financiamiento,
además de promover una mayor participación del sector privado en las soluciones
urbanas.
IFC se encuentra en una posición
inigualable para reunir a municipalidades, empresas de servicios públicos y
actores del sector privado con el propósito de abordar de forma integral las
necesidades más apremiantes de las ciudades de los mercados emergentes. Durante
los últimos 15 años, IFC ha invertido más de 12,000 millones de dólares en 350
proyectos urbanos y servicios de asesoría en más de 60 países.
Un ejemplo concreto en
Latinoamérica es la alianza estratégica de largo plazo que la IFC estableció
con la Ciudad de Buenos Aires en Argentina. Esta alianza estratégica incluye no
sólo el financiamiento de obras importantes de infraestructura como los
Corredores del sistema de Transporte Masivo de la ciudad (Metrobus) y nuevas
ciclo-rutas, sino también asesorías técnicas en temas de alto impacto como los
sistemas de transporte de bajas emisiones, nuevos programas de eficiencia
energética así como la promoción de construcciones sostenibles (Green
buildings) incluso en los barrios más desfavorecidos.
Como parte del Proyecto de
Transformación Urbana Metropolitano de Buenos Aires en Argentina, el Grupo
Banco Mundial promueve medidas de eficiencia energética en Barrio 31, uno de
los vecindarios más pobres de la capital, que carecía de acceso formal a
servicios de electricidad y agua. El Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral
(CeDEL), desarrollado por la Jefatura de la Ciudad de Buenos Aires, es un
moderno edificio de oficinas públicas de tres pisos que se construyó sobre las
ruinas de un notorio centro de distribución de drogas, por lo que simboliza la
ambición de la ciudad de revitalizar el Barrio 31. Apoyado por IFC, el jefe de
Gobierno de Buenos Aires impulsa la estrategia de reducción de la pobreza que
respalda la revitalización del Barrio 31, en la que se destaca el valor de los
edificios ecológicos. El diseño ecológico del CeDEL, que no demandó un costo de
capital adicional, es un ejemplo por la baja energía incorporada en los
materiales, ya que se recuperaron las paredes y las losas de piso existentes.
Ejemplos similares de este tipo
de alianzas estratégicas se están replicando a nivel de provincias (Córdoba en
Argentina, por ejemplo), así como en otras ciudades de la región como Bogotá y
Barranquilla.
En México, en conjunto con la
Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), IFC desempeña un rol esencial en la
actualización y mejora del Código de Edificación de Vivienda (CEV) promoviendo
también la construcción sostenible en las ciudades, así como en la elaboración
de una guía explicativa que auxilie un mejor entendimiento de sus preceptos
frente a las autoridades locales. Son documentos prácticos y aplicados
orientados a asegurar la calidad, habitabilidad, sustentabilidad, accesibilidad
y seguridad de las construcciones, conforme a lo establecido en la Normas
Oficiales Mexicanas y Normas Mexicanas, así como en las mejores prácticas
aplicadas en el país.
A futuro
Según Naciones Unidas, para 2030
más de 41 megaciudades van a contar con más de 10 millones habitantes. Sera un
mundo de ciudades, un mundo de oportunidades y los habitantes podrán usar cada
vez más los servicios públicos, sistemas de transporte, sistemas educativos y
sus infraestructuras. La sostenibilidad económica, la igualdad de géneros y el
impacto reducido frente al medio ambiente serán los principales desafíos para
lograr reducción de pobreza y desarrollo sostenible.
Para lograr estas metas, IFC
desarrolla productos y servicios que ofrecen soluciones de desarrollo adaptadas
al crecimiento. Asimismo, se aprovechan los recursos financieros propios,
conocimientos técnicos, experiencia a nivel mundial y capacidad de innovación
para ayudar a las ciudades a superar desafíos financieros, operacionales y
políticos.
IFC apoya también a las ciudades
en movilizar recursos de terceros para financiar los proyectos necesarios para
detonar y consolidar su desarrollo. Las nuevas fuentes de financiamiento, como
las Asociaciones Público-Privadas (APPs), abren nuevas oportunidades para el
sector privado y los países de la región. La disposición a trabajar en entornos
difíciles, así como el liderazgo para participar y movilizar al sector privado,
incrementa la confianza de los inversionistas y contribuye a mitigar la
percepción del riesgo de invertir. Todo esto, en conjunto, permitirá construir
las ciudades que tanto anhela Latinoamérica.
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