La ciberseguridad es un asunto de reputaciones
FORBES- 1 de septiembre de 2018
En un mundo cada vez más
interconectado, una estrategia que vincule al Consejo de Administración con la
tecnología reduce la posibilidad de ciberataques que dañen la reputación.
Jeff Bezos, fundador de Amazon,
dijo en una ocasión que la marca de una compañía es el equivalente a la
reputación de una persona, “y la reputación se gana haciendo bien las cosas
difíciles”.
Sin duda, uno de los retos más
difíciles para las organizaciones es la ciberseguridad. Las noticias que
circulan alrededor del mundo sobre ataques cibernéticos -y su efectividad- son
cada vez más frecuentes, y preocupan a los líderes de negocios respecto a los
efectos que pueden causar.
Las consecuencias de un
ciberataque van desde pérdidas económicas, sanciones por parte de las
autoridades hasta impactos negativos a la reputación. Los consumidores están
cada vez más conscientes del valor de su información, por lo que exigen más
seguridad y están dispuestos a pagar más por ella.
En México, el 78.6% de las
empresas declaró haber detectado al menos un incidente de seguridad de la
información en los últimos 12 meses, de acuerdo con los resultados de Global
State of Information Security Survey (GSISS) 2018, de PwC.
Cabe resaltar que el porcentaje
de incidentes reportados por empresas mexicanas es mayor al que alcanzaron las
organizaciones a nivel global (72.2%).
Otro tema importante es la
cantidad de recursos con la que disponen las empresas mexicanas para
ciberseguridad y protección de datos. En promedio, las organizaciones destinan
4.2 millones de dólares a este rubro, que representan el 5.1% del presupuesto
total del área de Tecnologías de la Información (TI).
Estrategia y liderazgo
En el estudio, el 44% de las
compañías en México respondió que carece de una estrategia general de seguridad
de la información, sin embargo, 71.4% indicó que cuenta con un programa de respuesta
ante incidentes.
Los autores de los ciberataques
pueden ser internos y externos a la organización, por ejemplo, los hackers, la
competencia, exempleados, proveedores y hasta el crimen organizado. Para
enfrentar estas amenazas, es necesario que la estrategia de seguridad sea
revisada y aprobada por el Consejo de Administración.
En el país, el 40% de las
organizaciones indica que su junta directiva participa activamente en la
supervisión de los riesgos cibernéticos y de privacidad actuales. Sin una sólida
comprensión de los riesgos, los consejos no estarán bien posicionados para
ejercer sus responsabilidades de supervisión en materia de protección de datos.
Sin importar el tamaño de la
empresa, se debe involucrar al Consejo de Administración en la estrategia
integral de seguridad de la información. Esta iniciativa debe contar con un
presupuesto propio y un directivo designado para ello.
Los líderes deben impulsar una
cultura de ciberseguridad en todos los niveles de la organización, esto les
permitirá descubrir y administrar nuevos riesgos inherentes a las tecnologías
emergentes (como el Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial) y
determinar cuáles son los activos que requieren mayor protección.
Herramientas para mejorar la
confianza
De acuerdo con el GSISS 2018, el
66% de las compañías en México afirma que el uso de tecnologías avanzadas de
autenticación ha mejorado la confianza de los clientes y los socios comerciales
en las capacidades de privacidad y seguridad de la información de la
organización. Además, el 56% asegura que han ayudado a reducir el fraude y el
52% que han mejorado la experiencia del cliente.
Las organizaciones pueden
enfrentar los riesgos de seguridad proactivamente. A nivel global, solo la
mitad de las organizaciones realizan verificaciones de antecedentes para tener
mayor control sobre terceros y sobre aquellos empleados que están involucrados
en las operaciones críticas de la empresa.
Cabe resaltar que menos de la
mitad de los 9,500 ejecutivos entrevistados para el estudio han adoptado
procesos clave para identificar riesgos cibernéticos en los sistemas
empresariales, como pruebas de penetración, evaluaciones de amenazas, monitoreo
activo de la seguridad de la información y evaluaciones de inteligencia y
vulnerabilidades.
En un mundo interconectado y con
riesgos más complejos, todos los esfuerzos que hagan las organizaciones
ayudarán a mejorar la seguridad de la información y proteger la reputación, un
activo de gran valor en la vida y en los negocios.
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