Una consulta para revisar el
significado de lujo
FORBES – 25 de marzo de 2018
La definición del término lujo en
el diccionario está lejos de recoger lo que hoy significa en cuanto a la
búsqueda de la excelencia, cuidado de tradiciones artesanales o el deleite en
lo bien hecho.
Circulo Fortuny, la asociación de
marcas de lujo en España ha iniciado un dialogo con la RAE Real Academia
Española para hacer una revisión de la definición del término lujo en el
diccionario. Tal como aparece hoy es “Demasía en el adorno, en la pompa y en el
regalo”. “Abundancia de cosas no necesarias” “Todo aquello que supera los
medios normales de alguien para conseguirlo” Son las tres acepciones que la
Real Academia de la Lengua Española (RAE) recoge para definir la palabra lujo.
Al enterarme de esta noticia he sentido
cierto alivio. Cuando publiqué “Secretos de lujo” en 2009, incorporé mi propia
definición para reubicar el termino donde mi experiencia me había enseñado.
Nada más comenzar, en la página 44 describía lujo como “Lo bello, lo refinado,
lo innovador, lo puro, lo esencial, en vez del adorno, la opulencia o la
ostentación, han sido siempre las auténticas claves del lujo. Esto es lo que
uno aprende y descubre desde dentro, desde las tripas de los negocios del
lujo”. En el Diccionario de Lujo y Responsabilidad, obra que dirigí y publicado
en 2011, un grupo de profesionales del sector, definimos 2000 términos
relacionados con los temas del título. En este caso expandimos la definición a:
“Sentimiento, percepción y experiencia intima sobre las cosas que hace que lo
que aparentemente es innecesario se vuelva imprescindible. Su significado
cambia a lo largo del tiempo de la misma forma que cambia el significado de
mejor. Hay elementos que siempre permanecen. Las claves del lujo se encuentran
en la búsqueda de la belleza, lo refinado, lo innovador, lo puro, lo que
permanece, lo bien hecho, lo esencial”
Lujo es también lo bien hecho, la
excelencia, la búsqueda de lo mejor para aquellos que lo aprecian que tienen la
sensibilidad y no sólo el dinero. Merece la pena recordar que el sector del
lujo crea empleos dignos, que mantiene las tradiciones artesanales, patrimonio
intangible de nuestra cultura y es uno de los pocos en los que Europa tiene una
ventaja competitiva. Las marcas de lujo contribuyen a difundir nuestra
identidad ya que a menudo expresan y recogen los valores distintivos de su
origen donde quiera que nacen.
Las palabras no son inocentes. La
palabra moldea el pensamiento y nuestros pensamientos se expresan en palabras
¿Por qué esa definición incompleta y peyorativa en nuestro diccionario? ¿Cuánto
hay de culpa en esta definición? La iniciativa de cambiarlo me parece que más
que buena. Es necesaria.
Cuando hace 10 años decidimos en
IE lanzar una iniciativa para hacer investigación y sobre el sector lujo,
conscientes de este reto, llamamos al centro “Premium & Prestige Business
Observatory”. Bernard Arnaud se refiere al imperio que ha creado, la mayor
agrupación de marcas de lujo las llama marcas de prestigio. El también es
consciente de las connotaciones negativas que tiene la palabra lujo. En el
diccionario Larousse francés lo que encontramos en la definición de lujo son
alusiones a lo refinado, además de lo costoso y suntuoso. Y eso que Colbert ministro de Louis XIV, el
rey sol, entendió el potencial económico del lujo. Comité Colbert es el nombre
que recibe la primera asociación de empresas de lujo que nace en Francia en
1954 y que inspira la creación posterior de Altagamma en Italia, Walpole en
Reino Unido, y el Circulo Fortuny en España.
Nos preguntamos a menudo porque
no hay más marcas de lujo de origen español o en América Latina. Quizás como
refleja la definición, no nos sentimos suficientemente orgullosos del concepto
porque nuestra lengua no lo está. Cambiemos la definición de la palabra para
cambiar el pensamiento y puede ser que el resultado sea más proyectos de lujo
de países que hablan español. Circulo Fortuny que defiende los intereses de las
empresas españolas del lujo sabe que para cambiar los resultados es preciso
cambiar pensamientos y la palabra va primero.
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