¿Qué es el marketing político emocional?
FORBES- 29 de marzo de 2018
Continuamos con el recuento de
las técnicas y recursos de comunicación que explotan y aprovechan las emociones
de los votantes de cara a las próximas elecciones.
4. Enojo– situaciones como la
inseguridad, pobreza, desigualdad y corrupción han sido la fuente de
inspiración de grandes cambios. Solo es necesario hacer que los votantes
expresen lo que sienten sobre las promesas incumplidas, los resultados
negativos y los costos de un mal gobierno. Ante el descredito de los políticos
y la política, el resto es sencillo, pasarán las facturas a la hora de votar;
harán sentir el peso de sus frustraciones, críticas y oportunidades perdidas en
las urnas.
Los candidatos y partidos que
usan esta herramienta se concentran en actuar como los representantes
exclusivos de los reclamos de los marginados, la voz de la ira popular, buscan
avivar la molestia, transmitir en sus discursos las inconformidades y demandas;
asumiéndose como la única solución a los problemas; recriminando y culpando a
sus adversarios de todos los problemas.
5. Interés Humano– la
sensibilidad y la solidaridad son argumentos de comunicación muy convincentes y
efectivos. Situaciones en las que se hace patente una cierta cantidad de buena
voluntad, donaciones, trabajo comunitario y hasta casos de heroísmo civil
contribuyen a mejorar la percepción de las organizaciones políticas,
particularmente ante acontecimientos imprevistos.
Los desastres naturales, sismos,
epidemias o situaciones emergentes son detonadores de emociones entre la
población. En los momentos en que toda la ayuda es bienvenida y que nadie puede
objetar lo que se ofrezca a las víctimas; los actores políticos aprovechan la
escena para hacerse presentes y subirse a la ola de alivio, ayuda y buenas
intenciones, pero también de oportunismo electoral. Una muestra de unidad por
un voto de gratitud, todo sea por un poco de credibilidad.
6. Arraigo– revitalizar el
sentido de identidad, pertenencia y orgullo por los colores, valores, y
tradiciones que nos unen, es otro recurso muy emotivo. La comunicación de
campaña se alinea para exaltar lo nuestro e identificarse con los símbolos y
representaciones del imaginario social.
En estos casos, los candidatos
aprovechan los torneos deportivos, bailes, desfiles, carnavales y cualquier
evento que puedan capitalizar para reforzar su cercanía con la población y
expresar su sentido nacionalista.
Nada como ir al (super) mercado,
comer tacos, hacerse una limpia, danzar, bailar al estilo pachuco o ver el
futbol (con unas buenas chelas); celebremos a los héroes nacionales que nos
dieron un 5º partido. Candidato, compañero, amigo, hermano¡¡ ¿quién dijo
ridículo?, simplemente original.
Tomemos la bandera de Cantinflas;
echemos mano de chistes, albures y no olvidemos el guardarropa de trajes
típicos, bastones, flores, botas, cintas, moños, huaraches, chamarritas,
guayaberas, sombreros y chalecos para hacer sentir al pueblo que sus candidatos
son gente normal que vive con pasión por lo nuestro.
7. Esperanza– ¿quién no desea un
mejor futuro?; ¿Quién puede negarse a un sacrificio en el presente con tal de
que sus hijos tengan mayores oportunidades? El objetivo de esta estrategia es
hacer sentir al elector que su voto es una especie de inversión que puede
ayudar a hacer realidad sus sueños.
Al analizar las estadísticas
sociales, económicas y demográficas, se define una serie de propuestas,
contenidos y promesas que incluyen las aspiraciones más extendidas entre la
población objetivo. Se establece un intercambio de votos por el compromiso
justiciero de alcanzar mejores condiciones de vida, desarrollo, bienestar,
satisfactores y beneficios (materiales o subjetivos) y dejar atrás el pasado de
inequidad.
8.Felicidad– sin duda la
democracia puede hacer feliz a la gente, eso no lo han repetido miles de veces.
El ideal ceniciento de votar y ser felices todo el sexenio llena las
expectativas de todos. Hacer posible que la sociedad pase a un estado de optimismo,
sanación y armonía con un gobierno confiable, eficaz, incluyente, participativo
y satisfactorio donde el ciudadano es el centro de la atención y servicio al
cliente, seduce, encanta, hace feliz.
Corporaciones policiacas
científicas, modernas, impecables, bien equipadas, mejor pagadas, honestas;
internet, agua, drenaje, electricidad, vivienda, escuelas, hospitales, caminos,
médicos y enfermeras en todos los rincones del país; mares, suelos y cielos
plenos de abundancia y recursos inagotables; un país boyante, pujante, pleno,
ganador; vacaciones pagadas de 90 días y salarios mejores que en Suiza; todo es
posible, está al alcance de tu mano. Para de sufrir, sal de la depresión,
sonríe, ya no te preocupes, tu voto puede borrar la contaminación, el deterioro
ambiental, la corrupción, la inseguridad y la pobreza nuestro asesor de campaña
Harry Potter es infalible.
En conclusión, basar la
estrategia de campaña en las emociones humanas es más sencillo, lo emocional es
un razonamiento inconsciente, implícito, simple, de bajo esfuerzo, es inmediato
y se radica en las respuestas de nuestra naturaleza humana.
Un candidato debe ser el centro
emocional de la campaña, un transmisor de vitalidad, expresividad, un idealista
comprometido que sea detonador de la energía social, un líder que desencadene
la fuerza de la participación para construir un gobierno funcional.
Llevar acarreados cuesta un
billete, lo invaluable, lo que no tiene precio es que después de ver, sentir el
carisma, escuchar una entrevista, asistir a un evento, las masas, los
ciudadanos deben salir conmovidos, emocionados, dispuestos a actuar, votar,
organizar participar, dar todo por una meta común.
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