El emprendimiento como recurso de
cambio
FORBES- 7 de marzo de 2018
Muchos empleados insatisfechos en
las empresas buscan cualquier pretexto para huir de ahí. El emprendimiento se
presenta como “la salida fácil”. Pero ¿Que hay detrás de esto?
Insatisfacción, desesperanza y
angustia, son sentimientos de personas que se sienten atadas a las empresas.
Cuando se les pregunta por sus vidas, muchas veces hablan de ellas como reos o
prisioneros. Comentando el “verse forzados a hacer algo que no les gusta”. Con
discursos que fundamentan la “no opción”. (Puedes leer también Dr. Jekyll y Mr.
Hyde en el emprendimiento).
Así viven muchos empleados, en un
país con una moneda devaluada día tras día, donde el poder adquisitivo es cada
vez peor, y los impuestos mayores. Donde estamos acostumbrados a ver gobiernos
que maquillan cifras de pobreza, e incrementos constantes cada cierto tiempo. O
gota a gota como en la gasolina.
El crecimiento en las empresas
Ellos y todos, sabemos que su
curva de crecimiento en una institución empresarial es así, dura y competida, y
lleva años de trabajo, conocimiento y esfuerzo el ser ascendido.
Para quienes tienen carrera, es
necesario hacer una maestría, o incluso una especialidad, además de tener que
pasar por otras áreas, conocer de todo el negocio, vivir en otro país, hablar
hasta dos idiomas más y tener años demostrando “el amor a la camiseta”. Esto
para soñar con una dirección. Y muchas veces aún con todo ello esta no llega.
El mágico mundo del
emprendimiento
Habitando en un mundo donde los
emprendedores exitosos son idolatrados. Por tener la libertad de hacer lo que
les place. Ostentando aún sin quererlo, la fama y riqueza, saliendo en
periódicos y revistas.
Cómo no desearlo, cómo no
renunciar inmediatamente si habitan en un entorno deplorable, y allá afuera hay
una opción que los podría hacer los reyes del mundo, una opción que los hace
Dioses, y los trata como celebridades famosas, “todopoderosas”. Un mundo que
alimenta los egos, y describe al emprendimiento como las alas de la libertad.
Razones y autoexplicaciones
Podíamos relatar una gran
cantidad de razones por las cuales un empleado desesperado huye sin control de
las empresas. Validas o no, aquí algunas de las razones, que no hacen sino
pulsar el reloj de una bomba de tiempo.
No quiero ser empleado, no quiero
tener jefes, deseo ganar más dinero, no quiero que nadie me mande, etc. Son las frases reactivas comunes, de
empleados desesperados, que, sin planeación alguna, dejan día tras día las
empresas, buscando “algo más” a qué dedicarse.
El problema de fondo
El problema no es que dejen
aquello que no quieren. Lo cual es bueno y hasta aplaudible. El problema no
reside ahí, sino en el proceso y el móvil, el fondo y la forma.
Encontramos pues dos puntos
medulares:
Que emprenden muchas veces como
salida forzada y no por una decisión propia, pensada y planificada, lo que hace
que muchas veces sus emprendimientos queden sesgados, nuevamente por las
emociones en juego.
Que los empleados desesperados,
eligen no con base en lo que quieren, sino en lo que no quieren. Y ese camino
no los llevara a la satisfacción verdadera, sino a meterse nuevamente en una
jaula donde la indisciplina se castiga mucho más fuerte que en las empresas.
Las respuestas del coach
¿Cómo encontrar pues
satisfacción, no volverse a meter a otra jaula que los llevara a dejar su vida
haciendo algo que no quieren, sólo por dinero?
¿Cómo quitarse la angustia, tras
meterse en la tarea de saber que si no trabajan no ganan?
¿Cómo tener un panorama
esperanzador, cuando el mundo parece decirles lo contrario?
Aquí mis respuestas:
Planifica y adminístrate. Antes
de renunciar de forma desesperada, haz un plan de ahorro y busca por todos los
medios, una liquidación y más si tienes muchos años en la organización. Sé
inteligente. Haz valer lo ya trabajado.
Descubre lo que si quieres. No te
avientes a vender lo que sea. No te avientes a poner un puesto de comida. No te
avientes. Encuentra aquello que, si quieres, aquello que, si no te llena el
bolsillo del dinero al menos si el de la satisfacción, pues recuerda,
posiblemente al principio no verás dinero. En el emprendimiento hay que sembrar
para cosechar.
Unifica tu potencial. Esclarece
lo que sabes, tus conocimientos y talentos, tus habilidades y oportunidades.
Descubre en qué podrías ser fuerte, por ti, tu entorno y tus contactos.
Encuentra el camino de menor resistencia a tu éxito y hazlo valer.
Si quieres que el emprendimiento
sea un recurso de cambio, hazlo para bien, que unifique tus deseos, que te dé
mucho más, que sólo dinero y entonces lo lograrás. Si aún no sabes dónde están
tus satisfactores, necesidades y requerimientos de vida, acércate a un coach,
especializado en emprendimiento significativo, él te podrá ayudar.
Así que ya lo sabes, no hagas del
emprendimiento una salida forzada, pues esta será una puerta falsa para ti.
Trabaja primero en lo que quieres, planifica tus gastos y adminístrate, y el
emprendimiento será, el mundo mágico que deseas.
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