Cómo no alcanzar una capital de la innovación
FORBES- 21 de marzo de 2018
El desarrollo tecnológico depende
de tener ingenieros preparados. Para formarlos se debe iniciar con alumnos de
bachillerato y maestros curiosos, creativos e innovadores.
Desde hace más de una década,
Guadalajara se presenta como la capital de la innovación. Empresas como Intel,
Continental, IBM, HP, Wizeline y Oracle, desarrollan tecnología y le han
apostado fuertemente a Jalisco. Existen múltiples proyectos de vinculación con
universidades locales como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey (ITESM), la Universidad Panamericana (UP), la Universidad de
Guadalajara (UdeG) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente (ITESO), por nombrar algunas, para desarrollar capacidades en los
alumnos y colaborar en proyectos productivos.
Sin embargo, persiste la
percepción, según estudios de entidades públicas, como la Secretaría de
Innovación, Ciencia y Tecnología (SICyT) y la Cámara Nacional de la Industria
Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI), y
también de empresas como ManpowerGroup, de que en Jalisco faltan ingenieros y
científicos capacitados para alimentar el desarrollo tecnológico esperado.
Como parte del trabajo de
investigación que realizamos en el Comité de Educación de American Chamber
Capítulo Guadalajara, hemos visitado a 42 escuelas (secundarias y
bachilleratos) públicas y privadas de la ciudad entre 2017 y 2018, y aparece
algo preocupante: ninguna tiene vínculos o contacto con empresas de tecnología,
de recursos humanos o multinacionales, y ninguna participa en un foro de
cuestionamiento sobre su relevancia o vinculación.
En México existe cierto estatus
asociado a dar clases de universidad, por lo que muchos líderes profesionales y
técnicos lo hacen. El problema es que para entonces es demasiado tarde. Un
estudiante con miedo a las matemáticas difícilmente se vuelve ingeniero. Y un
alumno interesado que no tuvo los fundamentos de matemáticas y sale del
bachillerato sin nivel de primaria, tampoco puede hacerlo.
Para formar ingenieros y
científicos creativos y preparados se necesita iniciar con más alumnos de
bachillerato curiosos, que se pregunten cómo funciona el mundo. A la vez, para motivar
a estos alumnos se requieren maestros de matemáticas y ciencias creativos,
innovadores y con experiencia de vida que hayan desarrollado proyectos exitosos
en el ámbito profesional. Se necesita también vinculación entre los
bachilleratos y empresas que implementen prácticas profesionales bajo
estándares establecidos, para introducir a los alumnos al medio y darles
experiencias profesionales básicas.
Cómo reclutar maestros de
matemáticas
Cualquier profesionista
científico o ingeniero que cumpla con requisitos básicos —como tener un
título—, puede dar clases de bachillerato. Desafortunadamente, ninguno de los
alumnos competitivos en las clases y talleres dados en secundarias y
bachilleratos, manifestó interés en ser maestro.
Entre los profesionistas
exitosos, ser profesor de bachillerato no resulta atractivo dados el bajo
prestigio, la baja remuneración, así como la falta de instituciones vinculadas
y con altos estándares de calidad profesional. La gente competitiva le pierde
el respeto a instituciones que toleran el esfuerzo mediocre y la baja calidad.
En el mundo empresarial es
conocida la rigidez del medio académico, tanto público como privado. El sistema
educativo tiene conflictos de agencia implícitos, compensa y promueve maestros
por sus títulos y jerarquía y no por su desempeño o capacidad para resolver
problemas prácticos en el mundo. Para los profesionistas que vienen de fuera,
el plan centralizado e inflexible de bachillerato no refleja las realidades
actuales, y resulta carente en la presentación y aprendizaje de fundamentos
tecnológicos, probabilidad, efectos de red, toma de decisiones, reducción y
resolución de problemas y desarrollo de la creatividad.
Se necesita gente que reconozca
esta realidad, dispuesta a avanzar con los alumnos independientemente del nivel
con el que lleguen, precisamente porque ese es el objetivo final. ¿Y dónde
encontramos a esa gente? Enfrentando la realidad como es.
Tal como lo acaba de publicar la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Estado
de Derecho de México está dañado. Muchos emprendedores han cerrado sus negocios
por malas decisiones, y muchos a consecuencia de la corrupción e impunidad.
Entre éstos hay muchos ingenieros, financieros y científicos humildes,
creativos y motivados, deseosos de logros importantes. A ellos podemos
reclutarlos, proponiéndoles una contribución que hasta ahora no han
considerado, bajo condiciones adecuadas.
En casos individuales esta
fórmula no presenta tantos obstáculos, y aunque no es camino sencillo de
implementar ni trae resultados tangibles en el corto plazo, es el inicio para
fortalecer instituciones con proyectos de mayor escala.
*Presidente del Comité de
Educación de American Chamber of Commerce, Capítulo Guadalajara.
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