¿Qué es el marketing político
emocional?
FORBES- 22 de marzo de 2018
Mucho de lo que ocurre en las
elecciones es el resultado de aplicar técnicas de que explotan y aprovechan las
emociones de los votantes.
Nuestras emociones juegan un
papel clave en todo lo que hacemos. No solamente de manera inconsciente, sino
que también influyen en nuestros pensamientos, decisiones y acciones
conscientes.
El marketing político emocional
es el uso generalizado de diferentes herramientas y recursos de comunicación
estratégica que influyen sobre las percepciones emocionales de los electores para
que establezcan una conexión con un candidato y adopten una idea, una propuesta
o una posición política. Las aplicaciones de estas técnicas son muy diversas:
A) En primer lugar, las usamos
para analizar las motivaciones, perfiles, psicología y capacidades de los
candidatos a fin de desarrollar programas personalizados de entrenamiento,
corregir deficiencias y hacerles más competitivos.
Las campañas exigen mucho
trabajo, disciplina, esfuerzo y someten a presiones extremas a los candidatos.
Por ello es muy importante diagnosticar y atender rasgos de la personalidad y
el carácter que permitan mejorar su forma de comunicar, fortalecer su
liderazgo, consolidar su asertividad y darle la capacidad para generar
confianza y manejar situaciones como eventos, entrevistas, debates y discursos.
Frecuentemente, debemos aplicar correcciones de posturas, terapias de lenguaje,
técnicas de actuación y otros recursos con el apoyo de psicólogos y
especialistas.
B) Además, nos sirven para medir
las reacciones de los electores ante las propuestas y la publicidad electoral;
la percepción que tienen de un candidato o los partidos políticos; su estado de
ánimo respecto a los problemas socioeconómicos; cómo se comportan en un mitin
y/o sus intereses, demandas y expectativas.
En este caso, usamos grupos de
enfoque que miden las reacciones, objeciones y respuestas emocionales ante los
estímulos de comunicación verbal y no verbal de un candidato, recurrimos a
equipos muy sofisticados para evaluar los movimientos, expresividad,
contundencia y desempeño de los candidatos, entre otras cosas.
C) Finalmente, gracias a las
redes sociales, la evolución tecnológica; los progresos en campos como el
neuromarketing y los innovadores métodos de medición moto-sensorial podemos
determinar con mayor precisión los modelos, formatos y canales más efectivos
para establecer programas de comunicación y estrategias de campaña.
A continuación, les daremos
algunos ejemplos tomando como punto de partida las emociones fundamentales de
todo ser humano y su aplicación en la mercadotecnia electoral.
Miedo– Es la emoción fundamental
del ser humano; por lo tanto, la más explotable políticamente hablando. Su
utilización depende de la graduación y posicionamiento de un actor político.
Los electores son sometidos a mensajes que pretenden generar un estado de
alerta, inseguridad e incertidumbre para plantearles escenarios no deseables
por votar por determinado partido o sus candidatos. El objetivo es influir en
la decisión de voto insistiendo en qué de no tomar la decisión correcta, pueda
haber consecuencias negativas, pérdidas o situaciones radicales de violencia.
Por ejemplo, si votas por XX
puedes perder tu trabajo, habrá más inflación y/o los corruptos seguirán
gobernando. Las estrategias incluyen las campañas negativas que crean
sociedades secretas y personajes oscuros a los que se adjudican todos los
atributos La gente elige tratando de mantener o recuperar la estabilidad,
evitar un acontecimiento indeseable, superar la ansiedad del desenlace, buscando
continuidad o temiendo que empeore la situación actual.
Orgullo– El objetivo es aludir al
ego de los ciudadanos, para crear la sensación de que su voto es valioso;
contribuye a una meta superior y que les haga sentir honestos, audaces,
sofisticados, modernos, democráticos y más inteligentes; al mismo tiempo que
descalifica y degrada a quienes voten en otro sentido.
Retomar algunos de los principios
y legados de personajes históricos, hacerlos propios y defenderlos como
banderas es parte de esta estrategia, revivir los ideales, los episodios, las
luchas y el legado de los héroes también funciona como detonador de cambio.
La jornada electoral se vuelve
también una oportunidad histórica; el voto, un granito de arena que ayudo a
mejorar las condiciones de vida, una contribución al cambio y -al mismo
tiempo-, una acción positiva para superar los obstáculos para el desarrollo y
la justicia.
Inspiración– Los candidatos se
presentan como historias de vida ejemplar llevadas a la pasarela electoral;
emprendedores; nacionalistas comprometidas; vencedores de adversidades;
personalidades con biografías forjadas con sentido humano que representan lo
mejor del altruismo, humildad, integridad y perseverancia.
Los ciudadanos pueden sentirse
motivados al votar por alguien que merece su confianza y que les garantiza
resultados. Se les pide que elijan gobernantes y representantes comparando y
reconociendo los méritos, talentos, logros y cualidades de las distintas
alternativas. En resumen, las cosas no pueden cambiar sin gobierno eficiente,
honesto y popular forjado por las mujeres y hombres mejor calificados.
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