Autotransporte
4T: una reflexión desde el futuro
FORBES- 13 de abr. de 19
Antes que de que se cumpliera un año, se inició
en una primera etapa con esquemas de financiamiento para transportistas con las
flotas antiguas, dotando a las Mipymes de facilidades.
Esta administración tuvo en el autotransporte
uno de sus logros más destacables. Se podría decir que, desde la apertura del
autotransporte en la época del TLCAN, no se habían experimentado cambios tan
benéficos para la industria. Todo inició en 2019 el día en que se presentó el
Plan Nacional de Desarrollo, en el que, por primera vez, no sólo se incluyeron
proyectos de infraestructura, sino también una solución integral para mejorar el
autotransporte. Las autoridades tuvieron el acierto de comprender perfectamente
que el medio de transporte que traslada el 56% del total de la carga, el 96% de
los pasajeros en carreteras federales, el 50% de la población económicamente en
las zonas urbanas, era crucial para el desempeño económico de país.
Robo de vehículos, incremento de los
combustibles, tipo de cambio inestable, falta de operadores, financiamiento
limitado, atomización del sector, vehículos en promedio con 18 años de
antigüedad, los retos en 2019 eran complejos. No obstante, se estableció una
coordinación integral desde la oficina de la Presidencia de la República de
temas estratégicos para impulsar la economía y alcanzar el crecimiento del 4%,
que derivó en la implementación del esquema VAMUS (Visión del Autotransporte
Mexicano Unido Sostenible). Un eje estratégico innovador de planeación, que se
tradujo en acciones inmediatas y definición simultánea de medidas a mediano y
largo plazo.
Antes que de que se cumpliera un año, se inició
en una primera etapa con esquemas de financiamiento para los transportistas con
las flotas más antiguas, dotando a las Mipymes de facilidades administrativas y
fiscales. La Secretearía de Economía y la banca de desarrollo trabajaron de la
mano, supeditando los apoyos a la capacitación. Así se empezaron a aprovechar
los esquemas de economías de escala y las empresas comenzaron a agruparse en
esquemas similares a las cooperativas, pasando de una administración familiar
informal, a una administración formal que permitió un crecimiento sostenible
del negocio. De esta manera, se apoyó directamente al sector más vulnerable del
autotransporte.
Al modernizar los vehículos más antiguos, se
logró reducir las emisiones contaminantes, el consumo de combustible, mejorar
la seguridad vial, y lo más destacable, incrementó la productividad del eslabón
más importante de la cadena logística. El autotransporte se transformó en la
base para poder hacer más competitivas todas las industrias en el movimiento de
sus productos, impulsando directamente los objetivos planteados para fomentar
la inversión, el empleo y el crecimiento económico.
El apoyo al hombre camión que se materializó a
principios de sexenio, hizo a las empresas más rentables y generó una
renovación vehicular sustentable, logrando que solo vehículos pesados en buenas
condiciones circulen. En los siguientes cinco años, se logrará bajar la edad
promedio de la flota a menos de 10 años, es la primera vez en la historia de
México que esto sucederá. Finalmente, los análisis de medio ambiente y
seguridad vial reflejan avances importantes en estadísticas de salud pública.
Los accidentes viales, han dejado de ser la principal causa de muerte de niños
y jóvenes. Los avances que se dieron en este sexenio nos dejan en una posición
inmejorable para saltar hacia las nuevas tecnologías y recibir el futuro con
una industria fuerte. Los beneficios no fueron únicamente para el
transportista, sino para toda la sociedad, en particular para las nuevas
generaciones. Enhorabuena.
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