Presiones a los medios y periodistas en la 4T
FORBES – 5 de abr. de 19
Se habla de libertad de expresión, pero se
siente una presión invisible para los que critican al gobierno, la denuncia de
Rafael Loret de Mola lo demuestra y se agrava el panorama.
Incitar a la polarización en una sociedad nunca
ha traído nada bueno y menos como una acción permanente del gobierno. Los
gobernantes deben de entender para qué sirve la prensa y cuál es la función
primordial de los periodistas ante la sociedad y la democracia.
Los ejemplos visibles, caso Trump, nos dejan
ver que no sirve de nada atacar a los medios, polarizar a una sociedad sólo
lleva a las agresiones entre grupos sociales que además hoy en día los ataques
se magnifican, desafortunadamente, a través del anonimato de las redes sociales.
Además de polarizar, la sociedad gasta muchas
horas en generar odio que a la larga puede generar violencia y que en nada
ayuda a las sociedades. Si a esto le añadimos una cierta incertidumbre por el
entorno económico de un gobierno que inicia y en donde la estabilidad de la
economía siempre hace que el desarrollo económico se desacelere, puede de una
gran manera magnificar los problemas y no dar un buen resultado para el país.
Muchos mandatarios en la región latinoamericana
se dejan llevar por el índice de popularidad, pero es importante mencionar que
la popularidad no ayuda al desarrollo de la economía, es la confianza la que
hace que la sociedad invierta en el gobierno y esta inversión es real y
directamente en acciones que generan actividad económica.
En sistemas nacionalistas o populistas la
popularidad ayuda a legitimar las decisiones ante el pueblo, pero éstas poco o
nunca ayudan a impulsar el desarrollo económico y menos cuando la popularidad
está fundamentada y trabajada bajo un esquema de otorgamiento de apoyos
sociales, lo que desafortunadamente convierte a la ciudadanía en una masa
social que sólo espera una dádiva gubernamental, la cual se convierte en
consumo, pero no el suficiente para impulsar de manera importante el desarrollo
económico.
Para complicar el escenario, podemos sumar el
odio social que se está generando y que por consecuencia enfrenta a las clases
sociales, dividiendo al país en los que reciben dádivas del gobierno y los que
generan actividad económica, en donde se estigmatiza a estos últimos como los
malos de la película, lo que no abona a la confianza, dejando el escenario
entre los que defenderán al gobierno por su dádiva y los que trabajan y pagan
impuestos.
No es recomendable para ningún mandatario en
ningún país gobernar dividiendo a la sociedad o atacando a los medios de manera
sistemática y menos ante un contexto en donde cualquiera, ya sea ciudadano,
funcionario público, legislador, delincuencia organizada, oponente político
real o disfrazado, terrorista real o fingido o guerrilla, puede disfrazarse
bajo la polarización y atentar o presumir hacer justicia por su propia mano,
como podríamos asumir que está pasando con el tema de Rafael Loret de Mola,
padre de Carlos Loret de Mola, quién también está siendo amenazado.
Hace unos días, Elena Poniatowska afirmó en
Palacio Nacional, cuando asistió a la conferencia de prensa matutina, que “no
hay prensa fifi”, la prensa es la más chambeadora.
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