Cómo ser un
buen líder para tu empresa
FORBES- 3 de abr. de 19
Visión, pasión, constancia y permanecer siempre
en continuo proceso de aprendizaje es lo que diferencia a un auténtico líder
del resto de directivos.
Convertirte en un líder ejemplar, o detectar a
los directivos de tu organización que son auténticos líderes, no es tarea
fácil. En muchas ocasiones se tiende a
identificar como un dirigente a alguien que sabe gestionar a su equipo de forma
eficiente y consigue resultados.
Aunque estas dos capacidades son propias del
liderazgo, la tarea de un líder va mucho más allá: es tanto el arquitecto como
el planificador de la visión de la organización, algo muy distinto de un
manager, que es quien difunde e implementa esta visión y la convierte en un
proceso y serie de tareas.
Lograr ser un líder de éxito requiere, por
tanto, del desarrollo de una serie de habilidades esenciales que lo convierten
en un guía excepcional para las personas de su entorno:
Visión: la capacidad de ver más allá y
anticipar futuros desafíos u oportunidades de éxito es una de las cualidades
claves de un líder. Esta visión de conjunto, además, motiva a los empleados a
trabajar juntos hacia un fin común.
Compromiso: un líder debe poseer el impulso y
la pasión necesarios para llevar adelante cualquier reto que se le plantee,
porque está comprometido no solo con el crecimiento de la empresa, sino consigo
mismo y con su equipo.
Comunicación: es otra de las habilidades
esenciales del liderazgo. Los buenos líderes se dan cuenta de que deben
articular sus ideas con claridad para transmitir su visión. Pero no acaba aquí
la importancia de la comunicación: aunque muchas veces no se tiene en cuenta,
la escucha efectiva, tanto al propio equipo como al entorno, es también un rasgo
fundamental del liderazgo.
Motivación: un buen líder debe poder influir y
motivar a su equipo para que la estrategia que ha propuesto se comunique, se
adopte y se replique.
Confianza: además de motivar e influir a su
equipo, un buen líder también sabe dar confianza a sus trabajadores para que
pongan en marcha la estrategia, se identifiquen con ella y estén capacitados
para enfrentarse a cualquier desafío que se encuentren.
Te recomendamos: Aprender Soft Skills, las
habilidades del futuro
Además de todas estas cualidades, y
particularmente hoy en día, un buen líder debe ser capaz de dirigir a sus
equipos en entornos turbulentos, complejos, cambiantes y desconocidos. Esta
volatilidad exige reaprender constantemente y crear una cultura de aprendizaje
en la organización que ayude a evolucionar a sus empleados de la manera más
eficaz.
Esta cultura es imprescindible, ya que los
líderes no son solo responsables de desarrollar sus propias habilidades, sino
también las de sus equipos: un buen líder debe ser consciente de que no puede
funcionar solo, y de que necesita el apoyo de su equipo para lograr implementar
su visión. Estableciendo un ecosistema específico de la empresa que desarrolle
la capacidad de los empleados para aprender, evolucionar y adaptarse, ayudará a
las empresas a sortear las complejidades del mundo moderno.
En resumen, liderar no se puede abordar
únicamente desde una perspectiva estratégica o financiera, o teniendo
únicamente en cuenta el cumplimiento de una serie de objetivos.
El liderazgo requiere visión a largo plazo y un
compromiso serio, tomando siempre en cuenta a las personas que trabajan en la
empresa y desarrollando sus capacidades, y trabajando para transmitir de manera
clara y eficaz la estrategia y la motivación necesarias para enfrentarse a los
desafíos actuales y futuros.
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