Negociación: El principio del silencio
FORBES- 3 de abr. de 19
Si eres un cerrador, eres especialista en
conducción emocional y manejo de preguntas. Y para toda pregunta que busque
hacer reflexionar a la contraparte, es importante saber callar.
Una negociación, o una venta, requiere de
trabajo en conducción emocional, capacitarte en estos aspectos puede hacer la
diferencia en tu productividad. Aquí te comparto el principio del silencio:
El silencio funciona como aliado o como enemigo
en las ventas, pues da ritmo, permite la fluidez de pensamiento o genera la
tensión necesaria para que las personas hablen o dejen de hablar. Es una
presión o fuerza, invisible que actúa en relación a la negociación y venta.
Esta es una anécdota sobre el principio del
silencio en la negociación.
Te cuento que, en una ocasión, tuve que ayudar
a una persona a conseguir un inversionista. Las cantidades que requería eran
tan grandes que, aun poniendo sus propiedades de respaldo, el crédito máximo
que conseguía, no era ni la mitad del total que necesitaba, y el terreno donde
quería hacer un desarrollo inmobiliario, no podía ponerlo como respaldo pues
ahí mismo se construiría y por esa razón no podría vender después.
Encontramos, a partir de buscar entre sus
relaciones, un posible inversionista; quien resultó ser un prestigiado
constructor, ideal para el proyecto que teníamos en mente. El desarrollo
inmobiliario de 60 departamentos.
Sabíamos perfectamente que de no subirlo al
proyecto difícilmente podríamos conseguir a otra persona con tanto flujo de
efectivo. Quizá tendríamos que buscar a dos o tres y en este tipo de negocios
es mejor tener sólo uno con mucho dinero de respaldo.
Esta situación nos ponía en una esfera de
debilidad, haciendo que la persona que yo ayudaba, quien poseía el terreno para
el desarrollo, estuviera dispuesta a aceptar por el flujo de efectivo,
prácticamente cualquier porcentaje, con tal de que lo pudiera lograr.
Cuando por terceras personas logramos contactar
y persuadir al inversionista, mediante su primo, obtuvimos una cita.
Cuando el inversionista, en el restaurante,
dijo que los porcentajes fueran del 55%-45%. Noté que la persona a la que
apoyaba estaba a punto de hablar. Voltee a verle y me vio también, callando
enseguida.
Estaba a punto de decir que estaba perfecto
llevarse el 45% siendo que el inversionista iba a poner todo el dinero,
mostrando debilidad y no sabiendo a qué se refería. Hoy el haber callado le
hizo ganar más de 25 millones de pesos, pues el 55% era para él. (El terreno
tenía más valor que el dinero que iba a poner el inversionista) El
inversionista, sabiendo lo que el terreno valía, incluso buscó excusarse y
respaldarse, sintiendo que el silencio tensaba las cosas, pensando que quizá le
íbamos a pedir en la negociación un mayor porcentaje, sin saber por supuesto
que nuestro piso de negociación era del 35% de las utilidades una vez cubierto
el terreno.
Soltar una pregunta y callar, puede hacer la
diferencia en una negociación o en una venta. Porque las personas suelen
intentar llenar el silencio, y debemos dejarlos que respondan, y que la presión
del silencio recaiga en ellos y no en nosotros.
No tengas miedo de experimentar en formas de
cerrar una venta. Venderás o aprenderás, todo será ganancia. Recuerda que sólo
si te arriesgas, tendrás grandes anécdotas que contar.
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