¿Listos para la cuarta revolución industrial?
FORBES- 20 de julio de 2018
La oportunidad de aprovechar la
actual revolución del conocimiento para crear un México más sólido, competitivo
y justo en el futuro, apoyándonos en la tecnología, es posible.
Vivimos en tiempos vibrantes en
términos de avances tecnológicos e innovación. La cuarta revolución industrial
empieza a transformar todo a su paso, desde la forma en que vivimos hasta la
forma en que trabajamos. La gran diferencia con las revoluciones pasadas es que
la cuarta revolución industrial, también conocida como la revolución digital o
del conocimiento, no tiene precedente alguno en su velocidad de transformación.
Si consideramos la combinación de
miles de millones de personas conectadas a través de sus dispositivos móviles,
con un poder de procesamiento de datos sin precedentes y un acceso a la
información ilimitado, entendemos por qué los cambios en esta revolución están
siendo exponenciales. Disciplinas como la robótica, inteligencia artificial,
automatización, blockchain, internet de las cosas, big data y nanotecnología,
entre otras, están cambiando por completo las dinámicas que rigen la economía y
generan las bases de las industrias del futuro.
La innovación ya no es una
cuestión de generación de ventajas competitivas, sino una cuestión de
supervivencia; se están abriendo un sin fin de oportunidades para las empresas
y países que estén preparados para acoger los cambios que esta revolución trae
consigo, pero también puede ser muy preocupante para las empresas y países que
no lo estén.
México es el octavo país con la
mayor industria manufacturera en el mundo, representa alrededor de 20% del PIB
y el crecimiento de este sector se debe en gran medida a la ventaja logística y
nuestro bajo costo de mano de obra. Sin embargo, es muy probable que -más allá
de temas arancelarios- con los avances en robótica y automatización, en un
futuro haga sentido que los países tengan los centros de producción cerca de
sus grandes centros de consumo y, en consecuencia, se perderá la ventaja
competitiva que tenemos en este segmento en exportación.
Las nuevas industrias y la
innovación se están desarrollando con base en los conocimientos y aplicaciones
en áreas relacionadas a STEMs (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática)
generando innovación de alto impacto, pero son áreas en las que México no ha
destacado. A pesar de que el Banco Mundial nos coloca como la quinceava
Economía del mundo por tamaño, en términos de innovación y acorde al Global
Innovation Index 2018 nos encontramos sólo en el lugar 56 como país y con
posiciones bastante desalentadoras en áreas del ranking como educación (79),
generación de patentes (80), número de investigadores (72), entre otros.
Ante ello, es necesario que
México se actualice y prepare el talento para poder competir en el futuro. Por
un lado, se debe promover el pensamiento innovador, empezando por generar
talento a través del fortalecimiento de la educación y preparación sobre todo
en áreas relacionadas a STEMs. Pero no sólo es un tema de educación, además se
debe generar e incentivar todo el ecosistema de innovación y emprendimiento en
el país, con un claro rol destacado de los emprendedores. Se deben crear
incentivos y programas para fortalecer la vinculación académica con el sector
empresarial, así como aumentar la inversión en investigación, ciencia y
tecnología tanto pública como privada. De igual manera, es necesario que se
generen políticas públicas que no inhiban la innovación, entendiendo cómo la
tecnología está avanzando y cambiando nuestra realidad para capitalizar estas
oportunidades.
La oportunidad de aprovechar la
actual revolución del conocimiento para crear un México más sólido, competitivo
y justo en el futuro, apoyándonos en la tecnología, es posible, pero para
lograrlo es tiempo de actuar.
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