Impacto cultural en las fusiones y
adquisiciones
FORBES- 4 de julio de 2018
Los expertos en fusiones y
adquisiciones dicen que la integración cultural impacta más de un 30% de las
transacciones en el mundo.
De acuerdo con un estudio
realizado por la consultora en recursos humanos, Mercer, la cultura se ubica
entre las 3 principales preocupaciones para los compradores en sus procesos, lo
que puede derivar en malos resultados para los accionistas, despidos masivos y
en algunos casos una disolución completa de la fusión.
Este momento de peligro, en un
choque de culturas corporativas, se da cuando los empleados de ambas partes se
pueden sentir amenazados por la combinación; sin embargo, si reconocemos su
presencia desde el principio del proceso, se puede educar a los colaboradores
en cuanto a su dinámica y la gente estará mejor preparada para entender las
diferencias que pueden ayudar a construir una organización más fuerte a largo
plazo.
Antes de mencionar algunos casos
de fracasos de fusiones por temas culturales, podríamos tratar de definir
cultura en 10 segundos, lo que no es nada fácil, ya que si preguntamos a 10
personas qué entienden por cultura vamos a tener, posiblemente, 10 diferentes
respuestas.
El mismo diccionario de
Merriam-Webster tiene más de 6 definiciones, entre las que destacan:
“Las creencias tradicionales, las
formas sociales y los rasgos materiales de un grupo racial, religioso o social;
también: los rasgos característicos de la existencia cotidiana (como
diversiones o una forma de vida) compartidos por personas en un lugar o
tiempo”.
“El conjunto de actitudes,
valores, objetivos y prácticas compartidos que caracteriza a una institución u
organización”.
Podríamos seguir adelante con
diferentes definiciones de importantes sociólogos como Max Weber y Edward
Tylor, o del mismo crítico Raymond Williams (uno de los iniciadores de los
estudios culturales) en el siglo XIX, quien explica que la “cultura” a menudo
se opone a la civilización. Para Williams, la civilización era un sistema
homogeneizador de reglas eficientes y racionales, diseñado para fomentar la
disciplina y el “progreso”; la cultura era lo contrario: una expresión
impredecible del potencial humano por sí mismo. Es por esta razón que un
término como “la industria de la cultura” tiene un tono oximorónico por
definición. Hoy, no solemos utilizar la palabra civilización, preferimos
hablar, más democráticamente, en términos de cultura, pero nosotros todavía
estamos en conflicto. El problema creo es que la cultura es más que la suma de
sus definiciones.
Dicho esto, podemos enlistar
algunas de las grandes clásicas fusiones que fracasaron debido a un choque
cultural: New York Central + Pennsylvania Railroad; Daimler + Chrysler; Novell
+ WordPerfect; AOL + Time Warner; Sprint + Nextel; y HP + Compact.
En enero de 2000, las acciones de
Time Warner se vendieron por 71 dólares. En 2008, se podría comprar una parte
de Time Warner por menos de 15 dólares. ¿Qué pasó con el gigante de los medios?
Una fusión fallida de 350 mil millones de dólares con AOL. El choque cultural
fue ampliamente culpado por el fracaso de la empresa fusionada.
En 2001, el gigante informático
Hewlett Packard anunció que adquiriría Compaq, competidor similar. La fusión
fue desafortunada desde el principio, ya que los críticos señalaron que la
cultura de ingeniería de HP se basaba en el consenso, mientras que la de Compaq
estaba fundamentada en las ventas y en la toma de decisiones rápidas. Este
ajuste cultural dio lugar a años de luchas intestinas amargas en la nueva
sociedad, dando lugar a una pérdida de aproximadamente 13 mil millones de
dólares en capitalización del mercado.
Cuando la firma alemana Daimler
(de los fabricantes de Mercedes-Benz) se fusionó con la compañía estadounidense
Chrysler, a fines de la década de 1990, se llamó una “fusión de iguales”. Unos
años más tarde se llamaba “fiasco”. Las culturas de empresa discordantes tenían
las dos divisiones en guerra tan pronto como se fusionaron. Las diferencias
entre ellas incluían su nivel de formalidad, filosofía sobre cuestiones de
pagos y gastos, así como estilos operativos. La cultura alemana se volvió
dominante y los niveles de satisfacción de los empleados en Chrysler cayeron
del mapa. En el año 2000, se proyectaban grandes pérdidas y, un año después,
comenzaron los despidos. En 2007, Daimler vendió Chrysler a Cerberus Capital
Management por 6 mil millones de dólares.
Por otro lado, una evaluación
previa de las culturas entre 2 empresas puede llevar a un “deal breaker” (en
español factor decisivo), como ocurrió en 2017, cuando las diferencias de
culturas corporativas parecen haber sido la causa del rápido rechazo para la
oferta de 143 mil millones de dólares por parte de Kraft Heinz para adquirir a
Unilever, su mayor rival. Este acuerdo habría creado el segundo conglomerado de
productos de consumo más grande del mundo detrás de Nestlé.
Alexandre Behring, presidente de
Kraft Heinz y socio de 3G Capital, se ha hecho de un nombre al adquirir firmas
e implementar un plan agresivo de reducción de costos, eliminación de empleos y
aumento de los márgenes de ganancias a corto plazo. Por otro lado, Paul Polman,
quien ha encabezado Anglo-Dutch Unilever desde 2009, ha centrado sus esfuerzos
en invertir en las marcas de su compañía y promover la sostenibilidad ambiental
para el crecimiento y la estabilidad a largo plazo, en lugar de ganancias a
corto plazo. Estas diferentes perspectivas sobre la gestión corporativa y la
cultura fueron posiblemente el factor más importante en el colapso notablemente
rápido de la oferta de Kraft Heinz: nueve días entre la oferta y la retirada.
Hasta los años 1980 y 1990, la
cultura no se consideraba un factor importante para el éxito en las fusiones y
adquisiciones. Actualmente, para que un acuerdo sea exitoso, debe incluir en
sus procesos de diligencia de Recursos Humanos, una auditoría cultural y del
equipo de liderazgo, que abarca cuestiones tales como las diferencias de las
visiones, misiones y valores de empresas, las formas de comunicación, encuestas
de engagement (compromiso en español), la estructura organizacional,
diferencias generacionales, índices de diversidad, la distribución geográfica
del negocio, los procesos de toma de decisiones, la percepción del mercado, así
como las diferencias de compensaciones y
beneficios, a través del uso de big data, census file y herramientas analíticas
de RR.HH.
Esto les da a ambas partes un
sentido más claro de lo que están comprando o de quién las está adquiriendo,
pues la cultura puede eliminar las sinergias consideradas en una transacción o
hasta comprometer el 100% del valor de una empresa fusionada llegando a su
disolución total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario