¿Hasta dónde nos llevaría la
Realidad Virtual?
FORBES- 6 de julio de 2018
El hardware se volverá cada vez
más ligero y portátil haciendo de esta tecnología algo del día a día, que
indiscutiblemente sustituirá a los smartphones. Ahora sólo es cuestión de
esperar.
¿Qué pasaría si pudiéramos vivir
otras realidades, en cuerpos que no son los nuestros, con capacidades y
habilidades que sobrepasan las que tenemos? Estamos ante un tema recurrente del
imaginario colectivo: la posibilidad de cambiar de cuerpo, de transportarnos a
nuevos mundos, de experimentar otras vidas… Hasta hoy, solamente hemos podido
conocer, a través de nuestros sentidos, una realidad. Si bien la imaginación
humana ha probado ser capaz de transportarnos a través del tiempo y del
espacio, esto sólo lo conseguimos “cerrando los ojos”. Sin embargo, se acerca
un cambio radical en las posibilidades de nuestra consciencia: la Realidad
Virtual (VR).
No es coincidencia que le
llamemos Realidad Virtual: la VR, una forma de realidad, con sus propios
parámetros, pero con toda la congruencia y experiencia que la realidad exige. Apenas
hace unos días, fui a un concierto en VR. Digo fui, porque esa es la sensación,
la de haber estado ahí. El límite entre lo real y lo virtual era tan delgado,
que podías ver a la gente entrando al recinto, formada para pedir cervezas y
coreando las canciones. Lo más interesante fue el componente social: no sólo
compartimos la experiencia con miles de asistentes en el recinto real, sino que
también la compartimos con las cientos de personas que lo vivieron a través de
dispositivos de realidad virtual. Resultaba increíble poder ver una luneta
preferencial llena de avatares interactuando unos con otros. Platiqué con gente
que trabajaba en Facebook, gente de Austin y con amigos, early adopters, de
Guadalajara y Monterrey mientras esperaba a que diera inicio el concierto y una
vez que empezó, el ruido dificultó la conversación y tenías que hablar más
fuerte, como en un establecimiento real.
Los estudios también lo prueban,
las neuronas de nuestros cerebros registran las experiencias vividas a través
de un sistema de realidad virtual como algo similar a las “reales”. Por sus
características, esta tecnología podría ser tan revolucionaria como las
computadoras personales y apenas está dando sus primeros pasos. Goldman Sachs,
en el 2016, pronosticó que para el 2025 los ingresos de VR y AR ascenderán a 80
mil millones de dólares anuales (el mercado de las laptops es de 111 mil
millones de dólares). Como ha dicho Elon Musk, más pronto de lo que creen será
imposible distinguir la realidad de la simulación.
Más allá del escenario más obvio,
los videojuegos y el entretenimiento en video, hay muchos casos en las que la
VR será clave: salud, eventos en vivo, ingeniería, retail (e-commerce),
relaciones sociales, bienes raíces, milicia y educación. Hoy ya se están
probando tratamientos psicológicos en Realidad Virtual y se han transmitido
partidos del mundial vía eventos de Oculus. El factor del precio, que hoy ha
puesto una barrera a la adopción generalizada, muy pronto dejará de ser un
problema, cada año los precios bajan y la competencia sube, dando pie a
versiones más económicas. En este momento la lista de compañías que han
invertido en realidad virtual incluye a Google, Sony, HP, Facebook, Samsung,
Apple, Intel, Disney, Microsoft, Time Warner y Fox.
Sin embargo, hay otras barreras,
además del precio que podrían impedir la masificación de esta tecnología: por
un lado será clave obtener los derechos para la transmisión en vivo de eventos
masivos y por el otro lograr que las experiencias sean compartidas por
¿Hasta dónde podríamos llegar? El
hardware se volverá cada vez más ligero y portátil haciendo de esta tecnología
algo del día a día, que indiscutiblemente sustituirá a los smartphones. Ahora
sólo es cuestión de esperar a que los miles de creyentes en la VR evangelicen
al resto del mundo o a que los desarrolladores de software de las compañías en
cuestión creen aplicaciones lo suficientemente atractivas como para evangelizar
al mundo por sí mismas. Sea como sea, el VR viene a transformar decenas de
industrias con presupuestos millonarios y, no sólo eso, sino a transformar
nuestra percepción de la realidad.
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