Habrá
‘escasez’ de oro, compre a tiempo
Los inversores más avezados están
comprando tanto oro físico como pueden y almacenándolo en los sitios más
seguros que encuentran, como bóvedas secretas en los Alpes Suizos.
La semana pasada el Financial
Times (FT) llamó mi atención con una nota titulada Fears rise over future
supply of gold (Aumentan los temores sobre la oferta futura de oro). Me atrapó
porque ese tipo de medios del ‘mainstream’ no suelen abordar esos temas, al
menos, no con el enfoque correcto. A pesar de mi duda inicial, terminé
confirmando que incurren en el error habitual.
El artículo se refería a que los
relativamente deprimidos precios del oro están comprometiendo la producción, y
esto tiene preocupadas a muchas empresas mineras. El FT cita por ejemplo a Mark
Bristow, ejecutivo de Randgold, diciendo que “por primera vez en la historia,
la oferta de oro hacia el futuro está bajo una presión enorme”. Justo ahí está
la apreciación equivocada.
Y es que al oro no se le puede
tratar ni ver como una simple materia prima más -como el petróleo, el trigo, el
arroz, etc.-, cuya oferta depende sólo de su producción.
El metal precioso es la materia
prima dinero, razón por la cual cada onza que se extrae de la tierra pasa a
acumularse en alguna parte como moneda, joya, barra o lingote, sobre todo. No se
consume como las otras commodities.
Hay por ello siempre un
inventario ‘grande’ y creciente de oro en el planeta, y si mañana se detuviera
por completo su producción por cualquier motivo, su impacto en el precio no
sería significativo. De hecho por la misma razón pueden incluso tumbar la
cotización por debajo de su coste de producción y mantenerse ahí bastante
tiempo.
Los determinantes de la oferta de
oro entonces, no pasan por la cuantía de su producción, sino por la mayor o
menor disposición de sus tenedores a venderlo o no. Sólo si estos están
dispuestos, la oferta puede aumentar.
Ahí está la clave y la
explicación del porqué Antal Fékete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de
Economía (NASOE, por sus siglas en inglés), afirma categórico que el oro
desafía a las leyes de la oferta y la demanda.
Fékete explica que dado el alto
nivel de inventarios de oro en el mundo nunca debería haber escasez, y sin
embargo, ya se ha presentado en años recientes desde la crisis de 2008-2009.
Como le digo, esto sólo puede ocurrir si los inversores se resisten a
desprenderse de su metal físico, creando así una ‘escasez’ artificial.
Incluso años antes de que fuera
una realidad, Fékete predijo gracias a sus teorías que ocurriría una
backwardation en el mercado del oro, esto es, que su precio al contado (spot)
llegaría a ser más alto que el del contrato de futuros activo. La inversión de
la curva de precios de futuros es indicativo de ‘escasez’ en una materia prima,
y en este caso, de que una grave enfermedad económica y monetaria aqueja al
mundo.
La causa se encuentra en el
corrupto y fraudulento sistema de dinero fíat (de papel y virtual) que tenemos
en la actualidad, manipulado de manera artera por los bancos centrales. Guiados
por las teorías keynesianas de ‘estímulo’ a la economía por medio del crédito y
el consumo, lejos de solucionar la enfermedad, ¡la agravan con más de lo que la
provocó!
Por más que quieran esos modernos
‘planificadores centrales’, las deudas no pueden crecer al infinito -tarde o
temprano se tienen que pagar, y dejar de hacerlo con más deuda-, y el consumo
no puede expandirse de forma sostenida sin una base sólida, previa, de
acumulación de ahorro y capital (que están aniquilando). Una nueva gran crisis,
está garantizada.
De ahí que los inversores más
avezados estén comprando tanto oro físico como pueden y almacenándolo en los
sitios más seguros que encuentran. La práctica milenaria de enterrarlo sigue
tan vigente, que los más ricos están incluso depositando sus lingotes en
bóvedas secretas en sitios remotos como en los Alpes suizos.
La backwardation (‘escasez’) de
oro se ha presentado de forma intermitente (en este momento no la hay), en
especial, cada vez que ocurre un desplome de precios. Sin embargo, Fékete ha
pronosticado que se alcanzará el punto de una backwardation (‘escasez’)
permanente incluso con precios disparándose al alza. Llegado ese punto el dinero
de papel alcanzará su verdadero valor: cero.
Por ahora sólo podemos imaginar
el pánico y la desesperación por conseguir oro que una crisis monetaria
sistémica -como la que vaticina Fékete- provocaría. Entendiendo eso, podremos
darnos cuenta que en efecto, como dice el FT, hay motivos para temer por la
oferta futura de oro pero no precisamente por una caída en su producción. Mejor
ir comprando a tiempo.
Guillermo Barba-Economista de la
Escuela Austríaca y periodista mexicano, autor del blog Inteligencia Financiera
Global. Experto en mercados de oro y plata y comentarista de TV en Proyecto 40
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