Las
universidades se convierten en eje de la generación de empleo en EE.UU.
The
wall street journal -diciembre de 2016
Muchos lugares
se han recuperado de la pérdida de puestos de trabajo que dejó la competencia
china
OPELIKA,
Alabama, EE.UU.—El condado de Lee, en el estado de Alabama, perdió 7.000
empleos en sectores como textiles, neumáticos y equipos para hacer ejercicios
cuando la competencia china invadió Estados Unidos. Las tiendas vacías
salpicaban el centro de Opelika, la capital del condado, y las solicitudes de
subsidios por discapacidad se dispararon conforme los trabajadores de mayor
edad con destrezas limitadas sufrían para conseguir empleo.
Ahora, en
lugar de simplemente sobrevivir, el condado de Lee prospera. Su tasa de
desempleo en octubre, de 4,7%, fue ligeramente menor que la de todo EE.UU.
Desde 2001, el condado ha añadido 14.000 empleos, cinco veces la tasa de crecimiento
del resto del país.
¿A qué se debe
su resistencia? Una de las razones es que es sede de una importante
universidad.
Durante el
descenso de la manufactura que comenzó a finales de los años 90, la Universidad
de Auburn, ubicada en la ciudad que lleva el mismo nombre, proporcionó una
fuente estable de empleo, mejoró las destrezas de la fuerza laboral local y
ayudó a atraer nuevos negocios que reemplazaron aquellos que se marcharon
cuando comenzaron los problemas.
En 2014,
General Electric Co. eligió su nueva planta en Auburn como la primera de la
empresa en usar impresión 3D para fabricar productos en grandes volúmenes.
Treinta impresoras en fila, que se asemejan a hornos de pizza comerciales,
construyen miles de boquillas de motores de aviones al año, atendidas por unos
cuantos técnicos en batas de laboratorio.
Alrededor de
190 personas trabajan en la fábrica, que también produce aspas de turbina
usando métodos manufactureros convencionales. GE proyecta que la fuerza laboral
aumentará a 300 empleados. El sueldo inicial es de unos US$16 por hora, frente
a unos US$12 para muchos trabajos manufactureros en otras partes del condado.
Ricardo
Acevedo, el gerente de la planta, dice que GE eligió Auburn porque la empresa
podía contar con una mano de obra con alto nivel de educación y colaborar con
la universidad en proyectos de investigación. “Necesitamos entender las
propiedades” del polvo metálico usado en la impresión 3D para mejorar la
consistencia de los productos, explica.
El malestar
político que contribuyó a la victoria de Donald Trump en la elección
presidencial de EE.UU. fue alimentado en parte porque el comercio global y la
innovación tecnológica no generaron prosperidad o estabilidad social. Muchas
ciudades universitarias han logrado resistir esas dificultades económicas,
según investigaciones.
Un estudio a
nivel nacional realizado por el Brookings Institution para The Wall Street
Journal halló 16 áreas geográficas donde el crecimiento total del empleo fue
sólido, pese a que los trabajos manufactureros disminuyeron de forma más
pronunciada en esos lugares entre 2000 y 2014 que el promedio de todo el país.
Entre esas 16 áreas, la mitad alberga una universidad importante.
Trump ganó el
voto presidencial en cerca de 85% de los condados de áreas identificadas por
Brookings como resistentes, en línea con el porcentaje a nivel nacional.
“Los lugares
de mayor nivel educativo con universidades tienden a ser más productivos y más
capaces de pasarse de industrias en declive a las que están en crecimiento”,
afirma Mark Muro, especialista urbano de Brookings. “En última instancia, las
ciudades sobreviven adaptando continuamente sus economías a nuevas tecnologías,
y las universidades son centrales para eso”.
John Van
Reenen, economista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus
siglas en inglés), concluyó que duplicar la cantidad de universidades en 78
países entre 1950 y 2010 produjo un aumento de 4% del Producto Interno Bruto
per cápita en las regiones donde se inauguraron las nuevas instituciones.
Los ingresos
de los que no terminaron la secundaria en pequeñas ciudades universitarias
aumentan más con el tiempo en términos porcentuales que los de los graduados
universitarios debido al alza de la demanda de trabajadores de restaurantes,
obreros de construcción y otros empleos de baja calificación, señala Enrico
Moretti, profesor de economía de la Universidad de California en Berkeley.
Aprovechar los
recursos de universidades cercanas ayuda a sus comunidades a capear períodos de
turbulencia económica. EE.UU. tiene aproximadamente 4.700 universidades e
institutos técnicos, por lo que prácticamente todas las áreas podrían convertirse
en motores de desarrollo económico.
En lugares
donde hay pocas instituciones técnicas, pequeñas o con dificultades
financieras, las universidades más grandes podrían construir campus satélites o
usar tecnología para ampliar su alcance, según economistas.
Sin embargo,
la presencia de una universidad no siempre es suficiente para producir un
renacimiento económico. El condado agrícola de Merced, en California, esperaba
un auge cuando la Universidad de California abrió un campus en 2005, cuenta
Alexander Whalley, economista de la Universidad de Calgary, quien trabajó en
Merced por 10 años.
El condado aún
atraviesa dificultades, con una fuerza laboral con bajos niveles de educación y
una tasa de desempleo de 8,6% en octubre, frente a 4,9% a nivel nacional.
David Autor,
economista del MIT que ha estudiado el comercio, los mercados laborales y el
cambio tecnológico, calculó junto con dos colegas qué áreas de EE.UU. fueron
más afectadas por el auge de China, basado en el aumento de las importaciones
chinas por trabajador en cada zona entre 1990 y 2007.
En el primer
lugar se ubicó el Condado de Calloway, en Kentucky, con una población de unos
38.000 habitantes. En 2001, el fabricante de juguetes Mattel Inc. anunció que
mudaría su producción a México para competir mejor con China. Para 2008, el
otro fabricante importante en el condado, la empresa de motores para podadoras
Briggs & Stratton Corp., perdía cuota de mercado de forma acelerada ante
rivales chinos. La tasa de desempleo del condado llegó a 9,3% en 2003.
Ahora se
encuentra por debajo de 4%, y la cantidad total de empleos en el condado ha
crecido 12% desde que Mattel se marchó en 2002. Funcionarios de desarrollo
económico dice que la Universidad Estatal de Murray, conocida por sus
facultades de negocios e ingeniería, fue crucial para la recuperación.
Menos de un
año después del anuncio de Mattel, el fabricante de ventanas Pella Corp. se
instaló en la planta vacía. La empresa, que no cotiza en bolsa, recibió
incentivos económicos, pero también indica que busca ciudades universitarias
similares a Pella, en Iowa, donde tiene su sede y hay una universidad.
Briggs &
Stratton empleó a profesores universitarios y graduados de la Universidad
Estatal de Murray y de Auburn, que se encuentra cerca de otra planta de la
empresa, cuando rediseñó su motor más económico para competir mejor con los
productos de China.
Mark Manning,
presidente de Murray-Calloway Economic Development Corp., una entidad que
promueve el desarrollo económico, dice que es importante que la universidad y
la ciudad trabajen juntos para cortejar a empresas.
La nueva
tecnología “volverá a traer la manufactura a este país”, asevera Tony Overfelt,
ingeniero mecánico de Auburn que formó parte del equipo que promocionó el
condado de Lee a los ejecutivos de GE. “Esas plantas operarán día y noche”,
dice.
Briggs &
Stratton ya ha indicado que está interesada en la investigación sobre impresión
3D de la universidad para el modelado y para producir partes de motor
complicadas.
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