Qué es y cómo funciona un robot
de inversiones
FORBES- 10 de agosto de 2018
Este quinto artículo de la Serie
Automatización de Inversiones nos explica cómo la tecnología nos ayuda a
automatizar nuestras estrategias de inversiones.
En los primeros cuatro artículos
de la serie hablamos sobre lo que es un inversionista en bolsa, porqué nos debe
interesar invertir en bolsa a todos, qué instrumentos podemos encontrar dentro
y fuera de bolsa y qué es una frontera eficiente de inversiones.
La frontera eficiente de
inversiones nos permite contar con un portafolio de inversiones óptimo, porque
calcula el mejor portafolio para cada uno de nosotros, dado nuestro nivel de
riesgo.
El problema es que calcular de
manera constante esta frontera eficiente es un trabajo arduo. ¿No hay forma de
que tengamos un portafolio atractivo sin tener que pasar el día haciendo
cálculos financieros?
En el pasado, no existían
soluciones tecnológicas que nos ayudaran a hacerlo, porque se requerían muchos
cálculos y, por tanto, sistemas computacionales poderosos y costosos. Los
avances en computación de las últimas décadas tanto en capacidad como costo
permiten hoy en día hacer estos cálculos en fracciones de segundo.
Actualmente existen muchos
“modelos” que usan tecnología para ofrecernos recomendaciones de inversión,
pero pueden ser muy diferentes entre ellos. A veces se le denomina a todos
robot de inversiones sin distinción, porque automatizan el proceso de
inversión, pero no se refieren al concepto de robot de inversiones (robo
advisor) que se conoce en el mercado y que aclaramos a continuación.
Veamos qué opciones parcial o
totalmente automatizadas nos ofrece el mercado:
Cuentas administradas. Manejadas
por instituciones financieras desde hace años, las ofrecen los promotores o
asesores de inversión a los clientes con patrimonios elevados como una
alternativa de diversificación para mitigar riesgos. Son cuentas que permiten
invertir en un puñado de estrategias de inversión predefinidas por la
institución financiera que las ofrece.
Cada una de estas estrategias se empaqueta en un “cajón”, también
conocido como cartera. Se le asignan a los clientes de forma discreta, es
decir, se definen estas carteras una vez al año y los promotores financieros
las venden en distintas proporciones a los clientes, dependiendo de la
estimación de su perfil de riesgo. Son relativamente estáticas y no hay una
cartera exacta a la medida de cada cliente. Cada cartera tiene una estrategia
(o varias) activa, lo que quiere decir que hay un administrador de inversiones
que intenta vencer el rendimiento promedio del mercado en cada una de ellas.
Algoritmos. Invertir a través de
una serie de pasos en la búsqueda de rendimientos superiores al promedio del
mercado. Los algoritmos los diseñan expertos financieros y se ejecutan en
función de la situación del mercado todos los días. Como las cuentas
administradas, son una estrategia activa, lo que quiere decir que hay un
administrador de inversiones que intenta vencer, a través de algoritmos, el
rendimiento promedio del mercado.
Robots de inversiones. Analizan y
comparan todos los instrumentos e inversiones posibles existentes en el mercado
y construyen portafolios óptimos a la medida de cada uno de nosotros, tomando
en cuenta nuestro apetito de riesgo y metas financieras en lo individual. Un
robot de inversiones es pasivo porque no busca, como las cuentas administradas
o los algoritmos, vencer al mercado, sino ofrecernos los rendimientos del
mercado correspondientes a nuestro apetito de riesgo.
Un robot de inversiones se enfoca
realmente en utilizar la frontera eficiente y ofrecerles a todos los perfiles
de riesgo el portafolio óptimo más adecuado.
Los robots de inversiones son
idóneos para los inversionistas individuales porque:
Abarcan todo el mercado.
Se ajustan constantemente al
mismo de forma automática.
Buscan el rendimiento del
mercado.
No toman decisiones arbitrarias
respecto a las inversiones.
El mercado mexicano ya cuenta con
el primer robot de inversiones en nuestro país, disponible para todos nosotros
como inversionistas, seguramente llegarán otros en el futuro cercano.
Aprendamos cómo funcionan y pensemos en utilizarlos para aumentar nuestro
patrimonio y conseguir nuestras metas.
Warren Buffett, uno de los
inversionistas más legendarios de todos los tiempos, es un gran defensor de las
inversiones pasivas. En 2008 propuso una apuesta de medio millón de dólares, a
ser donados a la fundación de la elección del ganador, en la que argumentaba
que no había una estrategia de fondos sofisticados, ni una combinación de
ellos, que en los siguientes diez años pudiera vencer al índice de acciones más
importante de la bolsa de Estados Unidos, el S&P 500, que aglutina a 500 de
las empresas más relevantes de ese país y es, en consecuencia, pasivo.
Le tomó la apuesta solo un
inversionista, Protégé Partners que invirtió en 5 fondos de fondos que a su vez
invirtieron en más de 200 fondos manejados activamente. Los resultados son muy
ilustrativos de lo difícil que es vencer al mercado y de lo valioso de las
estrategias pasivas: en diciembre de 2017 terminó la apuesta y el índice
propuesto por Buffett ganó en esos 10 años más de 4 veces lo que ganó la
estrategia de Protégé Partners.
Buffett nos enseña una lección
muy importante: la mayoría deberíamos ser inversionistas dinámicos, pero con
estrategias de inversión pasivas para maximizar nuestro rendimiento en el largo
plazo. Pongamos a trabajar nuestro
dinero para nosotros mismos, usemos la tecnología e invirtamos a través de un
robot de inversiones, para lograr nuestras metas y mejorar nuestra calidad de
vida.
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