El salario no garantiza tener a un empleado
feliz
FORBES- 7 de agosto de 2018
Además de lo económico, las
generaciones actuales buscan otros alicientes en un puesto de trabajo como
motivadores relacionales, de desarrollo y de autorrealización.
El salario es, por definición, un
parámetro transaccional, y esto quiere decir que tú aportas algo y recibes en
contraprestación. La base del salario es un trueque donde no hay ningún tipo de
vínculo.
Una relación laboral empieza
justamente con dos cosas: mi tiempo vs. el salario; es decir, yo voy a poner mi
tiempo, mis capacidades, mis habilidades y tú me vas a pagar un salario; pero
esto, ciertamente, no toca ninguna fibra ligada a términos emocionales, con
sentirme parte del equipo, con desafíos que me hagan crecer, con planes de
desarrollo … simplemente, habla de una cuestión transaccional y los temas
profesionales son efímeros. En este sentido, el gusto y la felicidad al
conseguir el empleo durarán unas cuantas horas; la satisfacción que me podía
dar terminó, prácticamente, en el momento que inició.
No obstante, el salario entra
dentro de un modelo motivacional que se llama: Factores higiénicos de la
motivación, y esto revela que hay cosas que no motivan, pero si no están,
desmotivan. Es decir, el salario no motiva, pero si no está en condiciones de
mercado y regulado, sí desmotiva. Pero también es cierto que el “peso” que un
empleado puede darle al salario puede ser diferente en base a la generación a
la cual pertenece, es decir tiene que ver con cómo vivimos las diferentes
generaciones el tema económico. En este sentido, existe un cambio relevante
entre las generaciones tradicionales y los millennials. Las generaciones
tradicionales veían el salario como un elemento fundamental para subsistir;
ahora en el siglo XXI las personas buscan más cosas en un puesto de trabajo que
la pura sobrevivencia, aspectos como motivadores relacionales, de desarrollo,
de autorrealización y, en ocasiones, lo económico pasa a un segundo término.
Lo que se valora actualmente en
un puesto de trabajo
Aspectos organizacionales como:
Desarrollo. Sentirte que estás en
un proceso de autotransformación; es decir lo más importante del trabajo no es
lo que logro sino en lo que yo me transformo.
Sentido de pertenencia. Sentir
que formo parte de un equipo, que me identifico con los valores del equipo,
sentirme entusiasmado con los objetivos que tenemos que lograr.
Balance de vida personal. Hoy
sobre todo para las nuevas generaciones es más importante su vida personal que
su vida profesional. Hoy el mundo está hecho y funciona como lo armamos
nosotros, pero nosotros ya vamos de salida, por lo que no tenemos que pensar en
qué necesitamos nosotros, sino en qué necesitan las nuevas generaciones
(millennials) y una de las cosas que requieren es justamente: balance de vida
personal.
Un empleado feliz
Pensemos en la gente que más
admiramos (empresarios, intelectuales …); todos tienen un denominador común:
son felices haciendo lo que hacen, por lo que un empleado feliz normalmente se
va a desempeñar mejor porque está haciendo lo que le gusta, lo que disfruta,
para lo que está hecho.
Un empleado feliz genera personal
de alto desempeño.
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